La universidad trabaja sobre la situación de los pueblos originarios

La educación como puente de un diálogo intercultural

Un proyecto de extensión trabaja sobre educación intercultural con la comunidad mocoví Com Caia, en Recreo. Se brindan talleres sobre el ejercicio de los derechos indígenas, y las herramientas necesarias para canalizar reclamos.

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El proyecto de extensión propone capacitar y brindar herramientas jurídicas a los integrantes de la comunidad mocoví Com Caia, en Recreo. Foto: Archivo El Litoral / Mauricio Garín

Luciano Andreychuk

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Un novedoso Proyecto de Extensión de Interés Social (PEIS) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) se ha propuesto valerse de la educación para tender un puente intercultural que achique distancias entre el derecho común -que busca organizar la sociedad en su multiplicidad de diferencias- y la cosmovisión ancestral, las costumbres y la dignidad de los pueblos originarios, asediados en la actualidad por demandas urgentes, más allá del drama histórico que pesa sobre sus hombros.

“Construyendo el puente. Educación intercultural entre las comunidades aborígenes de Santa Fe y la UNL” es el título de una iniciativa que se realiza desde el año pasado, orientada a capacitar a los integrantes de comunidades aborígenes de la provincia sobre el ejercicio de sus derechos especiales, y a fomentar la formación de abogados comprometidos con la promoción de los derechos humanos en general -y de los derechos de los pueblos originarios en particular-, dentro de un marco de diálogo entre culturas.

El PEIS -en el que colaboran abogados y estudiantes de Derecho, dos antropólogas y una especialista en ciencias de la Educación- se desarrolla en la comunidad mocoví Com Caia, ubicada en Recreo. Allí se dictan talleres regulares donde se capacita a los integrantes de la comunidad sobre los derechos específicos indígenas. Y también sobre cuestiones prácticas que sirvan para afrontar problemas jurídicos o sociales: cómo recurrir a las organizaciones indígenas representativas, o a los estamentos a nivel político competentes para poder realizar reclamos o pedidos, etc.

Las instituciones involucradas son la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL, y la Ocastafe (Organización de Comunidades Aborígenes de Santa Fe). Los talleres comenzaron el año pasado, se dictan cada 15 días y ya convocan a unos 25 asistentes. “De a poco se va sumando más y más gente. El desconocimiento es el peor aliado: al no conocer los derechos que los asisten, los integrantes de esa comunidad no pueden decidir por sí mismos. Por eso los talleres, para brindar herramientas”, dijo a El Litoral la Abog. Maria José Bournissent, coordinadora del proyecto.

Este trabajo nació de un proyecto de extensión anterior, que apuntaba a la alfabetización indígena y derechos humanos y asesoría jurídica para las comunidades originarias. “Faltaba ir hacia adentro de las comunidades, es decir a las bases, a capacitar, a enseñar, llegando hasta el seno de las comunidades que están en el medio del bosque, del monte”, dijo la abogada.

Las capacitaciones permitirán a los aborígenes mocovíes conocer mejor cuáles son sus derechos, cómo actuar ante dependencias del nivel político ejecutivo para plantear un reclamo. Cómo recurrir a la Dirección Provincial de Pueblos Originarios, o al IPAS (Instituto Provincial del Aborigen Santafesino), o al Inai (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), entre otras gestiones.

Modalidad de los talleres

La universidad no baja a imponer verticalmente su conocimiento a las comunidades, sino que se trata de un intercambio, aclaró Bournissent: se trata de respetar la particularidad identitaria de cada pueblo. “Las capacitaciones no se arman desde la comodidad de una oficina, sino en la plena reciprocidad, con los integrantes de la comunidad. La Ocasafe está siempre presente, porque es quien de alguna manera empodera políticamente a la comunidad. En los talleres se trabaja abriendo el panorama de la evolución de los derechos indígenas, pero sin un speech prefabricado: las capacitaciones se arman con interacción, con ida y vuelta”, amplió la coordinadora.

Más allá de los derechos humanos y la dignidad humana, se aborda la cuestión de los derechos indígenas como aquello que los “diferencia” como cultura. “Si esa diferencia no se reconoce, se atenta contra el principio general de igualdad. Desde esa diferencia es que se habla de los derechos especiales que tienen reconocidos, y que tienen que ver con la preexistencia étnica y cultural, el derecho a la identidad, a la propiedad comunitaria del territorio, a la educación, etc.”, precisó la abogada.

“Ellos (los mocovíes) hablan desde la vergüenza y el miedo. Miedo a reconocerse como aborígenes por la discriminación de que han sido víctimas durante siglos. Hoy el nudo central de la cuestión indígena pasa por las reivindicaciones territoriales. Pasa por el derecho de territorio, concepto que se asemeja a la cosmovisión indígena (no se habla de tierra porque para ellos es con concepto individualista). Los reclamos territoriales fuertes están en las zonas donde más pesan los intereses económicos, allí donde operan las empresas madereras, sojeras y mineras”, cerró Bournissent.


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Los talleres buscan capacitar sobre los derechos indígenas, para otorgar herramientas que sirvan para resolver conflictos y canalizar reclamos”.

Abog. María José Bournissent

coordinadora PEIS

Desconocimiento

“La educación nos ayuda a acortar distancias, a contribuir a la resolución de parte de los muchos problemas que tienen los pueblos originarios. Y desde la universidad estamos tratando de llevar adelante esto. Es educación intercultural con las comunidades, pero también educación intercultural hacia adentro de la universidad. Porque también este desconocimiento sobre el derecho indígena está en la propia universidad”, dijo Bournissent. En este sentido, el PEIS también contempla una cátedra taller de pueblos originarios que se dicta en la facultad de Derecho, y que es interdisciplinaria.