Pollo, entraña y bife

El almuerzo de Cristina con los cooperativistas de Coninagro va más allá de la convocatoria de la entidad a los candidatos presidenciales, y asesta un golpe definitivo a la Mesa de Enlace.

 

Campolitoral

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Milagros de la campaña. Por primera vez en toda su gestión, la presidenta visita la sede de una entidad ruralista. Lo hace en carácter de candidata, tal como lo hiciera Binner, Alfonsín o Duhalde, pero con la diferencia que es la primera mandataria en funciones, y que además, asoma como la ganadora de las próximas elecciones con amplio margen.

La campaña política finalmente allanó el camino para terminar de minar las bases de la entelequia que nuclea a las entidades agropecuarias. Después de 2008, cuando la situación era distinta, la Mesa de Enlace navegó en un mar de dudas y diferencias, pero para el Gobierno subsistió la necesidad de derrotar políticamente a uno de los pocos adversarios que le supo hacer frente con argumentos sólidos en la mano.

A la Federación Agraria la “corrió” para el lado de la ley de tierras, uno de sus reclamos históricos, cuyo debate en el Congreso Nacional instaló una instancia superadora, aunque de lenta resolución. A los cooperativistas de Coninagro, lo hizo ayudando a Sancor en su momento y resaltando la idea del cooperativismo como eje conductor de un necesario agregado de valor en origen. Además, con la asignación de cupos exportadores.

La visita a la entidad es también el gesto político con le que se responde al proyecto de comercialización de granos presentado hace unos días por la entidad. El mismo propone que a partir de la declaración que haga cada productor de su capacidad productiva de trigo y maíz se emitan certificados por el 60% del volumen de la cosecha. Estos certificados habilitarán al chacarero a vender la mercadería a los exportadores. El 40% restante sería para consumo interno y se vendería a través de un fideicomiso o una figura similar.

Según la entidad cooperativista, las compensaciones a la industria molinera les quitó a los productores primarios $ 4.000 millones. No obstante esto, el precio del pan al consumidor trepó a los $ 8/10 el kilo, contra los 2,50 pautados por la intención oficial.

Los cooperativistas también destacaron las desigualdades que surgen de los subsidios a los combustibles, el gas y la electricidad, que benefician a los usuarios porteños en detrimento de los del interior.

El almuerzo de Cristina con los ruralistas representa un hecho inédito. Dicen que el menú incluirá pollo, entraña y bife. Seguramente la sobremesa deparará mucho más. De las partes depende que el gesto se traduzca en hechos concretos que comiencen a destrabar los entuertos que regulan el comercio de granos y carne.