Los contrapuntos de una noche histórica

Del Himno al “himno”

El “juremos con gloria morir” hizo mover el Cementerio de los Elefantes tanto como el “olé... olé... olé... Diegooo... Diegooo”. De la fiesta a la bronca.

Del Himno al “himno”

De Santa Fe al Mundo. La voz más bella La soprano argentina Virginia Tola marcó un punto de alta emoción para los 35.000 espectadores en el nuevo Cementerio de los Elefantes, al momento de cantar las estrofas del Himno Nacional Argentino en la cancha de Colón. Una idea brillante, una organización impecable. La gente la ovacionó. Foto: Leo La Valle/EFE

Darío Pignata

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Hubo coincidencia en la prensa local, nacional y extranjera en lo que fue lo mejor de la noche: la fiesta que armó la gente en las tribunas junto a lo imponente que quedó el estadio de Colón, un lujo para el interior de la Argentina e instalados como uno de los mejores del país. La cancha de fútbol es un lugar permanente donde la razón no existe y sólo actúa lo pasional.

Casi siempre, aún en medio de la vieja discusión acerca de qué hacen los Himnos de un país en un simple partido de fútbol, algunos valores quedan desvirtuados. Ejemplo: la canción patria propia se canta poco de parte del dueño de casa y la canción ajena se silba o abuchea de manera irrespetuosa para con el puñado de visitantes.

Hasta en este punto, lo de anoche fue algo pocas veces visto. Quizás la figura sin límites de Virginia en su rubro, quizás su oído natural para cantar sin más compañía que ese micrófono de pie, quizás esa voz que logra que hasta el más ignorante musical —por ahí anda quien escribe— se emocione hasta el límite de las lágrimas.

Anoche, en una cancha de fútbol, en este caso de Colón, la gente cantó el Himno como nunca. Y se emocionó con un final, que antes del tradicional “¡¡¡Argentina... Argentina...!!! o del típico “El que no salta es un inglés”, terminó en el merecido aplauso para la dama santafesina. Y si eso fue raro, el silencio respetuoso de la multitud para las estrofas colombianas, también. Ni un silbido, nada de insultos, menos de gritos. Todo un ejemplo.

Lo que pasó en la cancha fue bajando el termómetro de la gente tanto como el de la noche. De frío a muy frío. Fue la consecuencia lógica de un equipo que nunca transmitió nada: no se encuentra ni con una lupa cuatro pases seguidos en toda la noche para dejar a alguien cara a cara con el “1” cafetero.

Entonces, de tanta levedad, la gente explotó. Y explotó como nunca en los últimos tiempos. Colombia, sin dudas, es la sombra negra. Hace 18 años este mismo periodista de El Litoral comentó en 1993 el 0-5 en la cancha de River y esa tarde la gente pidió a Diego, que ya no jugaba.

Anoche, en medio del 0-0, la gente pidió a Diego. Creo que, aunque nadie lo diga, el “Diegooo... Diegooo” del pueblo extraña mucho más al Maradona jugador que al Maradona entrenador.

Así, la noche histórica de Santa Fe en la cancha de Colón, pasó del Himno de Virginia Tola al himno de la gente por Maradona. Aquella vez en River fue “Pongan huevo... pongan huevo... griten todos... para que vuelva Diego”. Anoche fue sólo “Diegooo... Diegooo”. Es que el pueblo sabe que el mejor “10” se quedó en su casa y lo vio por tele.


/// análisis

Virginia Tola: una voz para el recuerdo

Roberto Schneider

Fue uno de los momentos mágicos de la noche. A “capella”, la soprano argentina Virginia Tola cantó las estrofas del Himno Nacional Argentino. La emoción fue plena: los miles de espectadores entonando la letra de su canción más representativa. Y la maravillosa voz de la cantante transformando en magia un momento que quedará grabado en la retina de miles de personas, que disfrutaron de su canto.

