Arrancó el equipo del Checho en el momento esperado...

Argentina puso play

Ganó holgadamente, pudo golear y Messi la descosió. El sábado vuelven a Santa Fe en busca de la “revancha” con la gente. Ayer, se fueron aplaudidos desde los cuatro costados.

ARGENTINA PUSO PLAY

¿Cómo pararlo a Messi? Cuando el mejor del mundo tiene un buen partido, no hay manera de que el equipo no le saque diferencias a su rival. Ayer, la “Pulga” jugó uno de los mejores encuentros con la camiseta argentina, parándose como un “10” tradicional y distribuyendo juego. Aunque no convirtió goles (incluso, tuvo pocas posibilidades), se cansó de poner pases exquisitos para que sus compañeros lleguen con peligro al arco rival. Foto: EFE

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Córdoba)

Esa natural tendencia tan argentina a comparar y abrir juicios de valoración que luego quedan desarticulados, nos puede llevar a decir que el público de Córdoba fue más contemplativo que el de Santa Fe; o que tuvo más paciencia que el de Santa Fe; o que, en definitiva, fue mejor que el de Santa Fe. Error. Primero, porque la silbatina del miércoles pasado no fue patrimonio exclusivo de la gente de Santa Fe (en el estadio había mayoría de foráneos); y segundo, porque la gente, cuando tiene una reacción generalizada más allá de lo visceral, generalmente no se equivoca.

No se equivocaron los santafesinos cuando abuchearon al equipo por lo mal que jugó ante Colombia; y obviamente acertaron los cordobeses por haber sido tan generosos en la reacción por la muy buena actuación que tuvo el equipo y la victoria que debió ser más abultada en las cifras.

La goleada no se dio porque a Messi sólo le faltó el gol para coronar una noche impresionante; porque Higuaín marró dos ocasiones que habitualmente no falla y porque Víctor Rivera, el árbitro peruano, perjudicó notoriamente a nuestro equipo con dos penales claritos que ignoró, uno en cada tiempo en perjuicio de Messi y de Higuaín, respectivamente.

Tampoco es cuestión de decir que no se le ganó a nadie, porque enfrente hubo un equipo limitado, con jugadores de una liga semiamateur o, en todo caso, sin el profesionalismo de las ligas en las que juegan todos los integrantes de la plantilla argentina. Ese equipo supuestamente limitado le había hecho partido a Colombia y le ganó con suficiente comodidad a Bolivia. Son inocentes y deben seguir en el camino del aprendizaje. Pero para desnudar esas inocencias y fragilidades es necesario que el rival aparentemente superior y más poderoso logre hacerse notar. Y eso fue lo que hizo Argentina.

Jugó bien la selección, hay que reconocerlo. Lo paró bien Batista, puso a un volante de marca al lado de Mascherano pero que sabe jugar al fútbol y tiene más ritmo que los dos que dejaron sus lugares (Cambiasso y Banega). Por eso, a partir de Gago, Argentina tuvo una buena puntada inicial que siguió en Messi, Agüero y Di María, con Higuaín trabajando de soporte o referencia metido como cuña entre los zagueros de esa línea de cinco que puso La Volpe para evitar lo que se dio: la goleada.

Si hubo un defecto que tuvo el equipo a lo largo de los 90 minutos fue la falta de precisión a la hora de la definición. Pero con un 3-0 a favor, ¿eso importa? Si Argentina no hubiese ganado o lo habría hecho por un solo gol de diferencia, estaríamos marcando una falla notoria y preocupante. Pero habiendo ganado bien y con holgura, queda totalmente disimulado que hayan existido dos remates en los palos, que Higuaín haya marrado un par de jugadas increíbles o que el árbitro ignore dos clarísimos penales que sólo él no vio.

En ese contexto, la gran figura fue Messi. Acá no importó si arrancó por derecha, por izquierda o si lo hizo desde atrás, pidiéndole la pelota prestada a Gago o a Mascherano. Acá lo trascendente fue que el equipo giró alrededor de él, que es lo que tiene que hacer Batista y lo que deben entender sus compañeros. Messi es el mejor jugador del mundo y nadie puede provocar tantos estragos en la defensa rival como él; pero también hay que entender que su lucimiento no resultará posible si no tiene un equipo que lo acompañe, si no hay una idea de juego y si no existen compañeros que lo busquen, que se entiendan y que aprovechen sus extraordinarias condiciones.

Es cierto que Costa Rica dio ventajas, sobre todo cuando se abrieron en el segundo tiempo, porque ya no encimaron como lo habían hecho hasta el primer gol de Agüero -que les cayó como un balde de agua helada porque fue en la última maniobra del primer tiempo- y porque no tuvieron la misma disciplina constante de un Bolivia o de un Colombia. Pero también es verdad que anoche apareció una Argentina distinta, más dúctil en el juego, más punzante, más clara para manejar la pelota y para asociarse, con un Messi notable que fue capaz de dejar en seis o siete ocasiones mano a mano a sus compañeros con el arquero rival.

Este Messi, el de anoche, no es el mismo Messi del Barcelona. Allá en España, Messi es el que define; acá fue el que generó las jugadas de gol pero no el que le dio la última puntada. Poco importó para el análisis y hasta puede ser que pase desapercibido para muchos de los que buscan la inevitable comparación entre ese equipo que parece invencible, que es capaz de tener la pelota durante el 80 por ciento de los partidos y que no se cansa de ganar, con esta Argentina que respetó el buen trato de la pelota, que fue generosa dominadora y que lastimó creando una enorme cantidad de situaciones de gol, por más que muchas se hayan desperdiciado.

