Hongos y bacterias para las raíces

Una herramienta biológica de alto impacto y bajo costo

Crinigan juntó a sus clientes zonales en la ciudad de Santa Fe para actualizarlos con las últimas novedades en inoculantes y promotores de crecimiento. Ahorro en fertilizante y aumento de rindes son algunas de las ventajas.

Campolitoral

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La empresa Crinigan, una de las líderes en inoculantes y promotores de crecimiento en el mercado nacional, realizó en la ciudad de Santa Fe un nuevo encuentro con sus clientes, a quienes agasajó en un hotel céntrico con un cóctel seguido de una charla técnica.

Santiago Corti, referente del área de desarrollo de inoculantes y promotores de crecimiento destacó las ventajas de su uso en soja, trigo, maíz, sorgo y girasol. Aunque la firma, que tiene presencia territorial desde Buenos Aires hasta Salta, también cuenta con productos específicos para poroto, tabaco, maní, avena, cebada, alfalfa, melilotus o arveja, entre otros.

Se trata de productos que están incorporándose cada vez más al paquete tecnológico del productor agrícola. Hechos a base de hongos y bacterias, el principal efecto que tienen es sobre las raíces de los cultivos, favoreciendo un mayor desarrollo; además de facilitar la incorporación de nutrientes, tanto del aire como del suelo. “El inoculante de soja -a base de Rhizobium, una bacteria que le permite al cultivo tomar el nitrógeno que necesita del aire en lugar de hacerlo del suelo- es el que más se usa; se calcula que 9 de cada 10 productores; y es raro ver que un productor de soja aplique nitrógeno”, explicó Corti. En este caso se agrega la ventaja de ahorrarse la aplicación de fertilizantes químicos nitrogenados.

En términos agronómicos, los resultados que arrojan los productos en las redes de evaluación como las del INTA y del movimiento CREA comprenden incrementos promedio en los rindes de 10 a 15%. “Una gran ventaja -consideró el técnico- es el alto impacto en rendimiento y el bajo costo, porque una dosis te puede salir 4 o 5 dólares por hectárea de promedio”.

Resultados en red

La firma se instaló en el mercado hace 23 años y uno de sus productos más destacados es el inoculante para trigo. Pero en los últimos años se expandió con incoulantes para otras especies, de las cuales el girasol es una de las más nuevas.

“Nosotros usamos una combinación de bacterias que fijan nitrógeno; y micorrizas, que son la base de todos nuestros inoculantes y son hongos que solubilizan fósforo como acción principal”, definió Corti en diálogo con Campolitoral.

Aclaró que por tratarse de cuestiones biológicas no es fácil determinar con exactitud el resultado del uso de estos productos. De todos modos dijo que grosso modo se consigue “un aumento de un 10 o 15% de rendimiento promedio a través de los años y distintas localidades” en maíz y sorgos. “En soja está más cerca del 10%”, agregó, aunque sobre este cultivo el negocio se da también por el ahorro de fertilizante nitrogenado.

El productor todavía no está del todo familiarizado con los inoculantes, “pero va avanzando todos los años”, afirmó el profesional, gracias a las charlas técnicas en las que se brinda información sobre los resultados que se logran en ensayos.

Productos y cobertura

Lucas Bustillo, responsable del área comercial de Crinigan, consideró muy buena la actual campaña triguera, con un crecimiento del 30% respecto del año pasado (pese a que la superficie sembrada sería menor).

Explicó que la principal estrategia comercial es tener “gente en la calle”. Eso implica visitas personalizadas, relaciones institucionales con cooperativas y empresas “que avalen nuestro producto y lo recomienden”.

El referente comercial recordó que están presentes desde Salta hasta Buenos Aires, “cubriendo todo el espectro” ya sea tabaco, horticultura, incluso ahora desarrollando un inoculante para colza. “El potencial que tiene Crinigan es de ensayos, de resultados y de confianza por parte de las instituciones”, remarcó. También destacó que la firma se encuentra “buscando alianzas estratégicas y desarrollos particulares y específicos con diferentes componentes, como la tecnología de semillas preinoculadas desde el semillero, la interacción con diversos curasemillas e insecticidas”.

El representante en la zona, Jorge Bevilacqua, comentó que se está trabajando principalmente con las cooperativas y negocios proveedores de insumos, además de llegarle directo a algunos productores. Su área de trabajo arranca en Monje (departamento San Jerónimo) y, hacia el norte, cubre el resto de la provincia, así como el Chaco. “La venta anda muy bien -aseguró- y todos los años vamos creciendo; y no sólo en soja sino que el productor ahora se está dando cuenta que la inoculación va en prácticamente en todo”. Además, indicó que se trata de un producto muy práctico, ya que “es muy fácil para manejarlo; es un bidón donde vos ponés el inoculante, agregás 2 litros de agua y listo, eso te sirve para 800 kilos de semilla”.

la firma está buscando alianzas estratégicas y desarrollos particulares con diferentes componentes, como la tecnología de semillas preinoculadas desde el semillero.

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A sala llena. Santiago Corti, referente del área de desarrollo de inoculantes y promotores de crecimiento destacó las ventajas de su uso en soja, trigo, maíz, sorgo y girasol.

Foto: Juan Manuel Fernández

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Referentes. En Santa Fe, Jorge Bevilacqua distribuye los productos de Monje al norte. Lucas Bustillo es responsable del área comercial en Buenos Aires.

Foto: Juan Manuel Fernández

Wikipedia dice...

La popular enciclopedia virtual indica que la palabra micorriza, de origen griego, define la simbiosis entre un hongo (mycos) y las raíces (rhizos) de una planta.

Como en otras relaciones simbióticas, ambos participantes obtienen beneficios. En este caso la planta recibe del hongo principalmente nutrientes minerales y agua; y el hongo obtiene de la planta hidratos de carbono y vitaminas que él por sí mismo es incapaz de sintetizar.

Muchas plantas presentan micorrizas para aumentar la absorción de agua y sales minerales del suelo.

Las ventajas proporcionadas por la micorrización para las plantas son numerosas. Gracias a ella, la planta es capaz de explorar más volumen de suelo del que alcanza con sus raíces. También capta con mayor facilidad ciertos elementos (fósforo, nitrógeno, calcio y potasio) y agua del suelo.

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