Así se plantó en el verde del campo de juego el regalo que el diario El Litoral hizo a los santafesinos.

Con el enorme talento de Virginia, sumamente emocionada. Acostumbrada a cantar ante multitudes —el concierto que realizó junto a Plácido Domingo en la 9 de Julio es el ejemplo más reciente— se metió al público en el bolsillo. Su entrega —cargada de una emoción indisimulable— se vio coronada con dos instancias precisas: la primera ovación, cuando fue anunciado su nombre, y la más larga, cuando el Himno fue interpretado con energía y, además, coreado por los simpatizantes.

Después, con su familia y amigos, muy abrigada también por el afecto, disfrutó de las instancias del partido ante Colombia. Pero, como suele decirse, ése fue otro cantar...

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Directo al archivo

Del Himno al “himno”

Un 6 de julio histórico Desde horas tempranas, los hinchas llegaron de todos los puntos de la República Argentina para alentar a la Selección de Batista, Messi y compañía. Para quienes estuvieron en la cancha y son de Santa Fe o alrededores les queda el privilegio —más allá del amargo 0 a 0— de haber estado en un día histórico para la ciudad. Foto: Flavio Raina


Sí, es humano

Del Himno al “himno”

La bandera de Messi Los cinco fanáticos futboleros y una ocurrente bandera en la parte baja de la Platea Este del Club Atlético Colón. “Messi ¿sos humano?”, se preguntaban con el original trapo celeste y blanco. En la cancha, con una sola pelota punzante en 90 minutos, Messi respondió la pregunta de la bandera: es humano, normal y aunque cueste decirlo... juega mal. Foto: Leo La Valle/EFE

BAJO LA LUPA

ROMERO (7): sacó un par de pelotas que fueron trascendentales para no perder el partido. El mano a mano con Falcao, el remate de “Teo” y hasta un remate cruzado que tocó pero no sancionaron córner.

Fue la figura.

ZABALETA (5): uno de los pocos que salvó la ropa, con un muy buen arranque aunque después bajó mucho su rendimiento.

BURDISSO (4): puede que Milito le hubiera contagiado los groseros errores, pero tampoco transmitió seguridad. Se lo vio lento e irresoluto.

Hizo la gran Milito con una gentileza a “Teo” que tampoco se entiende por qué no fue gol.

MILITO (3): increíble con un error técnico tan grosero no hubiera terminado en gol de Colombia en el primer tiempo. En el complemento, se cayó solo. Muy mal.

ZANETTI (3): no puede jugar con la cancha cambiada, cuando todo el éxito de su carrera en los clubes fue del otro lado. Ciclo terminado.

BANEGA (4): en los primeros pasajes del primer tiempo fue uno de los pocos que intentó tocar y buscar, pero luego se perdió en la intrascendencia.

MASCHERANO (3): debe haber jugado el peor de los partidos con la camiseta de la selección argentina. Llegó tarde a los cruces, lo anticiparon siempre.

CAMBIASSO (3): otro ciclo que está terminado y cumplido con la camiseta de la selección. Lento e impreciso.

No aporta nada.

TEVEZ (4): el plus de Carlitos, aún jugando mal como los otros jugadores, es su amor propio por correrlas a todos hasta el final. Lejos de su nivel.

MESSI (4): el equipo no lo ayuda y él no ayuda al equipo. Demasiado estático, pareció un jugador más y no el mejor del mundo.

LAVEZZI (3): parece más un fondista que un jugador de fútbol de nivel europeo. La frase es vieja pero “la materia es impenetrable”.

GAGO (5): por lo menos movió un poco la “modorra” del equipo desde la base, pero tampoco sirve sacar un “5” para poner a otro.

HIGUAIN (-): apenas un remate desde lejos que inquietó al arquero cafetero. Es “9” con más área que los otros, pero sin embargo no pisó ni se metió en la “18”.

AGÜERO (-): esta vez ni siquiera la frescura del “Kun” pudo salvar al equipo de Batista.