El desierto

Transcribimos, a modo de ejemplo, un texto borgeano, las llamadas y correspondientes anotaciones de Rolando Costa Picazo. Veamos “El desierto (1)”, poema incluido en La cifra, de Jorge Luis Borges. Reza:

Antes de entrar en el desierto

los soldados bebieron largamente el agua de la cisterna.

Hierocles (2) derramó en la tierra

el agua de su cántaro y dijo:

Si hemos de entrar en el desierto,

ya estoy en el desierto.(3)

Si la sed va a abrasarme,

que ya me abrase. (4)

Ésta es una parábola.(5)

Antes de hundirme en el infierno

los lictores (6) del dios me permitieron que mirara una rosa.

Esa rosa es ahora mi tormento

en el oscuro reino.

A un hombre lo dejó una mujer.

Resolvieron mentir un último encuentro.

El hombre dijo:

Si debo entrar en la soledad

ya estoy solo (7).

Si la sed va a abrasarme,

que ya me abrase. (8)

Ésta es otra parábola.

Nadie en la tierra

tiene el valor de ser aquel hombre (9).

Notas

(1) “El desierto”. Poema en verso libre publicado en Clarín el 12 de julio de 1979. Se trata de un poema enigmático, de veintitrés líneas, que consta de dos parábolas comparables, la segunda de las cuales se prolonga en una anécdota que termina en una conclusión. La primera parábola comprende las líneas 1 a 9; la segunda, las líneas 10 a 13. La anécdota va de la línea 14 a la 21. La conclusión comprende las dos líneas finales (22- 23). La primera y la segunda parábola tienen elementos que se corresponden. El desierto de la primera se corresponde con el infierno de la segunda; el agua de la primera, con la rosa de la segunda. Una situación de tormento impera en ambas. La anécdota final es una historia de desencuentro amoroso, o de un amor que termina. El hombre, acostumbrado a la soledad, renuncia a la rosa, igual que Hierocles, el de la primera parábola, rechaza el agua, derramándola. De acuerdo con lo que se desprende de la conclusión, en ambos casos, el renunciamiento es un acto de gran valor.

Esta es una lectura. Dada la oscuridad del poema, habrá otras. Edwin Williamson, por ejemplo, que se limita a un bosquejo interpretativo (llama al poema “arcano, enigmático”), ve que en él [Borges] articulaba su temor de que la rosa del amor le fuera arrebatada por la muerte en cualquier momento. Imaginaba que era torturado en “el oscuro reino” de Hades por recuerdos de la rosa que se le había ofrecido tan tarde en su larga vida. Si llegara a morir en este momento, nada tendría sentido. Y la posibilidad de su muerte sólo ahondaba el misterio de su amor por María. ¿Qué significaba el amor? ¿Cuál era su causa, su finalidad, cuál su verdadera naturaleza? (Williamson: 439. Traducción propia).

(2) Hierocles. Filósofo estoico del siglo II de nuestra era, que practicó el sincretismo entre la doctrina de Aristóteles, de Platón y del estoicismo, ocupándose principalmente de la moral. Su obra principal es Elementos de ética; ha llegado a través del Florilegio de Juan Estobeo. (http://symploke.trujaman.org/index.php?title=hierocles_el_estoico). El nombre de Juan Estobeo remite además al pie de página, donde leemos: “Juan Estobeo o de Estobia (siglo V) fue un autor griego, autor de una Antología en cuatro libros, considerada de gran valor por cuanto preserva textos de autores antiguos, que ha llegado dividida en dos partes, Églogas físicas y Florilegio (Encliclopedia Universal Salvat)”.

(3) Si hemos de entrar en el desierto,/ ya estoy en el desierto. “Desierto” repetido enfatiza una situación de desesperanza, en la que el segundo desierto se refiere a la vida en este mundo.

(4) Abrasarme... abrase. Una nueva iteración que connota la decisión de resignado estoicismo de Hierocles.

(5) Parábola. Forma narrativa en forma de relato alegórico con significado moral, religioso, filosófico, etcétera.

(6) Lictores. En la antigua Roma, ayudantes de los altos funcionarios, pertenecientes, por lo general, al estamento de los libertos. En los actos públicos, los lictores precedían a los magistrados romanos, al flamen diales (sacerdote) y a las vestales; como distintivo de su dignidad llevaban sobre el hombro izquierdo un haz de varas con un hacha (fasces). Además, desempeñaban funciones oficiales, como dar curso a los requerimientos, capturas, castigos y ejecuciones (Enciclopedia Visor).

(7) Si debo entrar en la soledad/ ya estoy solo. Soledad/ solo se corresponden semánticamente con la repetición de desierto en la nota 3.

(8) Abrasarme/ abrase. Otra correspondencia (ésta idéntica) entre la primera y la segunda parábola.

(9) Nadie en la tierra/ tiene el valor de ser aquel hombre. En la tierra nadie tiene el valor de Hierocles. Por eso, “ésta es otra parábola”.

Publicó Emecé.

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Rolando Costa Picazo. Foto: M. Pardo