La incómoda memoria del fútbol santafesino

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Un nuevo libro denuncia los casos de corrupción más resonantes de la historia sabalera y tatengue. La dolorosa relación entre el fútbol y la dictadura. El autor es Nicolás Lovaisa.

TEXTOS. NICOLÁS LOYARTE. FOTO. ALEJANDRO VILLAR.

Nicolás Lovaisa (30) reconoce sus limitaciones futbolísticas y las lleva al plano literario. En la nota de autor de su libro “Tiempo Recuperado. Historias del fútbol de Santa Fe” aclara que, “como un número ‘5’”, se dedica a “recuperar y tocar de primera”. Y así juega su primer partido como autor de este nuevo libro que va a dar que hablar en la ciudad. La obra compendia contundentes investigaciones periodísticas que cuentan casos de corrupción que involucran a Colón y Unión, entre otras instituciones, en las páginas más negras de su historia. También recoge los casos más memorables del oscuro pasado, como por ejemplo el “apagón tatengue” de 1981, o el día que los hinchas sabaleros recibieron al por entonces presidente de facto Roberto Viola, en 1981, con cánticos como “Viola y Colón, un solo corazón”, para pedirle que anule los descensos y salve a su equipo.

Lovaisa es santafesino y estudió periodismo en TEA Rosario. Hoy trabaja en Radio Nacional, es director del sitio en Internet Santa Fe Gol, que contiene estadísticas de fútbol, y es colaborador de la revista Un caño. El autor de “Tiempo recuperado” explica: “Mi curiosidad por el tema tiene que ver con que leía sobre las relaciones entre la dictadura o la política y el fútbol en todos lados, menos en nuestra ciudad”. Fue entonces que decidió comenzar a investigar algunos casos de los que sabía y publicó artículos en distintos medios. “Ante la insistencia y consejos de algunos colegas, las decidí recopilar y publicar. En el libro hay sólo cuatro notas que no fueron publicadas antes, y que cerré especialmente para el libro, porque me parecían interesantes”, anticipa.

Párrafo aparte merecen los agradecimientos de la obra, ya que cuenta con comentarios e introducciones a cada capítulo escritas por reconocidos periodistas argentinos. Nombrar aquí a uno sería injusto para el resto.

- Nicolás, ¿qué fue lo que más te sorprendió comprobar en tus investigaciones?

- La historia de Andrada fue impactante, porque el “Gato” -como le decían- está considerado como uno de los grandes arqueros de la historia del fútbol argentino. Y que se confirmara que mientras era arquero recopilaba información para el Batallón de Inteligencia 601 fue difícil de entender. Uno no se explica cómo un tipo con un perfil tan alto podía estar involucrado en la represión ilegal. La historia de Theelen también fue muy rica, por el tiempo que me llevó cerrar la investigación, leyendo libros sobre el Graf Spee, buscando los listados de alemanes que llegaron a la ciudad y hablando con algunos sobrevivientes del barco. Otra historia que me sorprendió fue la de Alfredo Mors, un mítico arquero de Gimnasia de Ciudadela, en la época más gloriosa del club, que jamás mostró su cara en las fotos de las formaciones, por lo que circularon un montón de rumores disparatados por esa decisión, como que no podía mostrar la cara porque se estaba escapando de la justicia.

- ¿Recibiste algún tipo de presión de parte de fuentes que chequeaste o de gente que involucrás?

- No, represalias no; sí el enojo de alguno, que prefiero guardármelo. O alguna mala contestación de alguna de las fuentes consultadas, pero malas contestaciones que uno esperaba, que no me sorprendieron.

El libro está subdividido por temas. Comienza con los capítulos sobre “Dictadura y deporte”, continúa con otros casos de corrupción agrupados bajo el nombre “La pelota sí se mancha” (parafraseando a Maradona, que dijo que “no se mancha”), le sigue “Política y deporte” y termina con “Historias de vida”. Pero el tema con el que da el primer toque a la pelota literaria tras el pitazo del árbitro es la relación entre la dictadura y el fútbol. “La primera nota fue sobre un homenaje que Colón le brindó al presidente de facto Roberto Viola, ideólogo del golpe de 1976, a quien declaró socio honorario y le pidió que anule los descensos. Hace unos meses, Colón pidió disculpas por aquel hecho y le quitó esa condición. Cuando la escribí, creí que era la única. Pero después aparecieron la reafiliación de Unión gracias al General Alcides López Aufranc, la historia del ajedrecista desaparecido Gustavo Bruzzone, la participación del Gato Andrada como Personal Civil de Inteligencia de la dictadura, entre muchas otras”, describe Lovaisa.

