Orgullo santafesino

Apenas despuntado el siglo XX comenzó a gestarse el proyecto y la construcción de uno de los edificios emblemáticos de la ciudad: el Teatro Municipal, recientemente declarado Monumento Histórico Nacional, pero reconocido desde mucho antes, por propios y ajenos, por su calidad y belleza

TEXTOS. NANCY BALZA. FOTOS. el litoral.

Orgullo santafesino

Los últimos días de junio sorprendieron a medios de comunicación y funcionarios de varias ciudades argentinas con la novedad de que algunos de los teatros más representativos del país habían sido incluidos en la categoría de Monumento Histórico Nacional. Santa Fe no fue la excepción: el Teatro Municipal 1º de Mayo recibió esa denominación al igual que El Círculo, de la ciudad de Rosario.

¿Qué implica en los hechos que un edificio alcance el estatus otorgado por el mencionado organismo nacional? Además de un reconocimiento a su valor cultural y arquitectónico, involucra “un paso importante y fundamental en la protección del bien”, tal como señala Juan Martín Repetto, titular de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos. Por su parte, la arquitecta santafesina Adriana Collado señala que “son más las voces expertas que deben dirimir cualquier cuestión acerca de la preservación de su materialidad”.

Para el secretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad, Damián Rodríguez Kees, esta declaratoria -de la que tuvo noticias a través de los medios de comunicación- involucra una mayor responsabilidad pero también la posibilidad de generar subsidios para “emprender arreglos y subsanar necesidades”, algunas prioritarias como el sistema de aire acondicionado.

LA HISTORIA

“En los primeros años del siglo (XX) la ciudad reclamaba la necesidad de que se levantara una sala de teatro adecuada al renovado clima cultural de la vida urbana. La iniciativa será tomada por la Municipalidad, que el 8 de mayo de 1903 efectuó un llamado a licitación para la compra de un terreno ubicado en el área central (...); en junio se resolvió adquirir dos lotes linderos en la esquina de San Martín y Córdoba (hoy, Juan de Garay), cuyos propietarios eran Ángela de la Casa de Lehmann y Manuel Gálvez”. Así comienza la descripción del “Inventario: 200 obras de Patrimonio Arquitectónico de Santa Fe”, editado por el Centro de Publicaciones de la Universidad Nacional del Litoral, en 1993, en el capítulo dedicado al coliseo santafesino.

Describe luego que, por ordenanza Nº 489, se aprobaron los planos del arquitecto Augusto Plou. El 20 de agosto se produjo el llamado a licitación para la construcción, presentándose sólo la propuesta de la empresa J. Mai e hijos que fue aceptada.

El 3 de octubre se dio comienzo a los trabajos con la presentación del arquitecto Plou, a quien se había encomendado también la dirección de la obra y que viajaba regularmente desde Buenos Aires para tal fin; el edificio se inauguró el 5 de octubre de 1905.

“El partido se organiza en base a un eje de simetría que conecta los tres espacios principales: hall, sala y escenario, que conforman el cuerpo central hacia el que se vuelcan dos alas laterales de servicios y circulaciones. La sala mayor, en forma de herradura, se ubica simétricamente sobre ese eje de composición y se halla estratificada en cuatro niveles (palcos, gradas, tertulia y paraíso), además de la platea (...)”.

“La resolución de este espacio principal es de particular calidad -añade-, lo que hace que se la considere entre las principales salas de teatro del país, no sólo por su belleza arquitectónica sino también por la excelente acústica que posee”.

Este concepto es retomado luego por Gustavo Vittori en “Santa Fe en clave”, donde destaca aspectos de alto valor estético como la sala principal en forma de hemiciclo completamente decorada, la cúpula formada por tres anillos, “el primero de los cuales contiene una pintura mural de Nazareno Orlandi, pintor italiano que la ejecutó en 1905 sobre telas encastradas en una estructura de madera, aunque ópticamente parece integrada al cielorraso (...)”, y la “gran araña circular de 60.000 cuentas de vidrio” que impacta apenas se eleva la vista.

Aquella producción, publicada en 1997, reseñaba que “desde las primeras funciones en que fueron presentadas las óperas ‘Gioconda’, de Ponchielli; ‘Bohéme’, de Puccini, y ‘Aída’, de Verdi con la dirección del maestro Antonio Marranti, muchos han transitado el escenario. Primeras figuras mundiales como los actores Ermette Novelli, Ermette Zaccone, Borrás, Vilches, Díaz de Mendoza, Jouvet, Lola Membrives. Los grandes nombres de la lírica europea, del teatro culto y también los más procaces teatros de revista”.

