¿Quién salva a los superhéroes?

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Así lucirá la Liga de la Justicia dentro de un tiempo, cuando terminen de reunirse, y por lo menos hasta que haga falta otro rediseño.

Más de 70 años después, hay un nuevo número 1 de las revistas en las que nacieron Superman y Batman. Pero al mismo tiempo se reinician o debutan otros 50 cómics de la misma editorial, cambiando el aspecto y la historia de los personajes. Una movida editorial polémica y riesgosa para afrontar la crisis del sector.

TEXTOS. EMERIO AGRETTI.

En el mundo del cómic, abril de 1938 hizo historia. En esa fecha -aún cuando en la portada figura el mes de junio- apareció el número 1 de Action Comics, la revista en la que se publicó la primera historia de Superman, dando nacimiento oficial al género de los superhéroes (la misma revista cuyos escasos ejemplares hoy se cotizan a cientos de miles de dólares y que le habían robado a Nicolas Cage, pero la recuperó).

Resulte como resulte, la audaz jugada realizada por la editorial DC para tratar de salvar el negocio en tiempos “de capa caída”, septiembre de 2011 también será un hito. No sólo porque después de más de 70 años y 900 ediciones hay un nuevo Action Comics Nº 1 sino porque -por primera vez en paralelo- al mismo tiempo recomienzan su numeración todas las revistas del sello.

Y no sólo su numeración: algunos con más cambios, otros con menos, todos los personajes habrán sufrido una suerte de “reseteo” -justificado en la ficción con los acontecimientos de la saga “Flashpoint”-, capaz de borrar décadas de continuidad para presentar versiones renovadas y sin tanto pasado a sus espaldas, con la expectativa de atraer una camada de nuevos lectores.

VOLVER A EMPEZAR

Uno de los más sacudidos por el “aggiornamiento” es el propio Superman, que será mucho más joven y nuevamente soltero, sin que necesariamente su trayectoria sentimental se encamine -o se limite- a la eterna Lois Lane.

Además, sus aventuras transcurrirán en dos líneas temporales: la actual, en la revista Superman -donde se lo podrá ver con un nuevo uniforme, que excluye el ridículo calzoncillo rojo por fuera e incluye una especie de traje armadura- y otra situada cinco años atrás, en la que empieza como héroe urbano, con remera y jeans y algunos poderes menos (de hecho, al principio no puede volar, como hace 75 años), en una primer Action Comics que promete mucho.

También en esa línea temporal se verá a la Liga de la Justicia, que lanzó el 31 de agosto pasado su nuevo y algo flojo primer número -dibujado por uno de los artistas top de los ‘90, el chino Jim Lee-, en el que Batman y Linterna Verde se encuentran (de nuevo) por primera vez, Superman aparece recién en el último cuadrito y todavía no hay noticias de la Mujer Maravilla, Flash ni Aquaman.

De hecho, en el clásico supergrupo ya no figurará quien hasta ahora era considerado el “alma” del equipo, el Detective Marciano -que pasará a las filas de Stormwach, otra que arrancó con buenas críticas-, en beneficio de la diversidad. Y es que, atendiendo a que ya hay otro extraterrestre -Superman- pero ningún afro-americano, ese casillero lo llenará Ciborg, antes conocido como miembro de los Jóvenes Titanes.

Por su parte y en su propia serie, Batman -que en la continuidad tradicional viene de un viaje por el tiempo para recuperarse de una muerte transitoria y de fundar una verdadera “franquicia” de hombres murciélagos por todo el mundo- volverá a la fórmula solitaria original, aunque tendrá un colega en África.

De la Mujer Maravilla todavía se sabe muy poco, excepto que -en un contexto de generalizado rediseño total o parcial- alternará pantalones largos y su consabido shorcito, ahora más despojado de la iconografía yanqui. Flash -que ahora es nuevamente el ex difunto Barry Allen- también volverá a ser soltero, aunque no es que eso le importe a mucha gente.

(D)CONSTRUCCIÓN

No es la primera vez que los superhéroes de DC se renuevan, como bien han apreciado los lectores noveles y padecido los más veteranos y afectos a la “continuidad”, a la que de pronto veían modificada o borrada de un plumazo.

La novedad es que en esta ocasión lo hagan todos juntos, que se lance de una sola vez la friolera de 52 revistas y que todas arranquen desde el número uno, incluyendo las históricas como Action Comics o Detective Comics -cuna de Batman-, que iba por encima del 800.

La movida incluye varios puntales más: la reincorporación al universo superheroico de personajes que habían sido separados de él y pasados a la división de cómics adultos de la editorial (Vértigo), como John Constantine -aunque Hellblazer seguirá en ese apartado- o La Cosa del Pantano -que también arrancó con un muy buen primer número-; la intención de revitalizar otros géneros, como el bélico, el western, el terror y la ciencia ficción; y una profusa campaña por los medios masivos de comunicación.

Además, una innovación potencialmente revolucionaria, basada en el conocido y pragmático principio de “si no puedes vencerlo, únete a él” que, al parecer, también tiene cabida en un mundo regido por la menos flexible ética superheroica: el lanzamiento simultáneo de ediciones electrónicas de las historietas, previo pago de un canon que habilita a obtener un código para descargarlas o leerlas online.

Naturalmente, la reformulación implica un desafío artístico y creativo de proporciones, no sólo para lograr contar nuevas y atractivas historias con los viejos personajes e instalar otra tanda sino también para que este nuevo “universo” sea capaz de incorporar seguidores, sin espantar a los tradicionales. Y ésta última es, en realidad, la premisa que guía todo el montaje.

