Un homenaje a mi familia

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Toda la familia Favre haciendo un picnic en la campiña francesa.

Claudio Favre se comunicó por e-mail con nuestra sección para pedir la publicación de la biografía familiar que realizara, la que pudo completar tras haber tenido la oportunidad de viajar al pueblo de su ancestros, en francia.

TEXTOS. CLAUDIO FAvRE.

En el mes de octubre de 1888, una tormenta de dos días provocó inundaciones, pérdida de la cosecha y de animales, en todo el departamento, dañando a muchas casas de los pobladores del Valle de Brevon, y en especial la aldea donde estaban afincados los Favre.

La familia se vio afectada porque ellos eran agricultores y la pérdida de una cosecha provocaría no tener alimento suficiente en invierno para los animales, que debían esperar encerrados en los establos hasta que se retire la nieve del valle para poder ir a pastar.

Tal vez en esas difíciles circunstancias fue que Benjamín Favre tomó la decisión de emigrar a la Argentina. Un país inmenso, con tierras disponibles para la labranza, como lo había leído en un diario suizo de la época, donde era muy habitual encontrar ofertas para emigrar.

Los Favre vivían a tan sólo 12 kilómetros de la frontera con Suiza. Para ellos, era habitual ir al país vecino para vender su producción a los mercados de Valais, donde llegaban los campesinos bajando de las montañas y de los pueblos vecinos, ofreciendo todo tipo de productos como: queso, leche, dulces, vinos, etc., sobre todo los fines de semana.

Además de ser un lugar donde podían vender y comercializar lo que ellos elaboraban también era una forma de comunicarse y de estar informados, ya que allí vendían diarios con noticias del país y del mundo. Así fue cómo Benjamín escuchó y se informó sobre la inmigración hacia nuestro país: compró un diario donde se publicaban las agencias de viaje de colonización y los requisitos para poder emigrar.

Seguramente pensando en el futuro de sus hijos, Benjamín Favre y su esposa Marie Chevallet, decidieron emigrar con sus ocho hijos a la Argentina, en el mes de noviembre de 1888. Al llegar a Buenos Aires se trasladaron hacia la provincia de Santa Fe, donde ya había emigrado un mes antes una hija del matrimonio con su familia.

Decidieron instalarse en un colonia donde había varios compatriotas suyos: colonia Cayastá, que había sido fundada en 1867 por Juan Bautista Léon, conde de Tessieres Bois Bertrand, con familias provenientes de Suiza y Francia.

MUY RELIGIOSOS

Una de sus hijas, Rosalía, se casó con un francés del departamento de Jura, que había conocido en el barco que los traía a América. Tuvieron varios hijos, algunos de los cuales nacieron en Cayastá y otros en Santa Rosa, adonde se habían trasladado.

Años más tarde, la familia buscó tierras mejores, aptas para la agricultura y se fue a vivir a Colonia Macias. Era una familia muy religiosa y, en ese entonces, por falta de una iglesia, las misas se hacían en el campo o en una casa donde enseñaban a estudiar a los niños. El catecismo se impartía en francés y alemán.

La familia colaboró en la construcción de la iglesia de Cayastá, según el acta firmada por Javier Favre, un hijo de Benjamín. Acostumbrados los colonos europeos a la presencia permanente del sacerdote en sus pueblos de origen, junto a otras carencias y dificultades en la nueva patria, debían experimentar una atención espiritual limitada.

Por este motivo, un grupo de colonos -entre los que se encontraba Javier Favre- formaron una comisión que se abocó a la dirección de los trabajos y a la recolección de fondos por medio de misas especiales. El templo erigido en honor de la Natividad de la Virgen en Cayastá fue construido en el año 1900.

Los primeros años las cosechas no fueron muy buenas, por la sequía y las langostas. Benjamín continuó dedicándose a la agricultura hasta su muerte, diez años después de llegar al país. En 1904 “El último Malón”, la última batalla del indio con el hombre blanco, un hecho histórico que tuvo lugar en el departamento Garay, sembró el temor entre sus pobladores, los colonos europeos. Tal vez por ese motivo fue que la familia decidió trasladarse y buscar un lugar más seguro para criar a sus hijos.

VITIVINICULTORES

Rosalía Favre y su familia retornaron a Francia ese mismo año. La familia de su esposo lo ayudó y compraron unos viñedos, motivo por el cual se dedicaron a la vitivinicultura, actividad que -en la actualidad- continúan sus descendientes.

Marie Adeline Favre y su hermano Cyprien fueron a vivir a una colonia pujante del norte santafesino llamada San Justo, adonde había mucho trabajo con la llegada del ferrocarril a comienzos del siglo XX.

