El trigo rescata sus promedios

Se recupera la siembra del maíz

a_aa.jpg

Si el tiempo no alcanza para la siembra, un maíz de segunda o la soja son las alternativas. Foto: Amancio Alem

Las lluvias reabrieron expectativas para este cultivo que necesita mucha humedad. Pero corre el reloj que cierra la “ventana” para una implantación adecuada. Más soja es la alternativa.

 

De la redacción de El Litoral

[email protected]

La Bolsa de Rosario mantiene la estimación del mes pasado de una producción de 12,5 millones de toneladas de trigo en la presente campaña, luego de las últimas precipitaciones que se registraron en la zona núcleo de Argentina. Mientras que para el maíz, las lluvias permitieron proyectar una intención de siembra de 4,3 millones de hectáreas.

A pesar de que la falta de agua en setiembre deterioró la evolución del trigo en el país, los resultados relevados por la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario indicaron que las últimas lluvias registradas en la primera semana de octubre consolidaron un cambio en el patrón pluvial.

De esta manera, quedaron determinadas zonas donde el golpe sobre los rendimientos es irrebatible, otras áreas donde la recuperación permitirá alcanzar los rendimientos históricos y algunas zonas más donde aún se mantiene el potencial. Tal es el caso del centro y sudeste de Buenos Aires.

Para el cultivo de trigo no se efectuaron ajustes significativos en la superficie implantada respecto de la última estimación de GEA. De esta forma, con 4,51 millones de hectáreas, el cultivo de trigo consolida un leve aumento sobre el área sembrada del año anterior en la que se cultivaron 4,5 millones de hectáreas.

¿Un 10 % más?

En sintonía con el cambio favorable del clima, el maíz mantiene el potencial de aumentar en un 10% la cobertura del área respecto de la campaña anterior. Actualmente se registra un avance de siembra del 30 %, mientras el año pasado el porcentaje era del 50%.

Pese al notorio retraso de las labores, las lluvias del mes en curso permitieron seguir sosteniendo una intención de siembra de 4,3 millones de hectáreas, lo que supone 10 % más que el área implantada el pasado año.

De todas formas, el informe sostiene que el retraso de la siembra es importante y, en algunas regiones, los escasos días que quedan antes de cerrar la “ventana oportuna de siembra” hace pensar en maíces de segundas fechas, o cambiar el destino de los lotes a soja.

De todas formas, las lluvias están asegurando muy buenas condiciones de emergencia y establecimiento, dando la posibilidad de continuar en forma generalizada la siembra en Argentina apenas se tengan las condiciones adecuadas de piso.


La sequía según las regiones

En Santa Fe se espera que las últimas lluvias logren recuperar significativamente la condición del cultivo y se logren productividades unitarias semejantes a las promedios o ligeramente inferiores. Para la provincia de Córdoba, las lluvias resultaron claves. Si bien en algunos lugares llegaron tarde, son importantísimas para detener la caída de la productividad. Por último, Buenos Aires recibió importantes lluvias en estos últimos 10 días, mejorando las condiciones en general de los cultivos.

El mes de septiembre acentúo e incrementó notablemente el área sobre la que se extendía la sequía y que comprendía al suroeste de La Pampa, oeste de Buenos Aires y sur de Córdoba. Mientras que de la zona núcleo se extendía sobre la porción inferior de Entre Ríos para volver a rodear a Buenos Aires por el Noreste. De esta manera, los continuados frentes de lluvias que se vienen registrando desde el 3 de octubre, permitieron una notable recuperación en estas zonas.

Desde GEA señalaron que el estado de los cultivos en el NEA es alentador -particularmente en Chaco- aunque dista mucho de las condiciones observadas el año pasado. La condición del trigo es de buena a regular, con expectativas de alcanzar valores promedios en cuanto a niveles de rindes. Mientras que en el NOA, se esperan rendimientos rondando los valores promedio de los últimos cinco años, particularmente en Salta, que este año aporta 200 mil hectáreas sembradas con trigo.