ES SECRETARIA DE HACIENDA DE AVELLANEDA

Gustavo Capeletti

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La contadora pública nacional Analía Muchiut recibió a El Litoral en su despacho de la Secretaría de Hacienda de la Municipalidad de Avellaneda, cartera que conduce desde el 2 de enero de 1991, en que fuera designada.

En ese ámbito, se refirió a cuestiones inherentes a la administración de los recursos municipales, a la marcha de las obras proyectadas, la relación con la provincia. Cobró importancia durante la entrevista una dato preocupante el impacto de los índices inflacionarios en las comunas y municipios, sobre todo en materia de obra pública donde un ejemplo ofrecido por la profesional ilustró que la evolución de los precios es superior a cualquier estadística oficial.

—¿De qué manera se presenta el panorama financiero para la última etapa del año?

—Comenzamos a transitar el último cuatrimestre del año, y hacia fin de año los recursos disminuyen por una cuestión normal de la administración, todos los vencimientos se producen entre abril y mayo y octubre es el grueso, eso quiere decir que hay que hacer las previsiones para no tener contratiempos. La Municipalidad de Avellaneda está trabajando es ese sentido, creemos que tenemos que llegar a fin de año en condiciones normales.

Esta una gestión que tiene un parte administrativa pero que está absolutamente involucrada con la conducción política del intendente Orfilio Marcón que tiene bajo su responsabilidad llevar adelante los destinos del municipio, lo administrativo va de la mano de la gestión política.

—En diciembre concluye la gestión de Marcón, ¿hay alguna directiva especial?

—Marcón tiene muy presente que en diciembre finaliza su mandato y las directivas que ha dado a la Secretaría de Hacienda es que los números queden ordenados, prolijos y con la mayor transparencia posible. Lo cual significa que tenemos que seguir trabajando como lo hicimos hasta ahora porque esa siempre fue la consigna.

Se van a dejar terminadas todas las obras que fueron planificadas y los proyectos de toda índole. Así también hay otros proyectos que por su envergadura, o sea por el tiempo de ejecución que llevan sumado a los recursos que demandan, va a ser imposible que sean concluidos antes de diciembre.

—¿Cuáles por ejemplo?

—Por dar un ejemplo cito la construcción de la nueva planta de tratamiento de efluentes cloacales que tiene un inversión de más de 2 millones de pesos, que el año pasado se tradujo en un proyecto luego de conseguir el terreno, que comenzó su ejecución pero que se va a poner en marcha, si todo transcurre como está previsto, recién el año próximo. Pero que está encaminada como obra que trasciende a gestiones personales.

—En ese plano ¿de qué manera incide la creciente inflación en la administración de los recursos y en la ejecución de obra pública?

—Se hace un poco difícil y se nota en este momento. Por solo dar un ejemplo, una obra que se había proyectado en el mes de febrero de este año en 380.000 pesos, hoy en septiembre, en que se debería comenzar a hacer, nos encontramos que los precios han ascendido a más de 750.000, pura y exclusivamente por el incremento de los materiales y en la mano de obra que implica llevar adelante los trabajos.

Por lo tanto en ese rubro especialmente se ve cómo han variado los costos y eso obliga a ir haciendo sobre la marcha nuevos análisis, fijar nuevas prioridades y ver si lo que se proveía concretar con contratados tal vez de deba encarar con mano de obra municipal y en un tiempo más dilatado para tratar de que los números cierren de igual modo y que la obra pueda ser realidad.

Esto quiere decir que hay un marcado incremento y que se deben hacer correcciones permanentes a los proyectos. Si se tiene en cuenta que toda obra necesita de elaboración de costos, de gestión de recursos que no son solamente propios, de procesos licitatorios y de adjudicación, podemos decir que la situación adquiere una complejidad manifiesta.

—A eso se puede contraponer que en Avellaneda hay una cultura de pago de los contribuyentes...

—Decir que el contribuyente de Avellaneda es muy pagador es casi una utopía, tiene que haber una correspondencia, por sí solo no se paga; debe existir una obligación del contribuyente pero también del municipio de prestar los servicios cada día mejor y con mayor eficiencia.

A esas responsabilidades compartidas hay que agregarle la exigencia que desde el gobierno municipal se debe arbitrar para que el vecino pague los impuestos: un seguimiento permanente y sistemático, y brindar la posibilidad de que pueda exponer razones en caso de incumplimiento. Y que llegado el caso de que no existan motivos para el no pago de las tasas se pueda avanzar con apremios por morosidad.

—¿Cómo es la experiencia de gestión por primera con un gobierno provincial del mismo signo político?

—La verdad que compartir el gobierno del Frente Progresista es y fue positivo luego de que durante años el color político de la provincia no fuera el mismo que el del municipio, la relación ahora es más fluida aunque la Municipalidad siempre fue adelante de todas maneras.

Al mismo tiempo creo que cuando los proyectos son serios, cuando la administración es ordenada, es difícil oponerse por oposición misma. Siempre el municipio pudo avanzar pero con este gobierno de Hermes Binner hay una mayor interacción, una comunicación más cercana. Hay que destacar la seriedad con que este gobierno provincial maneja los recursos y que se evidencia en la previsibilidad de la transferencia de fondos.

La coparticipación llega puntualmente con fechas prácticamente fijas, los ingresos por patentes e inmobiliario son automáticos, lo mismo que la transferencia del Fondo Federal Solidario y del Focom.

Futuro

Respecto de su futuro laboral y político, la contadora Muchiut recordó que “el entonces intendente Delkis Scarpín, que fue quien me ofreció la secretaría en 1.991, siempre nos decía que los secretarios debíamos tener la renuncia en el bolsillo, porque para eso estamos, para ayudar en la gestión al intendente, para eso nos elige. No buscan secretarios para que lo controlen, para eso hay otros organismos pertinentes, sino que el intendente busca secretarios para que sean sus baluartes en la ejecución de su obra de gobierno, por lo tanto podemos permanecer un día, una gestión o varias como me tocó a mí. En el mejor de los casos estaré hasta el 10 de diciembre y luego veré mi destino que seguramente será trabajar en temas contables, que es lo que más me gusta”.