Madres después de los 40

Otras prioridades

Un cambio en el modelo tradicional de familia y de maternidad se puede advertir en los últimos años. Muchas mujeres toman la decisión de ser mamás después de los 40, priorizando su desarrollo profesional, incluso haciendo uso de la ciencia para conseguirlo. No por eso aquel deseo de maternidad deja de estar fundado en el amor que le van a dar a sus hijos.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. flavio raina, GUILLERMO DI SALVATORE y el litoral.

“Maaamaaa..., maaamaaaa...”, cantaba como un arrullo Silvina Cian a su beba de 7 meses para entretenerla mientras le sacaban fotos juntas. En sus brazos, en la sillita de comer o en el sillón, Camila no dejaba de mirar los flashes, casi como adivinando que la protagonista de esta nota iba a ser ella, o mejor dicho, su mamá, quien la tuvo dos meses después de haber cumplido los 40.

Una espontánea sonrisa y sus brillantes ojos celestes colman de felicidad a esta mamá primeriza, que postergó la maternidad -admitió- por cuestiones laborales y por no encontrar la pareja ideal para formar una familia.

Silvina Cian -periodista que vemos en Canal 13 y Cable & Diario y escuchamos por Radio Nacional- bien podría ser un ejemplo más de las historias de vida que se cuentan en el libro “Ser madre después de los 40: historias reales de las nuevas maternidades”, de Ediciones B, que escribieron Silvina Quintans y Patricia Iacovone.

El libro presenta diez testimonios cruzados por el deseo de ser madre: mujeres que se sometieron a tratamientos de fertilización, inseminación, criopreservación de embriones o donación de esperma; aquellas que adoptaron niños; otras que respondieron al pedido de sus parejas de tener “una segunda oportunidad” de ser papás luego de un divorcio, entre otros casos.

Pero todas esas mujeres -aseguraron las autoras- fueron madres después de una larga historia de vida y coinciden en que la experiencia valió la pena. Además, anticiparon que el libro va más allá: supera el tema de la edad y profundiza en cuestiones de la maternidad que están apareciendo en los últimos años, como aquellas mujeres que deciden formar una familia solas.

“Cumplí 40 el 2 de enero y Cami nació el 15 de marzo. Pasaban los años y la historia de la maternidad se postergaba por no estar con una pareja estable o la ideal y por el laburo. Pero después conocí a Néstor, el papá de Camila, quien estaba divorciado hacía mucho tiempo y tiene un hijo de 23 años. Todo funcionó bien con él, nos enganchamos rebien. Para él también fue un cambio grande, ya que tiene 50 años. Cuando se tienen que dar, las cosas se dan”,

Y agregó: “Había tenido otras parejas pero no era nada concreto, incluso estuve muchos años de novia con alguien pero después la historia se cortó. Tampoco quería compromisos muy puntuales. En realidad, no tenía el instinto materno hasta que se me despertó hace unos años. Decía que no era que no iba a servir para ser mamá sino que ese rol era para otras, además porque la maternidad te demanda mucho tiempo y tenés que estar siempre pendiente”.

Respecto a las exigencias profesionales, Silvina planteó que “el laburo me condicionó mucho porque es muy demandante: tenés horarios de fin de semana, feriados, días rotativos, viajes, y esto hacía que postergara la maternidad. Hasta que conocí al papá de la nena”.

UNA BENDICIÓN, UN GRAN CAMBIO

“Camila es una bendición, me cambió la vida 360º”, resumió la periodista, y coincidió en que valió la pena: “Fue hermoso, maravilloso, y cuando ves que está creciendo todos los días, que se ríe, que te mira, que te da la manito, es fantástico. Esta nena es única nieta y sobrina en un mar de gente que tiene a su alrededor. Todos estamos pendientes de ella. Ahí comprendí cómo modifica una criatura un entorno familiar; es algo increíble, te cambia todo”.

Y en este punto, remarcó la colaboración que tiene de su pareja: “Mi marido es como yo: la cambia, le da la mamadera, cocina. Es todo terreno y eso es una bendición sino no podría seguir haciendo tantas cosas. La maternidad me encontró con el programa de la tele al aire (Féminas), con los festejos de los 40 años de Campamento Litoral (en Radio Nacional) y mi trabajo en Canal 13. Además, tengo que hacer mis cosas, trámites, los bancos, la casa, todo”.

Por último, admitió que “no sentí la crisis de los 40, al contrario, y tampoco fue el motivo que me llevó a tener a mi hija, para nada. Aunque sí tuve temores durante el embarazo; los tuve todos. Tenía miedo al parto y fui a cesárea programada por prescripción de la doctora, por mi edad. Pero todo salió bárbaro. Cuando me preguntan si volvería a tener otro les digo que no sé, ahora; quiero disfrutarla”.

NUEVOS MODELOS DE FAMILIA

“No hay una sola manera de ser mamá y existen tantos modelos de familia como personas dispuestas a dar amor”, aseguran las autoras del libro “Ser madre después de los 40: historias reales delas nuevas maternidades”.

“La idea de hacer el libro nació de una manera un poco casual”, recordó Silvina Quintans -abogada y periodista- en diálogo con Nosotros. En una reunión de compañeras del colegio secundario que rondaban los 40 y 45 años fueron surgieron historias de mujeres que llegaron a la maternidad de distintas maneras.

