¿Qué fue lo que cambió?

De 2008 a esta parte, el escenario político nacional se transformó de manera radical. La ecuación campo versus Gobierno desapareció. ¿También fue a la inversa?

Federico Aguer

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De aquellos “piquetes de la abundancia” a la foto de Cristina acariciando a “Cafeína”, la vaca ganadora del certamen en la muestra lechera de Morteros. Del discurso ironizando sobre las “4 x 4” a los enunciados en el marco del lanzamiento del Plan Estratégico Agroalimentario, enumerando la importancia del sector agropecuario, su incorporación de tecnología, la relevancia de la siembra directa, etc.

Durante 129 días, desde el 11 de marzo de 2008 hasta el 18 de julio del mismo año, el país se paralizó por un conflicto impulsado por el proyecto de implementación de la Resolución 125, una idea del entonces ministro de economía Martín Lousteau, que modificaba el sistema de retenciones a las exportaciones y las hacía móviles.

Hoy, el panorama se muestra claramente diferente. La muerte de Néstor Kirchner, principal gestor de aquella lucha; las internas irreconciliables de la Mesa de Enlace (aún dentro de cada entidad agropecuaria), la dispersión del arco opositor en una nebulosa de egos y mediocridad; y un escenario de precios que diluyó cualquier discusión al respecto durante dos años. Hasta ahora.

La caída en la cotización internacional de los granos de los últimas semanas enciende una luz de alerta respecto a la continuidad del envión que sostiene el modelo. No sólo no se buscaron alternativas a la soja, sino que se profundizó la dependencia de un commodity, con los riesgos que ello implica. La pregunta que nos venimos haciendo pasa por saber qué medida se tomará luego de octubre si el retroceso de los granos se mantiene o peor aún, se agrava.

Europa y EEUU apostaron por el ajuste. Brasil por devaluar su moneda. A nivel local, la trayectoria de esta gestión sugiere que el camino será otro. El respaldo electoral brindará el soporte para avanzar en alternativas poco simpáticas para los productores.

Fiel a su estilo, el discurso cambió, pero las medidas no lo hicieron. Las trabas a la comercialización de granos y carne se mantuvieron, con el agravante de la falta de resolución orgánica a la disolución de la polémica ONCCA. Juan Manuel me sugiere que la economía manda a un segundo lugar a la ideología, mientras cerramos Campolitoral. “Billetera mata galán”, agrega otro colega de la redacción. Tal vez, lo que más cambió fue eso. Al que le quepa el sayo, que se lo ponga.