Preocupante seguidilla

Tarde de asaltos

Comercios, taxistas y repartidores fueron blanco de los cacos. Hubo dos capturas.

En el robo al local Belle Angel (25 de Mayo 3661) actuaron tres malvivientes. La policía apresó luego a dos en la zona sur de la ciudad. Foto: Pablo Aguirre

Danilo Chiapello

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Los amigos de lo ajeno tuvieron ayer su tarde de furia.

No menos de cinco incursiones delictivas fueron perpetradas en el lapso comprendido entre los momentos previos y posteriores al cierre de la jornada comercial.

* Uno de los hechos ocurrió en la pilchería Belle Angel.

Minutos antes de las 19 tres sujetos ingresaron al local ubicado en 25 de Mayo 3661. Se trataba de un hombre, que estaba acompañado por dos mujeres, todos mayores.

A poco de ingresar arremetieron contra la empleada a quien, bajo amenazas de muerte, la obligaron a que permanezca encerrada dentro de uno de los probadores.

Tras unos momentos se retiraron. La mujer se liberó de su situación y constató que desde la caja registradora faltaban unos 1.700 pesos, además de su cartera personal.

La policía tomó rápido conocimiento de este asunto y eso fue porque en su retirada los malvivientes fueron vistos por varios testigos.

“Salieron corriendo del negocio y eso despertó sospechas”, dijo hoy uno de nuestros entrevistados, quien agregó que los rufianes se movilizaban en un Ford Sierra, de color rojo.

Con estos datos agentes del Comando Radioeléctrico montaron un operativo cerrojo, el que dio sus frutos poco después cuando una patrulla detectó al vehículo en cuestión.

En la intersección de Zavalla y Uruguay el rodado fue interceptado. Claro que para esta altura ya había dos ocupantes en su interior (una de las mujeres se habría arrojado unas cuadras antes).

De los detenidos se supo que son un hombre, de 44 años y una mujer, de 29, ambos domiciliados en barrio San Lorenzo.

La policía se incautó del vehículo, aunque no pudo hasta el momento lograr recuperar los elementos sustraídos.

En una distribuidora

Un rato antes se supo de un asalto a mano armada ocurrido en la Distribuidora Progresar S. A. que tiene a su cargo los productos Pent 10.

En este caso un delincuente fue el que llegó hasta el depósito de la firma, ubicado en avenida Peñaloza 6442.

Sin permitir reacción alguna el malviviente encañonó al empleado y lo obligó a arrojarse al suelo. Ya dueño de la situación se hizo de unos 2 mil pesos y un teléfono celular.

Consumado el atraco se retiró del lugar y caminó algunos pasos hasta llegar a la esquina donde trepó a un Fiat 147 de color beige, donde lo estaba aguardando un compinche con el que se dio a la fuga.

Terror en el telecentro

Una de terror pasó en un telecentro de avenida Galicia al 1900.

La víctima resultó una mujer, de 35 años, a quien no sólo despojaron de una gruesa suma de dinero sino que además la hicieron objeto de temibles amenazas.

La acción estuvo a cargo de dos rufianes, los que actuaron armados y a cara descubierta. Los delincuentes ordenaron la entrega del dinero.

Pero en su búsqueda por obtener más plata, lanzaron una serie de advertencias de índole familiar contra la víctima.

Todo hubo de terminar cuando los sujetos se hicieron de 2.500 pesos que había en caja y otros 1.500 que había guardados en una cartera.

Para culminar con su faena arrasaron con todos los objetos personales de la mujer, entre los que figuran teléfonos celulares y algunos anillos y cadenas de oro.

Barrio Centenario

En horas de la siesta un taxista fue víctima de los motochorros, en un hecho ocurrido en barrio Centenario.

El hecho ocurrió en Nicolas R. Peña por donde circulaba Fernando Campos, de 43 años, al mando de un Chevrolet Corsa.

En momentos que detuvo su marcha fue interceptado por dos sujetos que se conducían en una moto, tipo 110 cc., de color rojo.

El chofer fue obligado a entregar la ticketera del coche y su billetera, toda vez que soportaba el filo de una navaja contra su cuerpo.

Repartidor

Por último mala experiencia atravesó ayer un repartidor en Alto Verde.

El hombre, de 46 años, dio cuenta que momentos antes se encontraba realizando repartos por la zona de pasillos, cuando apareció un rufián el que mediante amenaza con una arma de fuego le sustrajo la suma de 450 pesos y un teléfono celular marca Samsung, para luego darse a la fuga.