Le faltó un gol para sacar un 10...

La noche en que nadie se fijó si Messi canta el himno

Él, más que nadie, debe querer su revancha con la gente de Santa Fe. Ojalá la “rompa” el sábado en el Centenario como lo hizo anoche en el Mario Alberto Kempes, emulando la jerarquía de aquel goleador de Menotti.

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Córdoba)

Dejó su huella el paso de la selección la semana pasada por Santa Fe. El mundo entero habló de los silbidos al plantel, con Messi incluido. La gente pasó el cariño extremo de la bienvenida en Sauce Viejo, el recorrido al hotel de Colón y el desborde popular en el entrenamiento del día previo, a una estruendosa rechifla que selló ese primer paso de Argentina por nuestra ciudad. “No fuimos sólo los santafesinos, en la cancha había gente de todos lados. Ponelo bien grande, de los 30.000 que había en la cancha, menos de la tercera parte era de la ciudad”, decía Carlos Fertonani al pasar, en diálogo con el enviado de El Litoral. Pero lo cierto fue que el antecedente de Santa Fe movilizó algunas cuestiones. A saber: 1) se cambió la modalidad y no hubo reconocimiento del Mario Alberto Kempes; 2) los jugadores casi no se hicieron notar en su estadía en Córdoba y apenas aparecieron en el lobby del hotel para recibir a familiares; 3) el padre de Messi salió a decir que su hijo no estaba bien y que nunca en su vida lo habían silbado.

Con ese panorama, la selección llegó al estadio con la hora y media de anticipación que se especifica por reglamento. Y a partir de allí se inició una suerte de idilio con el público cordobés, que sólo se veía alterado cuando la gente gritaba por Pastore. “Poné a Pastore, la p... que te parió”, era el cántico de la gente de Córdoba, que sonó con firmeza y potencia, antes y durante el partido, hasta que Batista se decidió a ponerlo faltando unos 10 minutos para el final.

Pero el destinatario de ese idilio fue el propio Messi. Muchas de las banderas apuntaban a él. “Messi, creemos en vos” era una de ellas, quizás la más visible. La cancha no está bien, se notan las diferencias en el color del césped. Eso contrasta con todo lo demás, que es verdaderamente impactante y convierte a este estadio ubicado en el paraje Chateau Carreras, en uno de los más grandes del país, apenas comparable con el de River. Cuando Messi entró a pisarlo, el estadio se vino abajo. Y si bien la “Pulga” se equivocó en las dos primeras pelotas que tocó, enseguida empezó a demostrar que tenía ganas de revertir la imagen.

“Ni se les ocurra sacarse una foto con Messi antes del partido”, fue la orden de La Volpe para sus dirigidos. Para ellos, tenerlo a Messi enfrente y como rival, más que un problema es casi un honor. La mayoría de los jugadores de Costa Rica son de consumo interno, en un fútbol lejos del profesionalismo y la pasión con la que se vive en otras partes del planeta. No utilizaron la infracción como recurso permanente y los foules cometidos no fueron intencionados ni para lastimarlo. Pero al final lo terminaron padeciendo, porque Costa Rica se encontró anoche con la mejor versión de Messi en mucho tiempo con la camiseta de la selección.

Después de aquellas dos primeras pelotas malogradas, vino la primera ovación para Lio cuando se jugaban 9 minutos. Fue luego de una buena jugada y de un tiro libre posterior que se fue por arriba del travesaño pero mucho mejor ejecutado que aquel del final del partido en la cancha de Colón.

Después empezó el concierto de sutilezas y genialidades de Messi. Dos pelotas a Agüero y a Higuaín para dejarlos mano a mano con el arquero y un claro penal en su perjuicio que el mal árbitro peruano ignoró, fueron los aportes del primer tiempo. El segundo tiempo fue estupendo. Le dio el pase a Agüero en el segundo gol, le metió una pelota exquisita entre los centrales a Higuaín, a quien le cometieron otro clarísimo penal que el peruano no vio; luego vino un “replay” para Higuaín, la pelota del gol de Di María y otra habilitación increíble para Lavezzi, apenas ingresado, en la pelota que el delantero del Nápoli estrelló en el palo. La “rompió” Lio en el segundo tiempo y por eso se hizo acreedor, con gran mérito, al rótulo de mejor jugador del partido aún a pesar de los dos goles y la muy buena actuación del Kun Agüero.

“Por cómo veníamos, no merecíamos tanto cariño”, señaló Messi en la caótica salida de los jugadores argentinos, en un lugar donde se mezclaban los periodistas con cientos de curiosos que querían fotografiar a los jugadores, y apuntó al público de anoche: “Le doy las gracias a toda la gente de Córdoba por cómo nos trató y en especial a mí”.

En cuanto a lo que se viene, fue claro y conciso: “Ahora empieza otra Copa”, señaló el mejor jugador del mundo, agregando que “nosotros, más que nadie, queremos lo mejor para Argentina”.

Messi sintió mucho lo que pasó hace seis días en la cancha de Colón. Su discusión con Burdisso, los silbidos de la gente, ese tiro libre que ejecutó tan desafortunadamente, el gesto contrariado de su padre en las plateas del estadio y las críticas generalizadas recibidas por el equipo, afectaron muchísimo al 10 del Barcelona. Dicen que el jueves pasado no aprovechó la tarde de descanso que le dio Batista al plantel, se recluyó en su habitación del complejo de Ezeiza, escuchó música y pensó. Se nota que ha sufrido Messi, pero también se lo ve consciente de que hasta anoche se había jugado mal y que esta actuación puede marcar un quiebre a favor.