Ésta es la Argentina que se quería ver. Cambió el técnico, apurado por las flojas actuaciones y, por ende, la escasez de resultados. Una eliminación, como dijo el Coco Basile, habría resultado desastrosa. Y seguramente lapidaria para un entrenador que tiene en claro la idea pero que no se termina de dar cuenta la forma de desarrollarla y llevarla a la práctica. Si se quiere jugar con la pelota, los tres “5” sirven para recuperarla pero uno no sabe hasta qué punto pueden ser suficientemente útiles para tenerla y darle valor. Ahí deben entrar a tallar otras virtudes, entre ellas la de encontrarle un par de socios al mejor de todos. Y eso fue lo que se logró anoche a través de un Gago totalmente comprometido en darle juego a Messi, con Agüero y con un Di María menos individualista y chocador, y más claro a la hora de darle un sentido colectivo a su juego.

Como dijo el propio Messi, ahora empieza otra Copa. Un poco por lo que pasó anoche, que debe ser mantenido en el tiempo; y otro poco porque los rivales de aquí en más plantearán dilemas al estilo Colombia y no las dificultades de una Bolivia a la que Argentina no supo ganarle por no tener la convicción que, por ejemplo, mostró anoche ante un equipo supuestamente inferior, al que se le ganó con esa clase de autoridad que a veces tanto le cuesta imponer a los mejores.

ARGENTINA PUSO PLAY

Agüero, el socio esperado

El “Kun” y Fernando Gago se convirtieron en los aliados que Messi estaba ansiando. Con dos goles ante Costa Rica, el ex delantero e ídolo de Independiente se convirtió en el máximo artillero de la Copa América, al llegar a tres tantos. Y eso que no era titular... Foto: EFE

 

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/// SÍNTESIS

Argentina 3

Costa Rica 0

Estadio: Mario Alberto Kempes de Córdoba.

Árbitro: Víctor Ribera.

Público: 56.000 personas.

Argentina: Romero; Zabaleta, Burdisso, Gabriel Milito y Zanetti; Mascherano, Gago, Di María; Messi, Higuaín y Agüero. Estuvieron en el banco: Carrizo, Andújar, Cambiasso, Tevez, Pareja, Rojo, Banega y Diego Milito. D.T.: Sergio Batista.

Costa Rica: Moreira; Acosta, Salvatierra, Duarte, Calvo, Leal, Mora, Cubero, Elizondo, Josué Martínez y Campbell. Estuvieron en el banco: Alvarez, Guevara, Guzmán, Castro, Carvajal, Arauz, Gatgens y Fajardo. D.T.: Ricardo La Volpe.

Goles: en el primer tiempo, a los 46 m Agüero (A). En el complemento, a los 9 m Agüero (A) y a los 19 m Di María (A).

Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Brenes (CR) por Calvo, Martínez (CR) por Madrigal, a los 12 m Valle (CR) por Elizondo, a los 34 m Biglia (A) por Di María a los 35 m Pastore (A) por Higuaín y a los 40 m Lavezzi (A) por Agüero.


BAJO LA LUPA

ROMERO (6).- Sacó una pelota complicada en el final del partido. Hasta ese momento casi no había intervenido.

ZABALETA (5).- Trató de asociarse al juego colectivo y de aparecer en algunas ocasiones por sorpresa en ataque.

BURDISSO (6).- El palo le negó la posibilidad de abrir el marcador con un cabezazo. Es el que más aporta en el juego aéreo.

MILITO (5).- No es que haya jugado mal ni mucho menos, pero fue tan escaso lo que produjo Costa Rica que apenas se notó su presencia.

ZANETTI (6).- En el primer tiempo llegó varias veces por sorpresa aprovechando los espacios que dejaba el rival. Sin el perfil adecuado, igual complicó.

GAGO (7).- Buen partido, medido, exacto en el manejo de la pelota y buscando siempre a Messi. Siguió al pie de la letra la recomendación de su ex compañero Riquelme: “la primera pelota siempre debe ir a Messi”.

MASCHERANO (6).- Como siempre, aguerrido y dedicado de lleno a la recuperación.

MESSI (9).- La figura del partido. Le faltó el gol para coronar una noche brillante. Metió seis o siete habilitaciones a sus compañeros para dejarlos mano a mano con el arquero rival.

DI MARÍA (7).- Apareció muchas veces solo por el costado izquierdo y fue importante en el manejo de la pelota y la circulación del juego, sin exagerar en la individual. Además, hizo un gol.

HIGUAÍN (6).- Bien, aunque no estuvo feliz para definir. Se sabe que el centrodelantero cumple cuando la mete, pero estuvo ahí y le dio una presencia en el área que el equipo no tenía.

AGÜERO (8).- Después de Messi, el otro gran valor de la noche cordobesa. Dos goles y algunas jugadas de su sello. Definió en forma exquisita en el segundo gol argentino y de su cosecha personal.

BIGLIA.- Entró bien, comprometido con el juego, trayendo la pelota desde el propio campo y acompañando.

PASTORE.- Trató de ser el eje de la circulación del balón para darle un respiro a Messi. Lo pidieron de todos lados.

LAVEZZI.- Pocos minutos, sin embargo el palo le negó el gol en la primera que tocó.