Un sector en crecimiento

Los desafíos de la industria naval ligada a la hidrovía

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Interior de los astilleros ubicados en Punta Alvear. La firma planea fabricar en el sur provincial remolcadores para las plataformas de petróleo off shore.

Foto: El Litoral

El acto por el Día de la Industria Naval Argentina se realizó en el astillero Punta Alvear, de la firma Ultrapetrol, donde se fabrican dos barcazas por mes, y emplea a unas 300 personas.

 

Germán de los Santos

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De la corresponsalía de Rosario

Con la excusa de celebrar el día de la industria naval argentina, el sector del transporte fluvial ligado a la hidrovía mostró su creciente poderío en el astillero Punta Alvear, de la compañía Ultrapetrol de capitales chilenos, donde se fabrican en serie dos barcazas por mes. La planta ubicada en Alvear se inauguró en 2009 y en dos años duplicó su producción, con una planta integrada por 300 trabajadores, orientada al recambio del parque naviero de la hidrovía, donde el 80 por ciento de las 18 mil barcazas está en el límite de antigüedad, que es de 30 años.

En un acto desarrollado el lunes en la ribera del Paraná, que arrancó con una demora de casi tres horas a causa de una protesta de empleados de la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez, el presidente de la Federación de la Industria Naval Argentina (Fina), Pablo Noel, estimó que ese sector “se transformó en una industria estratégica que el gobierno nacional debe potenciar”. Noel insistió en un antiguo reclamo del sector: una ley de marina mercante, que regule y establezca las reglas de esa actividad. “Es necesario acercar la oferta con demanda y que se actualicen parches legislativos que se vienen haciendo por decreto”, dijo el dirigente.

En desarrollo

El sector naviero comenzó a escalar posiciones en la industria tras el decreto que firmó el presidente Néstor Kirchner en 2004. Con esa herramienta el gobierno nacional dio una puntada importante para trazar una política para el sector, pero esa norma, que en su origen era provisoria hoy rige la actividad.

Ese decreto fue vital para la industria al habilitar el ingreso de embarcaciones extranjeras usadas con tratamiento de bandera argentina, con la condición de que el armador e importador tuviera una embarcación de similares características navegando con bandera argentina o colocara órdenes de construcción en astilleros argentinos.

El 1010 regía por dos años, plazo que tenía el Congreso Nacional para aprobar una nueva ley de marina mercante y de industria naval. La ley nunca se aprobó y ese decreto fue prorrogado hasta hoy.

“Fue el decreto de 2004 un pilar para salvar del naufragio a la industria nacional y ahora debemos avanzar en ese camino iniciado”, prometió Noel, quien solicitó además la creación una Dirección de Industria Naval, como autoridad de aplicación de políticas para el sector.

En un discurso acotado, por la demora en el inicio del acto debido a la protesta (ver aparte), el presidente de Fina pidió además darle espacio a la producción nacional en la explotación off shore de petróleo y gas, no sólo en Argentina sino complementándose con Brasil.

Presente pujante

Por fuera de los reclamos sectoriales el presente de la industria naval se reflejaba en el astillero de Punta Alvear, una de las características por las cuales se eligió ese lugar para la celebración.

La profundización de la hidrovía que plantea el nuevo contrato con el consorcio liderado por Jan de Nul abrió un abanico importante de desafíos para la industria que provee de barcazas a esa ruta fluvial, donde se transportan granos, minerales, líquidos y contenedores.

“Entre barcazas viejas que hay que renovar y las nuevas que se deben incorporar hay una demanda de 94.500 toneladas de acero y 6 millones de hora hombre trabajadas en astilleros. Esto impulsará la creación de 3.000 nuevos puestos al año para una industria que hoy emplea a 10.000 personas”, detalló Noel, quien señaló que para que la industria argentina pueda capitalizar el incremento de la demanda el gobierno nacional debe prohibir el uso de barcazas importadas usadas.

“Las barcazas obsoletas de Estados Unidos se traen a la Argentina con los riesgos ambientales y operativos que eso genera”, se quejó Noel.

Astillero de Punta Alvear

Jorge Álvarez, director ejecutivo de Ultrapetrol, hizo una detallada descripción de la planta ubicada en la ribera de Alvear. Actualmente “el astillero emplea a unas 300 personas de manera directa y a unas 400 de forma indirecta”. Con dos turnos de producción ya se construyeron 60 barcazas para la hidrovía, y dos tipos de remolcadores que se fabricaron en otra planta en Ramallo.

El director ejecutivo de Ultrapetrol sostuvo que los planes a futuro se encaminan a prestar servicios a la industria petrolera. “Estamos desarrollando un remolcador para las plataformas off shore. Esperamos que en un tiempo no muy largo se concesionen estas plataformas de exploración en la Argentina. Pero además estamos aportando producción a la industria brasileña petrolera en el mar”, sostuvo el empresario.

Por agua, aire y tierra

El acto del Día de la Industria Naval Argentina, que se realizó en el astillero Punta Alvear, estuvo cerca del naufragio. Al mediodía, un grupo de trabajadores de la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez cortó todos los accesos a la planta de Ultrapetrol. Reclamaba el pago de salarios atrasados, y los manifestantes sabían que entre los invitados estaba el gobernador Hermes Binner. El piquete obligó al mandatario provincial a ingresar con un helicóptero que aterrizó en la planta de Cargill, que está al lado del astillero. Ante la desesperación de que el acto tuviese que suspenderse mientras funcionarios y empresarios estaban varados en la Ruta 21, pusieron en marcha un plan B: ingresar a la planta por agua. Como la protesta no se levantaba, la idea era que los invitados embarcaran en lanchas desde el muelle de la empresa barcacera ABL, que se encuentra en Pueblo Esther. Los primeros que subieron a los lanchones con capacidad para 10 personas fueron los directivos de Ultrapetrol y las autoridades nacionales, entre ellas el subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Ricardo Luján. Tras los primeros embarques, el piquete se levantó y los invitados arribaron definitivamente por tierra al astillero.