EN EL TEATRO MUNICIPAL

De la redacción de El Litoral

[email protected]

El Teatro Municipal alojará las voces del Estudio Coral Meridies, que bajo la dirección de Virginia Bono se presentará el próximo domingo 28, a las 20, con un repertorio nuevo para el público santafesino.

Se trata del Concierto de Gala que anualmente brinda el grupo al público santafesino, que lo vio nacer hace siete años y acompañó con orgullo su veloz proceso de crecimiento.

“Tenemos la ayuda de la Secretaría de Cultura municipal, que nos da la sala para este concierto anual. Es la actuación de cada año de Meridies en Santa Fe, en uno de los espacios más lindos que tiene la ciudad. En este caso reunimos, de los dos eventos internacionales en los que participamos este año, algunas obras que no se cantaron todavía aquí. Va a haber algunas piezas que estrenamos mundialmente en Italia, y que se interpretarán por primera vez en nuestra ciudad”, explicó Virginia.

VOLVER A CASA

El grupo participó recientemente del festival La Fabbrica del Canto, con conciertos en toda la región de la Lombardía italiana. Fue la primera vez que un coro argentino participó de este festival organizado por la Asociación Musical Jubilate, que goza de prestigio internacional por su calidad en la organización y la selección de los coros participantes.

Además, a principios de este mes formó parte del IX Simposio Mundial de Música Coral en Puerto Madryn, en la Patagonia. Allí, además de las actuaciones propiamente dichas, el grupo fue coro piloto de una master class en dirección coral, que dictó Josep Vila, profesor y director coral de Barcelona. Para ello prepararon un repertorio específico, integrado por obras de autores contemporáneos españoles, que será presentado en la actuación del domingo. “En algunos casos, se trata de obras magistrales de la música coral, y que representan también distintos estilos dentro de la composición moderna”, indicó la directora.

—¿Cómo fue la experiencia del simposio?

—Fue la primera vez que este encuentro, que se realiza desde hace más de dos décadas en diversas partes del mundo, se concreta en América Latina. Vino mucha gente del exterior; y a pesar de las complicaciones por las cenizas, fue una fiesta para el mundo coral mundial. De los 24 coros seleccionados, tres éramos argentinos (dos de Buenos Aires y Meridies).

Fuimos muy aplaudidos y recibimos buenas consideraciones, tanto del público extranjero como de los colegas argentinos. Fue un orgullo muy grande, porque esto de no poder “ser profeta en su tierra”, a veces se cumple.

—¿Tienen ustedes esa sensación?

—Cuando uno tiene pretensiones y ambiciones, puede ser quizá observado con un poco de recelo. Puede ser que yo haya sentido en algunas ocasiones particulares eso. Pero con el tiempo, tanto en Santa Fe como en otras partes del país, se ve que lo de Meridies no es un invento. Es fruto del trabajo serio, de la dedicación y de las ganas enormes de hacer las cosas lo mejor posible, porque en definitiva si avanzamos en esto de la música coral, estamos difundiendo nuestra música, estamos haciendo nuestro camino, pero estamos también haciendo crecer a toda la gente.

La música “académica”, por decirlo de alguna manera, está en crisis en todo el mundo. Y el coro todavía es una actividad que nutre a las personas, porque se trata de un trabajo en equipo, mancomunado, solidario, y se trata de valores que por ahí la sociedad actual está perdiendo. Si un coro hace bien las cosas, y encuentra caminos, los colegas y los otros coros se van interesando también y van encontrando caminos para superarse. Hay ciudades de Argentina que tienen un nivel coral increíble. Mendoza, por ejemplo, no tiene coros malos prácticamente. Yo lo tomo como modelo: si somos inteligentes y generosos, se pueden generar cosas interesantes.