UN NUEVO RECONOCIMIENTO

La arquitecta Adriana Collado, Doctora en Historia de Arte y reconocida profesora-investigadora de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional del Litoral, aporta su opinión en una materia que conoce bien, ya que fue delegada en Santa Fe de la Comisión Nacional de Museos, cargo que desempeñó hasta mayo pasado.

- ¿Qué valor tiene para usted esta declaración?

- La declaratoria como Monumento Histórico Nacional del Teatro Municipal 1º de Mayo de Santa Fe es, sin dudas, un hecho auspicioso y altamente significativo para la historia del edificio. Si bien dentro del ámbito santafesino nuestro teatro tiene ya ganada la consideración como uno de los más destacados ejemplos de la arquitectura local y su valor patrimonial ha sido reconocido plenamente en muchas ocasiones, esta nueva distinción otorgada a nivel nacional tiene la importancia de haberse dado en el contexto de una declaratoria que agrupa a los principales teatros del país y -en ese marco- nuestro teatro ocupa un sitial verdaderamente relevante.

Implica ponerlo en confrontación con otros casos de singular interés y reconocimiento, frente a los cuales los méritos del Municipal de Santa Fe parecen crecer en importancia. Además, un edificio que posee este tipo de declaratoria tiene un grado de protección mayor, en tanto son más las voces expertas que deben dirimir cualquier cuestión acerca de la preservación de su materialidad.

Es oportuno recordar que para intervenir en materia de restauración, mantenimiento, remodelaciones, etc. en un monumento nacional, el propietario o tenedor del bien debe contar con la autorización de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, lo cual supone un mayor grado de control sobre las acciones que pueden alterar el monumento.

En este caso, afortunadamente, el teatro ha sido restaurado en épocas bastante recientes y el Municipio arbitró entonces todos los medios de control poniendo la responsabilidad de la obra en manos de expertos, por lo que los trabajos tuvieron resultados muy positivos. Pero esto no siempre ocurre de este modo y una declaratoria de monumento permite ejercer una regulación más cuidadosa al momento de realizar una intervención.

- ¿Cómo se gestó la inclusión del Teatro Municipal en este listado?

- El otorgamiento del rango de Monumento Histórico Nacional, si bien se concreta finalmente mediante un decreto del Poder Ejecutivo, surge por iniciativa de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, que por la ley nacional 12.665 de 1940 tiene la potestad para designar y tutelar los bienes que componen el patrimonio histórico cultural de la Nación.

Es política de la Comisión, desde varios años atrás, englobar en una misma declaratoria a conjuntos de edificios generados con una misma función o finalidad. Tales los casos de la arquitectura vinculada con la economía agro-exportadora, la arquitectura industrial, la arquitectura educacional, en los que se han estudiado declaratorias comunes a distintos bienes, con miras a ponderar el valor que estos emprendimientos tuvieron en la historia nacional.

En este caso, luego de un profundo y meticuloso trabajo de investigación sobre los valores patrimoniales de un muy numeroso conjunto de salas de teatro de todo el país, la Comisión definió cuáles eran los edificios que alcanzaban méritos suficientes como para ostentar la categoría de Monumentos Nacionales y, entre ellos, estuvo el Teatro Municipal santafesino. En la misma declaratoria se incluye otros edificios que fueron declarados bienes de interés histórico-artístico, cuyo valor es inferior comparativamente, a los que se declararon Monumentos.

- ¿Qué significa este edificio para la ciudad, tanto desde el punto de vista arquitectónico como cultural?

- El edificio del Teatro Municipal posee -ya desde 1990- una declaratoria de “patrimonio cultural de la ciudad”, según la Ordenanza Municipal Nº 2.498. Se trata de un ejemplo de alto valor patrimonial en una escala que supera lo local, para convertirse en referente nacional dentro de la tipología. Resume una serie de valores que, en suma, lo convierten en uno de los edificios más importantes del patrimonio histórico arquitectónico santafesino.

Considerando los aspectos simbólicos, se puede decir que testimonia cabalmente uno de los períodos más ricos de la historia urbano-arquitectónica de la ciudad, expresión del fuerte desarrollo social, económico e institucional originado en un momento de prosperidad del modelo agro-exportador y de fuerte presencia de la inmigración europea en la sociedad santafesina. En tal sentido, constituye una obra emblemática de gran importancia para ese momento de la vida social y cultural de la ciudad, y la provincia.

Los recursos expresivos utilizados adhieren a las tendencias eclécticas con una notoria base clasicista, presentando un rico juego ornamental de pilastras y molduras, en el que se destaca el grupo escultórico que corona el ingreso, de notoria inspiración alegórica. Este lenguaje, que en su origen significó una innovación para la arquitectura local, hoy le permite conservar intacta su tradición de edificio prestigioso.