Pero lo más trascendental fue que “nos llamó la atención el hecho de cómo una generación -que había sido criada bajo parámetros tan estrictos y con modelos de una familia muy clásicos- fue llegando a otros modelos que no tenían que ver con la educación que había recibido. Cuando investigamos con Patricia (una profesional que se encarga de editar libros) encontramos situaciones que hace 20 años no se podrían haber dado nunca, sobre todo por los avances de la ciencia, por una parte, y porque hay una apertura a nuevos modelos que no existían hace tiempo”.

Y dio un ejemplo: una mujer de 40 años que decidió hacerse una inseminación artificial -fue uno de los casos que dio origen al libro-, que pertenecía a una familia tradicional y muy religiosa, quien no quería implicar a una pareja en una decisión que consideraba personal: ser mamá.

El libro también incluye la historia de una mujer que decidió formar sola una familia (a los 47 años adoptó una nena de 4 y lleva la maternidad sin una pareja); otra que se sometió a un tratamiento de fertilización asistida; o una mujer que se había sometido a una inseminación artificial, tuvo un hijo, congeló los embriones que le sobraron y se los implantó diez años después.

También está el caso de una mujer en la que la maternidad se dio naturalmente donde había familia. En este caso, el padre es el que impulsa la búsqueda de la maternidad, sobre todo cuando hay una pareja que se forma después de los 40 con alguien que ya tenía una familia previamente, como el caso de la periodista santafesina.

DISTINTAS MATERNIDADES

“Fuimos buscando una variedad de casos y nos encontramos con que los viejos modelos con que nos habíamos educado, de algún modo, habían cambiado. Por eso, estamos convencidas de que no hay una maternidad sino distintas maternidades y modelos de familia: monoparentales, con un rol activo del padre en la crianza de los hijos, y homoparentales, constituidas por parejas de mujeres; con un solo hijo, con varios hijos del mismo padre o de padres diferentes; familias que combinan hijos biológicos con otros adoptivos”, concluyó Silvina Quintans.

Y acotó: “También les preguntamos sobre la famosa ‘crisis de los 40’. Hubo mujeres a las que se les desencadenó con más fuerza la búsqueda de la maternidad a partir de esa edad porque era el límite que existía para las generaciones anteriores, y como que se empezaron a replantear el tema, pero hubo otras que dijeron que a los 40 no les pasó nada. Incluso, algunas sufrieron prejuicios por haber sido mamás a los 40 y otras no”.

Otras prioridades


Camila cambió la vida de Silvina Cian; pasó a ser su máxima prioridad, sin dudas. Por eso, hasta su forma de trabajar se tornó diferente.

“El tema del laburo ahora es otra cuestión: le doy prioridad a otras cosas pero la culpa existe. Mi mamá me da una mano feroz (tiene 74 años pero está bárbara) al igual que mi hermana y mi cuñada, los fines de semana. Además, la maternidad te sensibiliza. Ahora, cuando voy a hacer una nota a un barrio periférico, muy humilde y ves chiquitas muy jovencitas embarazadas te moviliza un montón de cosas”, dijo.

En este punto, advirtió que “ves las madres niñas y las que tenemos hijos después de los 30, y en el medio hay una franja entre los 25 y los 35 años en la que ves muy pocas mujeres que tienen sus hijos. Creo que muchas quieren acomodarse con su laburo, su profesión. Si no te encaminás con tu proyecto laboral esto te corta. Además, tenés que tener una pareja que te acompañe y disponibilidad económica para tener a alguien que te la cuide, de suma confianza”.

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Silvina Cian admitió que postergó su maternidad por cuestiones laborales y no encontrar la pareja ideal.

Desarrollo profesional

Un tema que preocupaba a las autoras -o como dijo Quintans, llevaban como preconcepto a las entrevistas con las mujeres que contaron sus historias de vida en el libro- era el hecho de que como hoy la mujer trabaja va postergando la maternidad.

“En muchos casos es así: llegan después de los 40 con una situación laboral más firme, más asentada, y eso les permite plantarse de mejor manera frente a la maternidad. En otros casos, quizás se dio a esa edad y no antes pero no por una cuestión laboral sino porque no pudieron formar pareja u otras cuestiones. Entonces, el tema laboral sí ocupa un lugar especial, algo que no ocurría en otras generaciones”, planteó Quintans.

Respecto al cambio en el modelo tradicional de familia que advirtieron, explicó que quedó atrás “aquel mandato de formar una familia tipo (con dos o tres hijos, en donde la madre estaba más abocada al hogar y el hombre era el sostenedor económico), según les decían sus padres a las mujeres de esta generación. Pero esto no fue así, en todos los casos. Muchas de las que entrevistamos dijeron que el mandato de sus padres había pasado por desarrollarse profesionalmente (en lo posible, seguir una carrera tradicional) y, en todo caso, después -si surgía- hacer una familia. Esto estaba presente como una marca, como otro mandato nuevo”.

Por último, Quintans concluyó diciendo que “lo que queremos mostrar en el libro, más allá del tema de la maternidad en una edad que antes no se daba tanto, es que existen distintas formas de llegar a ella, pero no formulamos ningún juicio de valor sobre esto”.

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Un libro cuenta diez historias de vida de mujeres.

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existen distintos modelos de familia como las monoparentales, con un rol activo del padre en la crianza de los hijos.

“No hay una sola manera de ser mamá y existen tantos modelos de familia como personas dispuestas a dar amor”.