El Consejo levanta sanciones

La Asamblea de Naciones Unidas

reconoció a los rebeldes libios

La Asamblea General de Naciones Unidas reconoció ayer al Consejo Nacional de Transición (CNT) como nuevo representante de Libia, lo que permite a los rebeldes ocupar el asiento correspondiente en el órgano, mientas que el Consejo de Seguridad levantó parcialmente las sanciones contra el país norafricano.

 

De la Redacción de El Litoral

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Télam-DPA-EFE

La Asamblea de 193 miembros respaldó con 114 votos a favor, 17 en contra y 15 abstenciones, la decisión del comité de credenciales de aprobar al CNT como represente de Libia, pese a que la Unión Africana (UA) apoyada por la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), pidió un retraso en la decisión, lo que fue rechazado.

Un grupo de países latinoamericanos, liderados por Venezuela, así como Sudáfrica, se opusieron a la decisión de reconocer al CNT, el órgano de la insurgencia que desde hace seis meses combate apoyada por la OTAN para derrocar a Muammar Kaddafi, quien gobernó 42 años Libia y actualmemte su paradero es desconocido.

Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó también ayer una resolución que levanta parcialmente sanciones impuestas a Libia, mientras que envió una misión de Naciones Unidas al país norafricano.

La resolución, que fue una iniciativa del Reino Unido, establece la liberación de las cuentas de la empresa petrolera estatal LNOC y Zueitina Oil. Los fondos liberados podrán ser usados por el CNT de Libia para la reconstrucción del país.

Además relaja las sanciones contra los grandes bancos del país y el estricto embargo de armas, sólo para que los miembros de la ONU se puedan proteger e instruir a las fuerzas de seguridad. También se levantó la prohibición total de vuelo.

El primer ministro turco, bienvenido

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo ayer durante una visita a Libia que “el tiempo de los regímenes dictatoriales se terminó” y que los libios demostraron a “todo el mundo” lo que les espera a quienes “ejercen la represión”, citando expresamente al régimen de Siria.

“Son los que demostraron al mundo entero que ningún Gobierno puede mantenerse mediante la fuerza y contra la voluntad del pueblo”, dijo Erdogan ante una multitud concentrada en la Plazz Verde en Trípoli, lugar insignia del coronel Muammar Gadafi, que los rebeldes rebautizaron con el nombre de Plaza de los Mártires.

“No olviden esto: los que en Siria reprimen al pueblo no serán capaces de mantenerse en pie”, dijo Erdogan, quien se encuentra en Libia dentro de una gira por países árabes que lo llevó a Egipto y Túnez, informó la agencia de noticias Europa Press.

El premier turco realizó estas declaraciones luego de participar en el rezo del mediodía del viernes junto al presidente del Consejo Nacional Transitorio (CNT), Mustafa Abdulyalil, y al jefe del Gobierno, Mahmud Yibril.

Erdogan mostró su apoyo al CNT y también instó a los habitantes de esas ciudades aún en manos de los leales a Gadafi a unirse a los cambios. “Sirte, Sabha, uníos a esta revolución, haced como vuestros hermanos en Trípoli y Bengasi. No queremos más víctimas ni más derramamiento de sangre”, dijo antes de remarcar que “lo que ocurrió en Trípoli y Bengasi pasará en otras zonas porque nadie puede oponerse al deseo del pueblo”.

Asimismo, prometió que Ankara apoyará la reconstrucción del país con la recuperación de colegios y juzgados destruidos por el conflicto, y aseguró que su país enviará ayuda humanitaria a las ciudades todavía controladas por las tropas gadafistas.

Por último, Erdogan exhortó a los libios a mantener su independencia: “No permitáis actuar a los que quieren controlar las riquezas libias, Libia es de los libios”, dijo en lo que pareció una velada referencia a la visita que hicieron ayer el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron.

Sarkozy y Cameron, principales impulsores de la ofensiva de la OTAN que apoya a la insurgencia en Libia y los primeros jefes de Estado en visitar el pais norafricano desde que Gadafi pasó a la clandestinidad tras la toma de Trípoli hace tres semanas, fueron recibidos como héroes en Trípoli y Bengasi y prometieron ayudar a capturar al coronel libio.