Dentro de la valoración histórico-arquitectónica, destaca también el interés de la Sala Mayor, muy reconocida por sus cualidades acústicas, sala que fue motivo de orgullo para los santafesinos en las primeras décadas del siglo. Aporta a ello también la rica ornamentación de su yesería, tapicería e iluminación y, fundamentalmente, las pinturas murales en la cúpula y el arco del escenario ejecutadas por artistas de gran renombre.

Otro hecho que lo carga de valores es su condición de hito urbano, como “puerta” en el recorrido del paseo peatonal, frente a una plazoleta que ofrece las perspectivas adecuadas para apreciar la obra, que se realza por su situación sobreelevada.

RESPONSABILIDAD Y NECESIDADES

El secretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Santa Fe, Damián Rodríguez Kees, confió que se había enterado de la declaración del Teatro Municipal como Monumento Histórico Nacional por los medios locales. Y anticipó que -por estos días- la administración local prepara una nota para enviar al gobierno central a fin de que le remitan por escrito la declaración, cuyo trámite -admitió- comenzó a gestarse en la administración anterior.

Mientras todo esto se concreta, evaluó que este nuevo estatus para el coliseo local significa “una mayor responsabilidad porque implica que toda modificación que se realice tiene que estar supervisada por una comisión nacional”. En definitiva -graficó-, significa que “no podemos poner un clavo sin autorización”.

A la par de esa mayor responsabilidad, reconoció que “con un título como el otorgado, el Teatro se jerarquiza”, y anticipó que “una vez que tengamos la acreditación formal, comenzaríamos a gestionar subsidios para emprender arreglos y subsanar necesidades”. En ese punto, destacó que la más preocupante es el aire acondicionado, cuyo mantenimiento no es barato, pero además -con una vida de casi 30 años y un sistema que habría que modificar- apenas alcanza a cubrir el 50% de las necesidades.

En el país, entre monumentos históricos, lugares históricos, bienes artísticos, sepulcros y árboles, la cantidad de bienes protegidos ronda los 800, según datos aportados por la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos.

+datos

LA LISTA

Además del santafesino Teatro Municipal 1º de Mayo y el rosarino El Círculo fueron declarados Monumento Histórico Nacional el Teatro Municipal Rafael Aguiar, de la ciudad bonaerense de San Nicolás; el Teatro Municipal de Bahía Blanca y el Teatro Coliseo Podestá, de la ciudad de La Plata. De la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recibieron esa denominación el Teatro Liceo, el Teatro General San Martín, el Teatro Gran Rex, el Cine Teatro Opera, y el Teatro Maipo.

Además, fueron reconocidos como bienes de interés histórico-artístico los edificios del Centro Cultural General San Martín, el Cine Teatro Regio, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; el Teatro San Martín; el Teatro Alberdi, de Tucumán; el Teatro Fundación Héctor Astengo y la fachada del edificio al cual pertenece, de la ciudad de Rosario.

Asimismo, el edificio original del Teatro Independencia de la ciudad de Mendoza; el edificio del ex Cine Teatro Ópera (hoy iglesia evangélica), el Teatro Colón y Club Español, de la Ciudad de Mar del Plata, y el Teatro Español, de la ciudad bonaerense de Azul.

Por último, la medida del gobierno nacional declaró bienes de interés histórico-artístico el Teatro Coliseo y sede de la Sociedad Unione Italiana XX de Settembre, de la ciudad bonaerense de Zárate; el edificio de la Sociedad Española de Socorros Mutuos y el Teatro Español de Magdalena, provincia de Buenos Aires.

CON OJOS DE RESTAURADOR

Mauro Fornari intervino, como restaurador, en dos ocasiones el Teatro Municipal 1º de Mayo: la primera, en 1998 para reparar los daños ocasionados por el fuego en el arco de la boca del escenario. La segunda, en oportunidad de la restauración que se gestó para celebrar el centenario del coliseo santafesino que se cumplió en 2005, aunque las tareas fueron inauguradas varios meses después, ya en 2006.

Para la primera de esas fechas, estaba viviendo y trabajando en Italia -país donde realizó su formación-, en la misma época en que Roma se preparaba para el Jubileo del Año 2000. Para la segunda, participó de una intervención global, aunque trabajó en la fachada retirando todos los estratos de pintura que se habían colocado a lo largo de los años, sobre todo en las molduras y ornamentos.