QUE LA COSA FUNCIONE

En ese sentido, el editor de DC, Dan Didio,y pese a la naturaleza de la temática involucrada, no trató de “disfrazarla”: “Tenemos que hacer las cosas tan bien como sepamos porque, si miramos a nuestro alrededor, vemos cómo el mercado se va reduciendo. Si conseguimos que las ventas crezcan será importante. Pero lo más importante es intentar dinamizar el negocio de los cómics y a nuestros personajes. No queremos despertar un día y darnos cuenta de que todos los aficionados se han marchado: queremos que a la gente le vuelva a interesar lo que hacemos; la apatía es lo peor que le puede pasar a los cómics”.

Y es que la edad dorada que viven los superhéroes en el cine, que multiplica la recaudación a través de innumerable merchandising, no ha tenido un correlato satisfactorio a nivel editorial, ya que las ventas de las revistas siguen cayendo.

Para muestra, baste una comparación. En 1991 se publicó el cómic americano más vendido de todos los tiempos: se colocaron más de ocho millones de copias del primer número de X-Men (no de la historieta, sino de la revista con ese nombre).

Actualmente, hay meses en los que ninguna colección supera los 100.000 ejemplares vendidos, en un país con más de 300 millones de habitantes. Para compensar el descenso de las ventas, las editoriales fueron subiendo el precio de los cómics, apostaron a las ediciones en tomo -incluso a través de tramas “descomprimidas” a lo largo de varios números- y por la venta en librerías especializadas. Es decir, productos cada vez más caros para menos consumidores.

¿Y ASÍ TE GUSTA?

Naturalmente, este “achicamiento” progresivo del mercado redundó en una crisis que el sector no ha encontrado la forma de remontar y que ahora busca nuevas vías, acaballándose a los éxitos cinematográficos, alentando proyectos televisivos de series de acción real o de animación que sirvan para hacer conocer y despertar el interés sobre los personajes de cómic y, paralelamente, haciendo que las historietas se parezcan más a lo que se ve en la pantalla; tanto en el “look” de los superhéroes como en la limpieza de prontuario imprescindible para que los potenciales nuevos interesados no se pierdan, ni sientan que entran con la película por la mitad.

El único interrogante es qué pasará con aquellos que estaban desde el principio y, en medio de la proyección, advierten que le cambian toda la historia.

Los editores están conscientes de que perderán clientes pero confían en conservar una parte y ganar muchos otros. Los lectores más escépticos se ilusionan con que la movida fracase y todo vuelva a su cauce natural, mientras los más abiertos depositan sus expectativas en que, más allá de los reformateos, puedan seguir teniendo buenas historias de sus personajes favoritos (o de otros). Cuál es la opinión de los hipotéticos nuevos compradores todavía es una incógnita y es precisamente en ella en que parece basarse el futuro de toda una industria.

Salto de formato

Si la piratería informática puso en jaque a las industrias cinematográfica y discográfica, y aún cuando la afecta de manera indudable, no parece que llegue al extremo de amenazar a la editorial.

ni siquiera a la de los cómics, por más que hoy es sumamente frecuente el escaneo de revistas, e incluso su traducción y maquetación, para poder leer gratuitamente historietas que todavía no se publicaron en castellano o hallar -de esa manera- ediciones ya inconseguibles. Lo que sí se advierte es el sostenido avance de la elección de la plataforma electrónica por sobre el papel. Sobre todo con la aparición del Ipad, mes a mes aumenta el número de personas que consume libros o cómics de esta manera, optando por la economía, la comodidad y la disponibilidad que ofrece la familia de las tabletas, además del ahorro de espacio.

Empresas como Marvel y DC han avanzado en ofrecer versiones digitales de sus cómics mediante la aplicación ComiXology, con las ventajas enumeradas y el atractivo extra de la tecnología Guided View, con una transición entre viñetas sumamente atractiva y cómoda, e incluso espectacular.

En la apuesta a la comercialización de sus productos en este soporte se basa también en buena medida el relanzamiento de la editorial de Superman y Batman. Y la respuesta que obtenga a este salto permitirá saber si fue al futuro o al vacío.

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Mientras el mercado del cómics se reduce, los superhéroes triunfan en el cine. Los Vengadores, la apuesta fuerte de Marvel para 2012.

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Superman hace cinco años, de remera y jeans, y un poco más impetuoso y ganador que en la versión clásica.

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En Marvel también hubo relanzamiento de la línea Ultimate, que a su vez era un aggiornamiento del universo original. Aquí, los personajes tienen el mismo aspecto que en las películas.

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La Mujer Maravilla, en su versión de pantalones largos.

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Portada del nuevo Nº 1 de la Liga de la Justicia, el reinicio formal del universo DC.

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La televisión es otro refugio para los superhéroes. Linterna Verde tendrá su propia serie de animación y Deadman -en manos del creador de Supernatural- será la apuesta para reemplazar a la exitosa Smallville. El piloto para una reformulada Mujer Maravilla, protagonizado por Adrianne Palicki, no fue aprobado y por ahora no habrá programa.

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Batman y Linterna Verde se conocen de nuevo, pero ahora con más espectacularidad.

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Marvel también buscan el impacto y propone, en su línea Ultimate, un Spiderman negro.

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Henry Cavill será el nuevo Superman del cine, luego del triste intento de Brandon Routh.