Argentina volverá el sábado al Centenario. Ojalá sea una revancha para todos. La del equipo, para mostrar un fútbol que ante Colombia no brindó; la de la gente, para disfrutar, festejar y darle el implacable veredicto soberano que logre trastocar aquellos silbidos del miércoles pasado, por una catarata de aplausos, respaldo y afecto hacia Messi y sus compañeros.

Un amateur entre millones de dólares

3.jpg

Fue la historia del día de ayer en el Centro de Prensa ubicado en el histórico Cabildo cordobés, enfrente de la Plaza San Martín y en pleno microcentro de la Docta.

Francisco Calvo es un pibe semiamateur que llegó de casualidad a la selección de Costa Rica. Nos contaban los colegas del país centroamericano que Calvo apenas tuvo un paso por las ligas menores del Deportivo Saprissa, pero abandonó el fútbol y se fue a estudiar Criminología al San Jacinto College de Estados Unidos, donde comenzó a jugar en el torneo universitario, competencia de mucho auge en ese país.

La Volpe ni pensaba en convocarlo. Pocos lo conocían y muchos se sorprendían. Un argentino, Salvador Ragusa, alguna vez pensó en él para llevarlo a Gimnasia de Jujuy, cuando Ragusa estuvo en el club del noroeste del país, pero el mundo del fútbol no se imaginaba que este tal Calvo iba a jugar la Copa América y a enfrentar a Messi, Higuaín, Mascherano y tantas figuras de millonarios ingresos.

“Calvo se pagó el viaje, pidió entrenar con el sub 20, La Volpe lo vio, lo probaron, quedó en la selección y acá está”, comentó a El Litoral uno de los colegas de Costa Rica. Toda una novedad, quizás la más curiosa de esta Copa América. Lo sacaron al término del primer tiempo: estaba amonestado.


3 goles

4.jpg

El artillero de la Copa América tiene nombre y apellido: Sergio Agüero

/ El delantero argentino anotó por dos ayer contra Costa Rica y se convirtió en el máximo goleador del certamen, por encima de Falcao (Colombia) y Guerrero (Perú), que tienen 2. También le había anotado a Bolivia.


7 pases

5.jpg

metió Lionel Messi para dejar a un compañero en situación de gol

/ De esas ocasiones, dos terminaron en festejos: el 2-0 de Agüero y el 3-0 de Di María. Además, la “Pulga”, en uno de sus mejores partidos con la selección argentina, participó muchísimo en el juego: dio 50 pases bien y sólo 4 mal.


50 por ciento

6.jpg

de triunfos obtuvo Sergio Batista al frente de la selección

/ Ayer, el equipo argentino jugó su partido número 16 con el “Checho” como DT: ganó 8, empató 5 y perdió 3 (ante Japón y los dos polémicos amistosos de este año frente a Nigeria y Polonia, con un plantel alternativo).


1 sancionado

7.jpg

Ezequiel Lavezzi no podrá ser tenido en cuenta para los cuartos de final

/ El delantero del seleccionado recibió ayer su segunda tarjeta amarilla y no podrá jugar el encuentro de cuartos, el sábado en Santa Fe ante Chile, Perú o Uruguay. El jugador del Nápoli recién podría volver en semifinales.


/// análisis

Messi vs. Messi

Por Juan Manuel Díaz (*)

“Y entonces, ¿ustedes no recuerdan que el Camp Nou lo silbara a Lionel nunca?”, pregunta casi con un punto de desesperación el colega argentino al otro lado del teléfono. “No, aquí a Leo se le idolatra”, es la respuesta lapidaria desde Barcelona. El mundo del fútbol vive con un punto de curiosidad la tortuosa relación que ha establecido una buena parte de la crítica y la hinchada argentinas con el mejor jugador del mundo, Leo Messi. La curiosidad se transforma en inquietud e incluso indignación desde la óptica del seguidor del Barcelona incapaz de comprender la dureza con la que se juzga a “La Pulga”, llegando en ocasiones al menosprecio.

Argentina se cuestiona el patriotismo de Messi por no cantar el himno; un chaval se lo encuentra a la puerta de un restaurante y le grita “pecho frío” tras un mal partido de la albiceleste, sentencian que Leo no tiene el carácter de Diego Maradona para “echarse el equipo a la espalda”; y sus compañeros le gritan “pendejo” por no correr el último balón de la última jugada; incluso algunos le echaron en cara que marcara ¡y celebrara en exceso! el gol a Estudiantes de La Plata en la final del Mundial de Clubes de 2009.

Los reiterados éxitos de Messi con el Barcelona provocaron y provocan sesudos análisis sobre el supuesto desarraigo de Leo, sin una afición ni un periodismo patrio que le defienda cuando cruza el charco atlántico. Una forma de justificar cómo minusvaloraron y minusvaloran algunos a un jugador único, doble Fifa Balón de Oro a los 24 años y ganador de casi todo. Porque, desgraciadamente, la Argentina actual no llega a nivel de selecciones a la excelencia que logra el Barcelona a nivel de clubes.

(*) Periodista de Sports de Barcelona.

 

La noche en que nadie se fijó si Messi canta el himno