El tornado ocurrido en 1973 -que provocó destrozos y varios muertos en la ciudad de San Justo- también destruyó la casa donde vivía la familia de Cyprien, donde murieron dos hijas. Cyprien se volvió a Francia para vivir sus últimos años en su país.

MARIE Y SUS HIJOS

Marie era una excelente modista, diseñaba vestidos de alta costura y de novia para las damas de la alta sociedad local y para las esposas de los colonos europeos que habían logrado una buena posición económica, gracias a la agricultura.

Marie tuvo siete hijos, dos de los cuales murieron cuando eran chicos. Pudo educar a todos sus hijos en los valores del trabajo y las buenas costumbres, además de criar a una sobrina de 9 años llamada Louise, hija de su hermana Celestine, que había fallecido de cáncer.

A uno de sus hijos lo llamó Clodomiro Genavé Favre. En su juventud jugó al fútbol en el club San Justino. Le gustaba mucho leer. Era trabajador y emprendedor y se desempeñó en diferentes actividades, incorporando conocimientos y sabiduría que le servirían de grande. Con el tiempo y gracias a sus ahorros pudo lograr sus metas: tener su propio negocio, un comercio de venta de electrodomésticos.

Era un excelente músico, dotado de una gran sabiduría. Aprendió a tocar varios instrumentos musicales como el trombón, la trompeta, la batería y su instrumento preferido: el bandoneón. Fue miembro de la banda municipal de la ciudad de Laguna Paiva. A mediados de la década del ‘30 comenzó a trabajar en los ferrocarriles en la ciudad de Laguna Paiva, adonde conoció a su futura mujer, con la que tuvo cinco hijos: Iris, Omar, Raquel, Luis y Héctor.

Clodomiro era una persona conservadora, respetuosa, reservada. Le gustaba escuchar tangos y ver las carreras de autos en su sillón, acompañado de su perro fiel.

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Rosalie Favre junto a Denise y Fernande.

Sin olvidar los orígenes

Marie nunca olvidó sus orígenes. Siempre le contaba a sus hijos sobre su familia en Francia y la travesía en el barco que los trajo a América. La familia Favre que había emigrado a la Argentina nunca olvidó su familia en Europa y se mantuvieron en contacto -por medio de cartas- hasta mediados de la década del ‘30. Pero unos años después, con la Segunda Guerra Mundial, los lazos familiares se fueron perdiendo.

En la Primera Guerra Mundial, dos hijos de Rosalie Favre que habían nacido en Argentina (Cayastá): Armand, nacido en 1893, e Irénée, nacida en 1895, murieron en esa contienda. Ahora, una placa con sus nombres que los recuerda se encuentra en la plaza donde vivían en Francia, con la inscripción que dice “Muertos por la patria”.

Luego de muchos años sin tener noticias de la familia, en enero de 2007, dos descendientes de Benjamín Favre se pusieron nuevamente en contacto. Uno de ellos, en Argentina, Claudio Favre y la otra en Francia, Annie Jacquier.

A partir de ese día, el vínculo entre ambos fue haciéndose cada vez más fuerte. En el mes de noviembre del mismo año, siete primos franceses: Annie, Claude, Françoise, Monique, George, Armand y Nicole viajaron a la Argentina para reencontrarse con los primos argentinos. El encuentro fue muy emotivo, ya que después de muchos años la familia volvía a estar unida nuevamente. Fue un día histórico para todos.

RECIPROCIDAD

Este trabajo es un homenaje a mis antepasados, a toda la familia Favre de Argentina y Francia, a sus descendientes, a Carmen que había nacido en Argentina en 1901, y retornó a Francia cuando tenía 3 años y no pudo volver más al país donde había nacido.

En su tumba de Francia, sus hijos colocaron una pequeña urna con tierra de Santa Fe, adonde había nacido, que llevaron cuando vinieron de vacaciones al país.

A fines de 2007, viajé a Francia para conocer mis raíces y la tierra de mi familia. Tuve la posibilidad de visitar a los primos franceses. Estoy muy agradecido por la generosidad con la que fui recibido, en especial por Annie y Denise Chusseau, una mujer hermosa, con un corazón enorme; para ella yo soy su rayo de luz, como me dice siempre. Pudimos reanudar los vínculos y las relaciones familiares. Cumpliendo mi anhelado sueño y el de mi abuelo, Clodomiro Genavé Favre.

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Clodomiro Genavé Favre.

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Foto de Jéremié Favre y su familia y carné de Marie Adeline Favre.

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Claudio Favre pudo conocer la casa que pertenecía a Benjamín Favre, en Francia.

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Vailly, el pueblo donde vivían los Favre en Francia.

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Clodomiro Favre (al centro, parado) era un excelente músico.