Esta mañana

Asaltaron un pub de bulevar

Actuaron dos delincuentes armados. Se llevaron algo de dinero. Ocurrió en Shangai, de bulevar Pellegrini al 2400

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Minutos después del golpe la policía llegó al lugar y tomó contacto con las víctimas.

Foto: Danilo Chiapello

Danilo Chiapello

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Fueron dos malvivientes los que hoy concretaron un asalto en el pub Shangai.

Eran cerca de las 10 cuando dos hombres de mediana edad (cerca de 40 años) ingresaron al local de bulevar Pellegrini al 2400, en el corazón de la Recoleta santafesina.

Nada tenían estos sujetos que llamara la atención. A punto tal que apenas ingresaron al comercio uno de los encargados pensó que se trataba de alguno de los habituales proveedores.

Sin embargo a poco de ingresar, sacaron a relucir sendas de armas de fuego, por lo que no hizo falta que explicaran sus intenciones.

Bajo amenazas los rufianes redujeron al empleado y lo obligaron a trasladarse hasta los fondos del local y tirarse al suelo boca abajo. Igual suerte corrió un ocasional cliente que llegó al lugar en el “momento equivocado”. Entonces el inesperado cliente fue “compañero de pesadilla” del encargado.

El jefe o quien llevaba la “voz cantante” en el atraco era el sujeto mayor, un hombre corpulento, de cabellos canos.

Su compinche, un hombre algo más joven y delgado. Este último era el que obedecía las órdenes del primero, incluso cumpliendo una doble función. Por un lado hostigaba a las víctimas para que revelen el lugar donde estaba la plata. En simultáneo se instalaba en la puerta del comercio para oficiar de “campana”.

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Los rufianes fracasaron en su intento por burlar dos cajas fuertes. No obstante sustrajeron parte de la recaudación. Foto: Danilo Chiapello

En todo momento los cacos dejaron en claro que lo suyo no fue un golpe al voleo. Su objetivo era la caja fuerte del negocio y así lo hicieron saber.

“No nos miren a la cara y abran la caja fuerte”, fue la sentencia que lanzaron directamente hacia el empleado.

Luego trasladaron a sus víctimas hasta una oficina de administración. Fue en este lugar donde hicieron el mayor despliegue en sus intentos por burlar la caja fuerte.

Utilizando corta-fierros y barretas realizaron varias pruebas contra la cerradura de la estructura que finalmente no pudo ser violada.

El alboroto que se generó producto de los golpes sólo era interrumpido cuando el rufián que hacía de “campana” indicaba que debían cesar con los ruidos.

Al cabo de unos minutos los delincuentes desistieron de su objetivo principal. Entonces aplicaron el “plan B” y comenzaron a reclamar por la recaudación de la noche.

Para esta parte descubrieron el lugar donde había guardado unos 2 mil pesos, dinero con el cual se dieron a la fuga.

Personal del Comando Radioeléctrico y de la seccional 1ra. trabajó en el lugar aunque sin resultados positivos hasta el momento.