Un tributo casi real

Universales e interminables

Universales e interminables

Como siempre ocurre en Santa Fe -algo reconocido por los propios integrantes del grupo-, The Beats se fue lleno del apoyo y el reconocimiento de nuestra gente, que lo ovacionó en el Teatro Municipal. Foto: Pablo Aguirre.

Ver y escuchar a The Beats es remontarse a aquella añorada década del ‘60 para emocionarse con los genios de Liverpool, cada día más vigentes.

 

Enrique Cruz (h)

No por comparar uno comete una irreverencia, pero cuando en noviembre del año pasado llegó Paul Mc Cartney al país, luego de 18 años, para hacer delirar a sus fans de todas las edades con el cada día más lindo “All my loving” que Los Beatles convirtieron en furor en plena etapa de locura y desenfreno de la “Beatlemanía”, se produjo en cada uno de los 60.000 privilegiados que asistieron a esos inolvidables recitales, un retroceso en el tiempo que nos llevó -aunque muchos no lo vivimos por una cuestión de generación- al tiempo en que no sólo la música sino el mundo entero produjo un vuelco clave en la historia: la mentada década del ‘60.

Con The Beats, y por eso aquello que no por comparar se comete una irreverencia, suena como algo parecido. Es que estos cuatro argentinos que lograron la calificación de mejor banda beatle del mundo, que grabaron en los estudios Abbey Road, que actuaron en Liverpool, que lo hicieron junto a Pete Best (el primer baterista de Los Beatles) y que motivaron palabras de elogio de uno de los ingenieros que trabaja en la parte técnica de los productos de Paul Mc Cartney, llevan irremediablemente a su auditoría a transportarse en el tiempo y en la emoción a esos inolvidables ‘60.

El arranque fue con “Strawberry fealds forever” y “Penny Lane”, sitios y canciones míticas de Los Beatles. Pero enseguida llegó el repaso de un año clave en la historia del grupo inglés: 1964. Los Beatles habían empezado a finales de la década del ‘50, lograron su primer éxito en 1962, pero al año siguiente comenzó la famosa beatlemanía. Pues bien, 1964 fue el año en que Los Beatles conquistaron al mundo: primera gira por Estados Unidos, varios temas que llegaron rápidamente al primer lugar en los rankings de todo el mundo y la convicción, ahora sí generalizada, de que estaban cambiando la historia de la música.

“And I love her” fue el arranque para el repaso de ese año, luego siguieron con un tema muy lindo como “I showld have known better” y tres de los temas emblemáticos de Los Beatles: “Help”, “A hard days night” y el inolvidable “She loves you”. Después llegaron algunos otros clásicos de tiempo después, como el muy bien logrado “Yesterday”, cantado por quien hace las veces de Paul Mc Cartney con un tono y caudal de voz increíblemente parecido al del trotamundos que todavía sigue recorriendo con notable vigencia los escenarios del mundo; o también el excelente “Imagine” de John Lennon o el “Guitarra no has de llorar” de George Harrison, estos dos últimos, los beatles que ya no están y que dejaron una imagen imborrable en el mundo entero con sus canciones y sus mensajes.

El final fue a todas luces impresionante, con el siempre difícil “Twist y gritos” cantado como último tema de la presentación de The Beats (Los Beatles lo tocaban en vivo, generalmente, como el primero de los temas de sus conciertos), que hizo delirar a un teatro lleno y regocijado por estos cuatro muchachos (cinco contando al tecladista), que hacen de The Beats una copia casi perfecta de los inolvidables genios de Liverpool.

Cita íntima e imaginada

Ignacio Andrés Amarillo

Sería largo explicar aquí el fenómeno de las “bandas tributo” (el documental “Mondo Tributo” es una interesante aproximación al tema, especialmente en lo que respecta a la mímesis de los artistas). Lo cierto es que ha crecido mucho en los últimos 15 años, y que The Beatles fue la primera agrupación en ser ampliamente homenajeada.

Y eso no es casual: además de ser una bisagra en la música popular del siglo XX, su mística incluye su corta vida, su aún más breve paso por los escenarios (abocados a la creación, dejaron de presentarse en vivo) en una época anterior a los megaconciertos y los registros en DVD. Son por tanto una banda más imaginada que vista, para millones de seguidores en todo el mundo.

Y ahí es donde se ancla The Beats: su impecable puesta en escena reconstruye una síntesis de la carrera de los “Fab Four”: los vestuarios más representativos, los equipos e instrumentos más habituales, el look, un repertorio posible que abarque toda la discografía.

Decíamos “seguidores”, y ésa es la otra pata del fenómeno: un público de todas las edades que asiste a una cita íntima con unas canciones que animaron sus años mozos, o que heredaron de padres y abuelos. Un racimo de creaciones inmortales que salen de los discos para tomar el escenario por un par de horas, demostrando que la magia sigue intacta.