“La recuperación de la boca del arco del escenario fue muy importante -recuerda ahora- porque el fuego genera una situación, sobre todo en el yeso, que es irreversible. Fue una recuperación muy interesante porque los estratos de pintura que habían agregado en una intervención hecha en los años ‘70 fue la que se quemó y pudimos recuperar la paleta de colores que hoy tiene toda la sala mayor del Teatro Municipal. En aquel momento fue la obra más importante que hicimos en Santa Fe con mi hermana Flavia. De todas las situaciones que un restaurador se puede encontrar, ésta fue particular y con un resultado muy satisfactorio, por lo menos para nosotros”.

Años después fue convocado para los trabajos que se encararían en ocasión del centenario del edificio. “Pude intervenir en la fachada, donde se hizo un trabajo muy interesante de recuperación. Allí, las molduras estaban totalmente perdidas por la cantidad de estratos de pintura que tenían. Se hizo un trabajo muy minucioso de recuperación y se encontraron detalles que habían dejado de ser visibles. Esa es la gratificación que un restaurador puede tener: encontrar cosas y devolverle a la obra aspectos que se habían perdido”.

“El restaurador siempre trata las piezas de arte como una obra única e irrepetible”, reflexiona varios años después de concluida aquella tarea, de la que guarda una prolija carpeta colmada de recortes y fotografías de cada etapa del trabajo. “En mi caso -añade-, abordé el Teatro Municipal y todas las obras hechas en Santa Fe y en Italia de la misma manera. El Teatro Municipal, en particular, me parece una pieza única, muy bien ejecutada, reconocida a nivel sudamericano por sus características en la acústica y en la arquitectura”.

Por último, apunta que “uno de los aspectos que la Comisión del Patrimonio o los funcionarios a cargo deberían tener en cuenta es la conservación de toda obra que se restaura. Porque se invierte mucho dinero en la recuperación pero ésta no es nada sin un plan de mantenimiento posterior”.

MAUROFOR.JPG

Mauro Fornari, en plena tarea de restauración de la fachada del Teatro Municipal, en ocasión de su centenario.

IMG_1565.JPG

La excelente acústica se suma a la belleza arquitectónica de una sala que está considerada entre las más importantes del país.

IMG_4053.JPG

Un detalle de la impactante araña ubicada en la sala mayor del coliseo santafesino.

GRUPO1.JPG

Una de las esculturas que coronan el frente del teatro, obra de Nicolás Guelli.

“VOCACIÓN FEDERAL”

El arquitecto Juan Martín Repetto es presidente de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos. Es especialista en gestión de los bienes culturales y, antes de ocupar el cargo actual, se desempeñó como director nacional de patrimonio.

En diálogo con Nosotros ofreció algunos detalles acerca del proceso que culmina en una declaración como la que recayó sobre el conjunto de salar de todo el país.

- ¿Cómo es el proceso que termina en la declaración de Monumento Histórico?

- Hace ya casi tres años que la Comisión puso en práctica un programa de identificación de teatros patrimoniales, y hoy celebramos que esta iniciativa haya tenido su primer gran resultado. El decreto firmado por la presidenta es una clara demostración de la vocación federal que tiene esta Comisión, ya que el paquete de bienes protegidos, dentro del que se encuentra el Teatro Municipal 1º de Mayo, abarca también otros importantes teatros del interior de nuestro país, que a partir de este momento estarán protegidos y se les dará la importancia y trascendencia que tienen en términos de identidad y patrimonio. Mucho tuvieron que ver en este proceso los expertos del interior del país que nos hicieron llegar la información sobre los teatros.

- ¿Por qué se incluyó al Teatro Municipal de Santa Fe en el listado?

- Por sus valores históricos y artísticos y por mantener un equilibrio en los ejemplos federales del patrimonio teatral en todo el país.

- ¿Qué implica esa declaración?

- Es un reconocimiento al esfuerzo a favor de la cultura de las distintas comunidades y colectividades en el interior del país. La declaratoria es un paso importante y fundamental en la protección del bien. Vale la pena destacar que hemos puesto el foco en el valor patrimonial que tienen éste y los otros teatros, sin importar si están en manos públicas o privadas.

En ese sentido, estamos comenzando a organizar un acto al que se invitarán a sus dueños a firmar, con esta Comisión, los acuerdos patrióticos a partir de los cuales podremos asesorarlos en la protección del bien patrimonial. Dichos acuerdos están contemplados en la ley 12.265 y constituyen el instrumento de colaboración entre el organismo nacional y las jurisdicciones locales.

Es importante agregar que este trabajo tiene una intención de sistematizar una familia patrimonial que ya existe en algunos casos anteriores, como el teatro Cervantes, el de Gualeguaychú o el mismo teatro Colón, pero que fueron declarados de manera separada e individual.

IMG_9194.JPG

La arq. Adriana Collado fue delegada en Santa Fe de la Comisión Nacional de Museos.