Tiene una enfermedad pulmonar grave

Bautista no baja los brazos

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Programado. Cada 15 días, Bautista y su mamá viajan a Buenos Aires en una ambulancia de alta complejidad. Las vacunas de su tratamiento son muy caras y se las aplican en el Garrahan. Foto: Mauricio Garín

En enero dejó de usar la mochila de oxígeno que lo conectaba a la vida para comenzar un tratamiento con vacunas. Ayer cumplió 10 años.

 

Mónica Ritacca

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Hace dos años, El Litoral publicó la historia de Bautista Bartolomé Olivares. Por entonces, tenía 8 años y era el primer paciente con internación domiciliaria de alta complejidad en la provincia de Santa Fe. La razón: una enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave -conocida como Epoc- detectada al año y medio de vida. Elizabeth Díaz, su mamá, explicaba en aquella oportunidad que el problema de salud de su hijo era muy grave y con riesgo de vida. Decía que “sus pulmones son muy débiles y no puede respirar por sus propios medios; necesita de oxígeno permanentemente”.

Ayer Bautista cumplió 10 años y su familia solicitó una entrevista para contar cómo se encuentra en la actualidad y, sobre todo, agradecer a todas las personas que desde su nacimiento se preocuparon y ocuparon por él y bregaron por una buena calidad de vida. Al igual que hace 2 años, los Olivares residen en Recreo.

“Desde el 3 de enero de este año Bautista está en manos de los médicos del hospital Garrahan. Aunque ya no está conectado al oxígeno, su riesgo de vida continúa presente”, manifestó la madre. Y explicó: “La Epoc que le diagnosticaron al año y medio fue superada por otra enfermedad que se llama Brittle Ashtsma o asma asfíctica grave. Según los médicos, de 60 pacientes con la misma patología, Bautista es el más grave. Es un nene que de estar muy bien se descompensa de golpe y hay que socorrerlo de inmediato porque si no se muere”.

Elizabeth señaló que Bautista fue desconectado a la mochila de oxígeno en enero. Para contrarrestar lo que ello le provocaría comenzaron a aplicarle altas dosis de corticoides. “Cuando llegó al Garrahan pesaba 27 kilos y en muy poco tiempo alcanzó los 47. Con los meses, hubo complicaciones con su presión sanguínea. También hubo que hacerle controles de la presión ocular y los riñones”, indicó. Seguidamente, agregó: “Pero el suministro de tantos corticoides no es bueno ni reduce el riesgo de vida, por lo que optaron por someterlo a un tratamiento anual con anticuerpos clonados en ratones a través de vacunas. Ya lleva 4 meses de tratamiento, y le redujeron al mínimo la dosis de corticoides”.

Hasta el momento es incierto el resultado del tratamiento. Recién en diciembre, el equipo médico podrá hacer un balance.

Médico e intendente

Hace 2 años, cuando El Litoral lo conoció, Bautista dijo que de grande le gustaría ser médico para “ayudar y curar a quienes lo necesiten”. Ahora, su aspiración para el futuro sigue siendo la misma pero un poco más ambiciosa. También le gustaría ser el intendente de la ciudad de Recreo.

“Me gustaría ser doctor o como mi amigo Formento -intendente de la vecina ciudad- porque se lleva bien con los chicos y los ayuda”, refirió el niño que ayer cumplió 10 años y está feliz con los guantes, la pelota, la camiseta y los botines que le regalaron. Por último, la madre finalizó la entrevista remarcando que hoy Bautista está bien, pero con un riesgo de vida elevado. También deseó que su relato sirva de consuelo a muchos padres que estén atravesando situaciones difíciles con sus hijos ya que “cuando uno piensa que le está pasando algo terrible hay otros que la pueden estar pasando peor”.


Agradecimientos

Elizabeth Díaz agradece especialmente al Iapos, la obra social de Bautista, ya que hasta el momento les cubrió y reconoció todo. También a las doctoras Graciela Gariboldi, Judith Pierini, Natalia Bergamini, Claudia Bergamini y Claudia Rodríguez y a la enfermera Lina Escobar. La larga lista incluye a la escuela San Miguel Arcángel, a la firma Sánchez y Sánchez y al intendente de Recreo. “A todos, muchas gracias de corazón”, dijo.