Curso en INTA Rafaela

El tesoro está en la fosa

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Disertantes. Verónica Charlón y Roberto Sodo, en la apertura.

Foto:Gentileza

Se realizó un nuevo curso de capacitación para fomentar el reciclaje de los efluentes del tambo. Algunas claves de manejo permiten evitar la contaminación y mejorar la fertilización del suelo gracias al uso de la bosta.

 

La apertura estuvo a cargo del Ing. Roberto Sodo, y el gerente de la cooperativa, René Graffione, quienes rescataron la importancia de la capacitación de los productores en la cuestión, ya que la cooperativa, a inicios de este año, compró una máquina estercolera, con la idea de abocarse a esta tarea.

Entre el grupo de participantes estuvieron los responsables del manejo de la maquinaria, directivos y numerosos productores que integran el grupo de Cambio Rural y forman parte de la Sociedad Rural.

La Ing. Verónica Charlón (del INTA Rafaela) abordó el tema con mucha claridad y muy buenas imágenes. Comenzó comentando el estado actual de las fosas de los establecimientos, mostrando las diferencias entre las que están bien mantenidas y las no mantenidas, y eso disparó reflexiones, preguntas y recomendaciones. Sobre la gestión de los efluentes, la especialista remarcó que “una gestión de los efluentes generados en el tambo supone empezar por planificar su destino, asegurando que no se deteriore o contamine el entorno”. Destacó la necesidad de compatibilizar las prácticas de manejo con un desarrollo sustentable, reduciendo la generación de residuos y recuperando un material valioso por las propiedades y nutrientes que contiene. Luego compartió con los asistentes información sobre el manejo de la máquina y la elección de los lotes para el uso de la estercolera.

Consejos

Como cierre, las ventajas de la gestión de efluentes fueron resumidas por la Ing. Charlón. Primeramente, prevenir la contaminación del agua subterránea y superficial. Luego, eliminar y evitar zonas de acumulación de materia orgánica, crecimiento de insectos, proliferación de plagas y roedores. Intentar proporcionar un ambiente de trabajo seguro para el operador. Procurar un mantenimiento y costos operativos bajos. por último, respetar los requerimientos legales.

La reunión finalizó con el compromiso de continuar trabajando, en lo que queda del año, en nuevas instancias de capacitación, complementando desde la coordinación del Proyecto Lechero del INTA las necesidades y propuestas de los productores y tamberos de la cooperativa. Y con una cena, donde se siguió conversando sobre los efluentes.

Una gestión de los efluentes generados en el tambo supone empezar por planificar su destino, asegurando que no se deteriore o contamine el entorno.



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De la fosa al campo. Saber reutilizar el deshecho en beneficio del suelo es un desafío inexorable para los tamberos. Foto:Campolitoral

Propuestas

Todas las actividades donde se involucre al menos un recurso natural tienen algún impacto en el medio ambiente. Pensar en una gestión de los efluentes generados en el tambo supone empezar por planificar su destino, asegurando que no se deteriore o contamine el entorno. INTA propone compatibilizar las prácticas de manejo con un desarrollo sustentable, reduciendo la generación de residuos y recuperando un material valioso por las propiedades y nutrientes que contiene. Prevenir la contaminación del agua subterránea y superficial. Eliminar y evitar zonas de acumulación de materia orgánica, crecimiento de insectos, proliferación de plagas y roedores. Proporcionar un ambiente de trabajo seguro para el operador. Procurar un mantenimiento y costos operativos bajos. Respetar los requerimientos legales. Cada tambo tiene un manejo particular de los animales y del ordeño, que va a definir la calidad y cantidad de residuos generados diariamente. Cuando se va a planificar el destino de los efluentes del tambo, es necesario considerar varios factores para lograr la optimización de los recursos presentes: Cantidad de animales en ordeño y posible expansión, tipo de efluente a almacenar (líquido y/o sólido), emplazamiento de zona de tratamiento, tiempo de almacenamiento requerido, disposición final. Una propuesta de manejo racional se sustenta en dos premisas complementarias: Identificar y delimitar la cantidad de efluentes generados en las instalaciones de ordeño, y planificar el destino final de los efluentes generados.