Jorge Edwards

“El escritor no debe tener sólo talento”

Mercedes Bermejo

(EFE)

Jorge Edwards cree que el escritor tiene que ser una persona con “carácter” además de con “talento”, al considerar que la creación literaria no es consecuencia del “puro instinto” sino que es “algo más” y, por ello, llama a “impregnar” esta actividad de valores que sirvan para la apertura de las conciencias de los hombres.

El autor chileno recuerda que el escritor “siempre ha tenido obstáculos para su desarrollo como persona y como literato”. Y, como ejemplo, puso a Miguel de Cervantes.

Edwards también cita a Mario Vargas LLosa, como modelo de literato “riguroso” e “inteligente”, que ha cultivado su talento con tesón y ha creado una obra que ha merecido ser reconocida con el Premio Nobel de Literatura.

Para el escritor chileno, reconocido con el Premio Cervantes, es necesario abandonar la idea de que la literatura es sólo una “visión estética” del mundo, de la sociedad, ..., ya que, en su opinión, hay que “impregnar a esta actividad de valores, abrir las conciencias de los hombres”.

El literato, que en marzo pasado presentó su última obra, La muerte de Montaigne, editada por Tusquets, considera que el pensamiento y la palabra están “unidos estrechamente” y, por ello, rechaza tajantemente la función de entretenimiento de la creación literaria.

En opinión de Edwards, “la literatura, para superar la condición de producto comercial, de simple entretenimiento pasajero, necesita de un elemento añadido que se podría definir, en último término como sabiduría”.

Y aunque, en alguna medida, la literatura es capaz de ofrecer respuestas, para el escritor chileno “plantea, por encima de todo, un mundo de preguntas, de cavilaciones, de enigmas”.

Por ello, invita a los jóvenes escritores a que dejen a un lado “los linchamientos literarios” a sus predecesores y asimilen “una visión más amplia” enfrentando nuevos “desafíos” como en su tiempo supusieron obras como Rayuela, de Julio Cortázar.

Edwards, que desempeña en la actualidad el cargo de embajador de su país ante Francia, considera que esta experiencia de diplomático, que a lo largo de la historia han desempeñado numerosos escritores, como su compatriota Pablo Neruda, “tiende a extinguirse”.

Además, el escritor baraja la posibilidad de escribir, a raíz de su actual experiencia en París, un ensayo político al modo de Persona non grata, una de sus obras más conocidas y que surgió tras ser expulsado por el régimen de Fidel Castro en 1971, tras su residencia de tres meses en la isla como embajador del Gobierno del socialista Salvador Allende.

Al ofrecer una visión de la política actual de la isla, Edwards considera que Raúl Castro solo ha podido efectuar “cambios cosméticos” debido, en su opinión, a la “capacidad de veto” de Fidel Castro, a quien define como el revolucionario “más inmovilista”.

Desde la atalataya que le ofrece su cargo de diplomático en París, Edwards observa a Latinoamérica, cree que algunos países experimentan un “desarrollo interesante”, tanto de sus sociedades como de sus democracias, como son los casos de Brasil, Colombia, Chile y Perú.