Estrechan el cerco sobre leales a Gadafi

Los insurgentes tomaron ayer el aeropuerto de Sirte, ciudad natal de Muammar Gadafi, y Bani Walid, una de las últimas poblaciones leales al líder libio, según cadenas de televisión y agencias de noticias internacionales.

Al menos 12 de los atacantes murieron durante los combates que comenzaron en la noche del jueves y 59 personas resultaron heridas en las inmediaciones de la terminal aérea, ubicada a 10 kilómetros de Sirte, precisó la agencia DPA.

El diario libio “Qurayna al Yadida” aseguró que el portavoz del gobierno, Mussa Ibrahim, habría muerto en los combates en Sirte, pero los insurgentes no confirmaron esa información. Las cadenas de televisión, entre ellas la CNN, aseguraron también que uno de los hijos de Gadafi, Al Mutassim, se encontraba peleando en esa ciudad estratégica, ubicada entre Trípoli y Bengassi.

Fuentes del gobierno reconocieron que antes de la toma del aeropuerto los insurgentes habían logrado derribar las líneas defensivas en el sur y oeste de la ciudad costera, pero que tuvieron que retirarse debido a la fuerte resistencia con la que se encontraron.

Los combates fueron particularmente feroces a lo largo de uno de los principales paseos de Sirte, el llamado 1 de septiembre, fecha que marca el aniversario de cuando Gadafi llegó al poder, hace más de cuarenta años.

“Hay un montón de francotiradores en los tejados y las cúpulas de las mezquitas”, dijo un comandante insurgente Hadi Farjani. Poco antes de que lograran controlar la terminal aérea, los sublevados habían ingresado a Bani Walid, 140 kilómetros al sudeste de Trípoli, en medio de intensos combates y fuertes explosiones.

La incursión desató intensos tiroteos entre los insurrectos y las fuerzas leales a Gadafi. A la distancia podían verse densas nubes de humo negro que se elevaban al cielo, según corresponsales en la zona.

Uno de los combatientes dijo que la línea del frente estaba “muy caliente y caótica” y que las fuerzas insurgentes enfrentaban una fuerte resistencia de los gadafistas.

La ofensiva iniciada sobre Sirte coincidió con la visita a Libia del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, los principales impulsores de la campaña de la OTAN en apoyo al Consejo Nacional de Transición (CNT) y contra las fuerzas de Gadafi. A sus visitas se sumó ayer la del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien fue recibido en el aeropuerto de Trípoli por Mustafa Abdul Yalil, líder del CNT, y de su número dos, Mahmud Yibril. Anteanoche, Ibrahim, el vocero del líder libio, dijo al canal de televisión sirio Arrai que “miles” de soldados leales a Kaddafi están listos para pelear “en todos los frentes” y que la victoria sobre el CNT está asegurada. El paradero de Gadafi se desconoce desde que las fuerzas del CNT tomaron Trípoli con apoyo de la OTAN, el mes pasado.

La Asamblea de Naciones Unidas reconoció a los rebeldes libios

Mientras los rebeldes obtuvieron una gran victoria en los papeles con el reconocimiento de ONU, siguen los combates en Sirte. Ayer las fuerzas insurgentes tomaron el aeropuerto. Foto: Agencia EFE

Una “nueva era”

En Libia comenzó una nueva era y esta resolución no sólo considera esto sino que también lo respalda, dijo el embajador alemán ante la ONU, Peter Wittig. “El país se encuentra en un importante punto de inflexión. Por este motivo me alegra la votación unánime del Consejo de Seguridad. Esta señal también será escuchada en Libia”, añadió, citado por DPA.

La Misión de las Naciones Unidas de Apoyo a Libia (UNSMIL) estará en funciones en principio por tres meses y su mandato puede ser prolongado.

La tarea es la estabilización del país, el aseguramiento del orden y del sistema judicial, además de la restauración de las instituciones, la elaboración de una nueva Constitución y la organización de comicios.

Por otra parte, los funcionarios de la ONU deberán velar por el respeto de los derechos humanos y estimular de nuevo la economía.

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