Tevez, que entró por la ventana, erró el penal decisivo

El “Macanazo”

La Argentina se despidió en Santa Fe, mostrando al mejor Messi y pasajes ofensivos interesantes. Pero atrás fueron de terror. Hace 18 años que no ganamos nada.

El “Macanazo”

Otra foto, el mismo final

 
 

Darío Pignata

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Lo que arranca mal, termina mal. Y esta historia de amor/odio entre Sergio Batista y Carlos Tevez terminó como tenía que terminar, por más que ahora caigamos en las estúpidas frases —excusas mediocres— de “los penales son una lotería” o “le puede pasar a cualquiera”. Con esas mentiras venimos desde hace 25 años cuando ganamos la última Copa del Mundo o, en el mejor de los escenarios, desde hace 18 cuando nos quedamos con la Copa América de Basile.

El desenlace mostró algo previsible desde todo punto de vista: era imposible que Muslera no “manoteara” algún penal por cómo había atajado en los 90 reglamentarios y en los 30 minutos extra. Y nadie se pudo extrañar que Tevez lo tirara a las manos, cuando Carlitos se había equivocado en todas las pelotas que le pasaron por sus botines en los minutos que entró por pedido de la gente.

No hay personalidad. Ni el campo de juego, a pesar de los millones de pesos/dólares/euros de sus cuentas bancarias, ni en el banco donde está el supuesto conductor. Porque este mismo entrenador que deposita en las botas de Tevez un momento importante es el mismo que hace apenas un puñado de meses dijo “no es un jugador que aparezca entre mis prioridades”. Cuando hay convicciones, no se negocian. Y Batista las negoció.

Es que él sabe perfectamente que está “de regalo” en el puesto que hoy ocupa. El “Checho” está ahí porque Maradona no quiso entregar la cabeza de Mancuso, de quien ahora finalmente está separado. En definitiva, Batista está ahí porque Grondona midió fuerzas con Diego después de Sudáfrica y chocaron los planetas. No hace falta explicar que el que se pelea o discute con el “Don” se tiene que ir (en caso de duda, consultar a Passarella).

Por eso se entiende el porqué de esos hinchas que, en medio de una gran fiesta previa en las tribunas, se animaron a mostrarle al mundo esa pequeña bandera blanca con letras negras en la Platea Este de Colón que simplemente imploraba “Basta de Grondona”.

El único punto en común de los fracasos que viene encadenando el fútbol argentino, competencia tras competencia, es justamente el hombre que pone y saca los técnicos como quiere. Primero bastardeó las Selecciones Juveniles que honró Pekerman y ahora aplicó su Biblia en la Mayor: dirige cualquiera, dirige el que él quiere. Total, los gobiernos de turno y el establishment del poder lo fueron transformando en intocable: todas las denuncias penales que pesan en su contra, se “cajonean” con una facilidad pocas veces vista. Ni siquiera la pasó mal cuando clubes quebrados siguieron jugando o cuando pobres tipos se cagaron muriendo en una cancha.

Si es cierto que la Señora está analizando de cara a las presidenciales qué costo puede pagar con la segunda vuelta Macri-Filmus en Capital, sería bueno que ya mismo empiece a medir los costos de quedar pegada con su falso socio en este “Fútbol para Todos” de Grondona. Es verdad, Don Julio, su fútbol es realmente para todos... Para todos los otros: para Holanda en el ‘98, para Brasil en Paraguay ‘99, para Suecia en el 2002, para los dobletes con Brasil en Perú y Venezuela; para Alemania en el 2006, otra vez para Alemania en el 2010, ahora para Uruguay en el 2011.

Nos fuimos de la Copa, ya está. Con Messi, con la constelación de estrellas que brillan en los mejores clubes del mundo y con todo el torneo armado en casa para ganarlo. No hay caso. No vamos para atrás ni para adelante. Nos quedamos en el tiempo.

Hay una dirigencia a la que le falta de todo y sólo le sobran telarañas. Es tiempo de vivir el presente y planificar el futuro. No se puede seguir con Grondona, con Bilardo y con esa corte de alcahuetes que sólo buscan por Viamonte el favorcito de turno.