- ¿Hay historias que quedaron afuera de este “partido”?

- Las que quedaron afuera fue porque no hubo manera de “cerrarlas”, por falta de fuentes o de documentos. Algunas otras también, por falta de tiempo. Una de ellas es una goleada de 36 a 0 de Colón sobre Ferro de Santa Fe, en la década del ‘30. Llegué a un recorte donde se recuerda esa goleada, y donde deja en claro que los jugadores de Ferro decidieron “no ofrecer resistencia”, pero nada más. Y no pude encontrar la crónica de aquel partido en los diarios, porque no tengo la fecha precisa, y no figura en los libros de Colón. También me quedó pendiente un partido entre Unión y Español, que terminó con la detención de un árbitro y una reunión de Malvicino con Augusto Vandor, para “evitar sanciones”. Hago una referencia a esa reunión en el libro, pero no pude terminar de cerrar la historia, me faltaban muchos datos y detalles.

- ¿Cuál creés que puede ser la reacción que pueden tener los hinchas que lean el libro?

- Lo comprobé y no es nada bueno (risas). Ya he recibido algunas críticas y puteadas de hinchas de los dos clubes, por alguna de las historias. Pero lo entiendo. Muchos hinchas son pasionales y creen que cuando uno escribe una de estas historias, detrás se esconde la intención de manchar al club, pero no es así.

- ¿Con qué relato te identificás más?

- Por ahí me repito, pero me parece muy rica la historia sobre Theelen, el marino alemán. También la historia sobre la visita de Eva Perón a la cancha de Colón, que en la historia quedó como la inauguración del estadio, y no fue así. La decisión de Unión de jugar los torneos regionales y desafiliarse de la AFA, que uno a la distancia no entiende. Las trabas que la AFA le puso a Unión y Colón para afiliarse. O la trayectoria de dos jugadores de Unión, que se fueron al descenso con el club en 1970, y un par de años después triunfaron en el Barcelona y el Real Madrid.

- Contame alguna anécdota de las investigaciones, algo insólito o que te haya sorprendido.

- Algo incómodo, en algún aspecto, fueron algunas charlas por la nota de Theelen. Al haber sido marinero del Graf Spee, que fue un barco emblema de la marina de Hitler, hablé con varios historiadores que no entendían que se trataba de una nota de “color”, y que permanentemente me preguntaban qué lectura política le iba a dar. Hasta que uno de ellos entendió que la historia era realmente insólita, y me facilitó algunos datos a los que no podía llegar. Ver esa nota de Theelen traducida al alemán fue también bastante sorprendente.

- Si tuvieses que ampliar el libro hoy, ¿contarías lo del apagón de Unión ante Rafaela y lo de la Virgen de Colón?

- Sin dudas. El apagón quedaría minimizado ante otro apagón que sí está en el libro, mucho más premeditado y vergonzoso, y que también tuvo a Unión como protagonista. Fue en 1981, para “acomodar” el final de un partido con Sarmiento y forzar un desempate con Quilmes para zafar del descenso. Lo de la virgen también. Creo que se manejó mal y eso hizo que el tema tuviera tanta repercusión incluso en algunos medios fuera del país. Se mezcló lo religioso con las cábalas y eso es algo que los que son creyentes (no es mi caso) no perdonan. Además, que el plantel haya tomado una decisión, que un dirigente haya presentado la renuncia, que el ídolo del club se haya despegado de esa decisión, que haya intervenido hasta el Arzobispado, hacen que la historia sea “rica” como para contarla.

La obra será presentada por el autor en la Feria del Libro de Santo Tomé, el próximo viernes 7 de octubre.