Cosecharás tu siembra

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Dr. Edgardo Tardivo

En el año del centenario de la Sociedad Argentina de Pediatría, la filial Santa Fe realizó un reconocimiento a la trayectoria de este médico pediatra neonatólogo de nuestra ciudad, todavía en actividad con sus más de 40 años de carrera.

TEXTOS. MARIANA RIVERA. FOTO. GUILLERMO DI SALVATORE.

SATISFACCIONES. “No esperaba ni pretendía este reconocimiento. Tengo la labor cumplida y, si pudiera, la seguiría. Empecé en 1967 y tengo muchos pacientes recién nacidos que me traen sus hijos al consultorio, entre ellas, hoy una destacada pediatra, quien fue una paciente prematura de 1.500 gramos. Es otra de mis satisfacciones. En la vida, uno tiene que sembrar, como dice el Evangelio, pero sin pensar en la cosecha. Pero si ésta viene a uno lo gratifica, como fue este acto, donde tuve el cariño de mucha gente”.

LOS COMIENZOS. “Ingresé como médico concurrente, ad honorem, en 1967, en el entonces hospital Gutiérrez, donde había una pequeña sección de Neonatología (dos habitaciones muy rudimentarias) y empezó a funcionar la residencia en Pediatría. Después, por un conflicto que hubo, el Comité de Docencia del hospital me nombró instructor de residentes en Neonatología. Luego hubo unos cambios en la conducción y quedé como jefe ad honorem de Neonatología, que posteriormente se transformó en Sección”.

AVANCES. “El hospital de niños era muy chico y no logro explicarme cómo podíamos trabajar. Por eso, empezamos una tarea de reacondicionamiento edilicio y del sistema de trabajo, ya que teníamos alta mortalidad de pacientes y alto índice de infecciones intrahospitalarias. Además, éramos el único Servicio de Neonatología de Santa Fe, ya que no había en los sanatorios. Con las reformas pudimos mejorar las estadísticas de mortalidad e infecciones, junto a los residentes. Progresamos porque conseguíamos donaciones de incubadoras y de equipos; siempre estuvimos ‘mangueando’. Pero veíamos la necesidad de agrandarnos y con el entonces subdirector del hospital, Santiago Paviotti, se nos ocurrió que podíamos hacer un servicio nuevo en la terraza del edificio”.

MÁS LOGROS. “El Ministerio de Salud resolvió dar subsidios a la cooperadora (no existía la fundación), que podía llamar a licitaciones rápidas. Conseguimos construir un servicio de Neonatología hermoso, muy moderno en su diseño, en la terraza. Conozco muchos servicios en el extranjero y fui trayendo ideas para modernizarlo. Se inauguró en 1990 y la Sociedad Argentina de Pediatría nos reconoció para formar residentes. Además, por un trabajo realizado por el Dr. Luis Candioti, funcionario del ministerio, se creó la residencia en Neonatología. Los dos primeros residentes, tras terminar su especialización, fueron nombrados y así se fue formando el staff de neonatólogos”.

PARA EL ALASSIA. “Posteriormente, se decidió construir un edificio nuevo, el Alassia. Tuve un papel importante porque trabajé con los arquitectos para el proyecto de la sala de Neonatología. Fue bastante duro. También participé en el asesoramiento sobre el equipamiento adecuado que debía tener, que solventó el Banco Mundial”.

TECNOLOGÍAS. “El neonato es el bebé que nace antes de las 38 semanas y debe tener ciertos cuidados especiales, dependiendo de la edad gestacional y de las condiciones en que se encuentre al nacer. En nuestros inicios, los chicos de menos de un kilo se morían y ahora tienen una sobrevida de más del 80%. La neonatología fue avanzando muchísimo: desde colocar al bebé en una incubadora, que era una caja caliente y con oxígeno, y esperar lo que Dios dispusiera, hasta saber sobre su fisiología y patologías, y contar con tecnología. Hoy tenemos equipamientos, como los respiradores sofisticados, con los que podemos mantener con vida mucho tiempo a los chicos y evitar o disminuir las secuelas”.

PLACER Y VOCACIÓN. “He tenido suerte: saber elegir para qué uno está hecho, para su vocación, porque debe ser muy feo errar y poner el esfuerzo en algo que no nos gusta. Esto le recomiendo a mis pacientes adolescentes. Mi vocación por la Neonatología no tiene explicación, es sentirlo, es estar y disfrutar de lo que uno hace con el neonato. Hay amigos que saben que sigo estudiando, beneficiado por Internet (puedo acceder a revistas de pediatría de todo el mundo) y me preguntan ‘¿Hasta cuándo vas a seguir, gringo?’. Pero yo disfruto mucho de esto”.

JUBILACIÓN A MEDIAS. “En 2005 me llegó lo que no quería, la jubilación. Hablé con la doctora que me iba a suceder y le expliqué que quería seguir, lo que hice casi cuatro años más. Me costaba dejar el hospital porque había estado desde el comienzo y había visto sus avances. Entonces pensé que Dios me iba a marcar hasta cuándo seguir. Fue cuando mi hija que vive en San Pablo, Brasil (también tuve un hijo que no está más, que lo asesinaron), se embarazó. No quería estar sujeto a la licencia del hospital para visitar a mis nietos y renuncié. Mi nieta tiene casi 4 años y tengo otro de 9 meses. Pero sigo en mi consultorio y como jefe del Servicio de Neonatología del Sanatorio Santa Fe. En Entre Ríos me incorporaron como foráneo en la Sociedad de Pediatría, el Sanatorio Rawson y la UNER, como docente para cursos de posgrado”.

EL FUTURO. “Nuestro futuro como neonatólogos es crecer, crecer, siempre crecer, y en dos aspectos: científica (mediante la medicina basada en la evidencia, aunque también como muchas cosas no están probadas, vale la experiencia) y humanamente (algo que nos falta y nos faltó cuando estudiaba en la facultad). Falta todavía humanizar la profesión: tenemos que crecer humanamente y en el amor, y ver en el paciente que está sufriendo al prójimo. Esa comprensión ayuda muchísimo a la curación, ya que se establece una relación afectiva con él y su familia”.

GRINGO DEL CAMPO

“Nací en Elisa, un pueblito de nuestra provincia, y después hice el secundario pupilo en el Colegio de la Inmaculada. Veníamos ‘los gringos del campo’, como nos tenían catalogados. En Rosario hice la carrera de Medicina y después dos años de entrenamiento en la cátedra de Pediatría, ya que no había residencia en Neonatología. Después volví a Santa Fe como médico pediatra pero con una predilección hacia la Neonatología”.

DEPORTES

“A pesar de mis 73 años sigo haciendo deportes, dos o tres veces por semana, para mi salud mental y física. Pero mientras pueda lo seguiré haciendo”.

PUBLICACIONES

“Daba clases de Neonatología y los apuntes se usaban en todos lados, incluso en el interior de la provincia. Con la ayuda de algunos colegas hice un libro: ‘Compendio y Pautas de Neonatología’, que tuvo mucha difusión. Posteriormente, cuando se equipaba el Alassia, pedimos de todo, en especial unos monitores de función pulmonar, que se agregaban a los respiradores. No había literatura al respecto y busqué y estudié sobre el tema. Luego escribí ‘Interpretación de los gráficos’ para nuestros residentes. Llegó a manos del dueño de la empresa que vendía esos aparatos y, como los exportaban, desde Cuba me escribieron médicos consultando sobre su funcionamiento”.

así soy yo