Así como para algunos medios orientales, anoche Uruguay reeditó el “Maracanzo” del ‘50 en el Cementerio de los Elefantes, acá se armó el “Macanazo”. No le echen la culpa a la gente, a la que despreciaron y ni siquiera miraron. No es que negaron fotos, abrazos, camisetas o autógrafos. Directamente, negaron la mirada. Mientras Uruguay fue la contracara —vi una nota por TyC Sports a la siesta con un par de jugadores sacándose fotos con los hinchas—, estos jugadores debieran usar parte de sus cuentas millonarias para comprar un poco de educación y algo de respeto. El viernes, bajo la llovizna, había gente grande, niños, mujeres, abuelos que llevaron banderas, globos, camisetas. En Sauce Viejo y en el hotel. Nunca se sacaron los auriculares ni levantaron la mirada clavada en sus tabletas. Así viven y así juegan cuando no es por plata... cuando es por la gloria.

Lo que arranca mal, termina mal. En Santa Fe, terminaron de darle forma al Macanazo. Pateó el penal un jugador que estaba para Batista afuera de toda convocatoria. Pero la gente presionó y no le quedó otra que llamarlo. El “Checho” no tiene espalda. Ese es el otro Macanazo, obra de Grondona: lo puso porque es barato y lo puede manejar. Todo lo contrario a Maradona. Se sabe, a la corta o a la larga, lo barato sale caro. Lo peor está por venir.

 

Pensar que nació acá. El arquero Muslera, que nació en Buenos Aires pero juega para la Selección de Uruguay, se queda con el penal de Tevez en el arco que da espaldas al Fonavi. El “1” charrúa fue la gran figura con tapadas importantes. Parecía impenetrable, la contracara de lo que fueron Milito-Burdisso parados adelante de Romero: sólo les faltó un gol en contra. Foto: José Jacome/EFE

61

Años Se cumplieron justamente ayer de ese histórico 16 de julio de 1950 cuando Uruguay enmudeció a 220.000 brasileños en el Maracaná de Río de Janeiro, ganando 2-1 la final de la Copa del Mundo. “Argentinazo”, tituló Marca en España. Y los medios charrúas compararon lo de anoche con ese Maracanazo.

 
El “Macanazo”

Pegale Fuerte... Apache


Muslera, el héroe charrúa. A pesar de la violencia y de lo esquinado, el uruguayo Muslera se tiró a su derecha y se quedó con el penal de Carlos Tevez. Antes y después, entraron todas en el arco del Fonavi. En la tanda de los penales, Uruguay dejó a la Argentina sin Copa en la cancha de Colón. ¿Y ahora por quién vamos a hacer fuerza en semifinales?.

/// SÍNTESIS

ARGENTINA 1 (4)

URUGUAY 1 (5)

Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Nicolás Burdisso, Diego Milito, Javier Zanetti; Fernando Gago, Javier Mascherano, Ángel Di María; Lionel Messi, Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero.

DT: Sergio Batista.

Uruguay: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Mauricio Victorino, Martín Cáceres; Álvaro González, Diego Pérez, Egidio Arévalo Ríos, Álvaro Pereira; Diego Forlán y Luis Suárez.

DT: Oscar Tabárez.

Goles: en el primer tiempo, a los 5 minutos, Pérez (U); a los 17, Higuaín (A). Definición por penales: convirtieron en Argentina Messi, Burdisso, Pastore e Higuaín. Convirtieron en Uruguay: Forlán, Suárez, Scotti, Gargano y Cáceres. Fernando Muslera le contuvo su penal a Tévez.

Cambios: en el primer tiempo, a los 19, Andrés Scotti por Victorino (U). En el segundo tiempo, a los 27, Javier Pastore por Di María (A); a los 38, Carlos Tevez por Agüero (A). En el primer tiempo suplementario, a los 5, Lucas Biglia por Gago (A). En el segundo tiempo suplementario, a los 5, Walter Gargano por A. Pereira (U) y Sebastián Eguren por Arévalo Ríos (U).

Incidencias: en el primer tiempo, expulsado a los 38, Pérez (U), por doble amonestación. En el segundo tiempo, a los 41, expulsado Mascherano (A), por doble amonestación.

Árbitro: Carlos Amarilla (Paraguay).

Estadio: Brigadier General Estanislao López.