Ada Spitzer, vicepresidenta de Taglit Birthright Israel

“Es una cuestión de tradición y cultura”

La organización con sede en Israel trabaja desde hace 11 años para reforzar la identidad de los jóvenes judíos en todo el mundo. Su programa invita a jóvenes de entre 18 y 26 a un viaje gratuito y educativo de diez días por Israel.

 

Ignacio Andrés Amarillo

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“El problema hoy es cómo en un mundo complejo y global la gente joven encuentra su identidad. Es una pregunta para todos los jóvenes: ¿Son argentinos? ¿Ciudadanos del mundo? ¿Judíos argentinos? ¿Musulmanes argentinos? ¿No religiosos? ¿Qué pasa con la identidad? Ser ciudadanos del mundo o de un país con una diferencia cultural especial es una pregunta para toda la gente joven alrededor del mundo. Y este problema es mayor para los grupos minoritarios. Por eso nuestro programa es el modelo de cómo la gente joven de grupos minoritarios puede buscar su identidad”.

La que habla es la profesora Ada Spitzer, vicepresidenta de Marketing, Relaciones con la Comunidad y Desarrollo de Taglit Birthright Israel, una organización que trabaja para reforzar la identidad de los jóvenes judíos en todo el mundo, ganadora del Premio al Emprendedor Solidario 2010 del Foro Ecuménico Social.

Sobre el mencionado programa, cuenta que “específicamente está enfocado en judíos jóvenes y cómo ellos pueden encontrar raíces y conexiones con la cultura del judaísmo y el Estado de Israel. Este proyecto comenzó hace 11 años, destinado a jóvenes judíos de todo el mundo no conectados ni con el judaísmo ni con el Estado de Israel, tratando de cambiar esa situación.

La idea no es llevarlos a vivir a Israel, sino darles la oportunidad de entender qué es ser judío, traerlos a la comunidad y que puedan trabajar con la comunidad en los países en los que viven. ¿Entonces qué hacemos? Invitamos jóvenes de entre 18 y 26 a un viaje gratuito y educativo de diez días por Israel”.

—Los judíos tienen una tradición de vivir entre su propia identidad y vivir en otro contexto. Le llevan siglos de ventaja a otros jóvenes...

—Sí, pero hoy hay pequeñas minorías judías en enormes mayorías de no judías. Y hoy, los judíos están mezclados; antes se movían en sus propios círculos. Por lo tanto, el problema no existía porque estaban en unidad. En la actualidad, todos van a la universidad, todos están abiertos, pero es más difícil preservar la propia identidad.

Los judíos muy religiosos no tienen problemas, ellos conocen su identidad: eso pasa con los religiosos católicos, musulmanes o judíos. Son mucho más similares a los otros que diferentes.

Pero para la gente como nosotros es mucho más difícil: porque tienes que combinar tu identidad argentina, tu identidad judía, y si no conoces tu identidad judía es mucho más difícil. Es una cuestión de tradición y cultura, no es religiosa.

—Reforzar la identidad como parte de la comunidad.

—En todo el mundo, la gente quiere ofrecer su tradición y alcanzar la cultura global. Nadie quiere una cultura: todos quieren contribuir a la cultura general.

Historia y presente

—¿En qué consiste el programa?

—Es un programa educativo de diez días. Lo que hacemos es organizar a los chicos en grupos por países, por una cuestión de idiomas: los argentinos con los argentinos, los brasileños con los brasileños. Así van 40 chicos de toda la Argentina con dos madrijim (líderes), que ya los conocen. Una vez en Israel, se les unen ocho israelíes de la misma edad.

Es importante: judíos jóvenes de todo el mundo conocen israelíes, argentinos, rusos, americanos. Y cuando hablan, lo hacen de todo aquello que es importante para la gente joven: música, cultura, pubs; de lo que Israel como país, y mucho del Ejército y de lo que pasa hoy con los palestinos.

Porque hoy los judíos que viven en la Diáspora están muy influidos por lo que pasa en Israel, y los israelíes por lo que pasa en la Diáspora. Así que es una oportunidad para los argentinos de oír lo que pasa a través de la gente que vive en Israel, no de la televisión o de los diarios: visiones originales de la gente de Israel.

La gente va y descubre que el problema no son 20 segundos en CNN: es muy complicado. Pero también es importante para los israelíes, que descubren lo que los argentinos, o los americanos, o los rusos, tienen para decir. Es un intercambio global de ideas entre jóvenes, sobre una situación que es importante para todo el mundo.

—Por el otro lado, para alguna gente que no vive en Israel decir “sí, dispárenles”. Pero muchos de los que viven allí desean la paz.

—Ellos ven dos cosas: una es que la situación es muy compleja, y la segunda es que mientras ellos, están todos en la universidad, estudiando, leyendo libros, desarrollando sus identidades profesionales, los israelíes tienen que ir al Ejército. Y empiezan a comprender la situación.

Y así la gente puede conectarse con Israel: no para irse a vivir allí, sino para entender que Israel es un país importante para los judíos de todo el mundo.

—¿Qué actividades hay?

—Diez días es poco tiempo, y se eligió ese plazo porque la gente joven no tiene tiempo. Les mostramos algunos temas de historia judía: Israel tiene elementos de arqueología y cultura por más de 3.000 años. Muchas cosas sobre la historia de Israel, cómo el país fue creado. También cuestiones sobre tradición, por ejemplo qué es el shabbat: muchos chicos de todo el mundo (incluyendo a la Argentina) no saben qué es, y por eso se los mostramos.

Y hablamos mucho de lo que pasa en el Israel actual: no sólo de política, sino también la contribución del país al mundo: en ciencia, alta tecnología, agricultura, medio ambiente, medicina, nanotecnología, biotecnología.