El cambio que hizo Sciacqua en el segundo tiempo casi le da la victoria que mereció...

El técnico lo quiso y González no pudo

Colón debió ganarle a Argentinos, fue ordenado, sólido e hizo un segundo tiempo inteligente. Le faltó contundencia para liquidarlo en alguna de las cuatro situaciones claras que tuvo.

El técnico lo quiso  y González no pudo  El técnico lo quiso  y González no pudo

La más clara del Bichi. Fue en el primer tiempo, cuando después de un error de Nereo, Fuertes tuvo la chance de convertir pero terminaron tapándolo. Después, en el segundo tiempo, Colón tuvo varias chances a través de Leandro González y Nereo se convirtió en figura. Foto: DyN

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

No es cuestión de cargar las tintas sobre Leandro González ni tampoco de adjudicarle la total responsabilidad de no haber logrado el gol de la victoria. Pero en un partido cerrado, malo en su desarrollo, con pocas luces de los dos lados y con un control mutuo de la situación, Leandro González tuvo la gran oportunidad de convertirse en el “héroe” de una tarde plagada de cenizas volcánicas. Fueron dos mano a mano muy claros, sobre todo el segundo, que convirtieron a Nereo Fernández, el arquero de Argentinos, en la figura indiscutida del partido. Y si González hubiese estado afilado para la definición, se estaría hablando de un resultado diferente y de una decisión muy acertada de Sciacqua, quien con muchísima inteligencia y arrojo metió un cambio que modificó el desarrollo de un partido que era chato, anodino y en el que no se comprendía de qué manera, Colón, podía generar alguna situación clara ante el arco rival.

Mario Sciacqua consiguió aquello que es muy complicado de lograr: modificar una situación, adentro de la cancha, con un golpe de timón desde afuera. Pero no fue solamente la decisión de hacer un cambio de nombres, sino todo lo que eso generó, en Colón y el rival. A saber:

* 1) Puso un delantero por un defensor.

* 2) Sacó un defensor de una línea de cuatro que, de visitante, mantenía el arco en cero y estaba jugando bien. Fue, afuera de su cancha, un típico cambio de los que se hacen cuando se juega de local.

* 3) Movió a Urribarri del medio hacia atrás. El entrerriano estaba jugando un buen partido, y si bien recuperó su lugar en la defensa —en el que jugó todos los partidos de este torneo—, era el que más se empecinaba en darle compañía a un aislado Fuertes.

* 4) Dejó liberado el sector derecho del mediocampo, delante de Barraza, primero, y de Quilez, después, porque Tomás Costa pasó al costado izquierdo y el equipo quedó parado con un 4-3-2 definido en la parte final.

* 5) Sciacqua fue más avezado que Gorosito. Cuando Loustau expulsó a Higuaín y a Torrén, decidió retrasar a Brum para ponerlo de defensor y rearmar línea de cuatro. ¿Cuatro defensores para marcar a un solo delantero (Fuertes)? Injustificable

El técnico quiso lo que Leandro González no pudo. El plan habría resultado perfecto, porque el segundo tiempo de Colón fue bueno. El equipo mantuvo un orden inviolable en todo momento, jugó bien en defensa, tuvo una adecuada recuperación de la pelota en el medio y le faltó fútbol. Pero ya lo dijo Sciacqua y casi que preanunció lo que iba a ocurrir en La Paternal, cuando el viernes señaló en El Litoral que “prefiero que mi equipo haga tres pases y llegue al arco rival, antes que quince y no avance”. Este es el principal precepto del practicismo futbolero y estuvo a punto de darse en la pequeña cancha de Argentinos, hasta el momento inexpugnable para un Colón que sólo pudo ganar allí jugando ante otro rival (Chacarita).

Quedó luego, para el análisis, un primer tiempo feo en líneas generales, donde Colón fue todo lo ordenado que se le reclamaba del medio hacia atrás, pero no pudo resolver la salida de Higuaín. ¿Por qué?, porque los volantes quedaron aislados de Fuertes, a pesar de que las dimensiones de la cancha ayudaban a que los espacios no se conviertan en un escollo insalvable. Costa y Urribarri debían ser los encargados de acompañar al Bichi, pero el primero está peleado con la pelota y sólo el entrerriano esbozó cierto respaldo, por presencia, para el goleador. Así, lo de Colón —ofensivamente— quedó reducido a alguna “corajeada” del Bichi y nada más. La cosa cambió radicalmente a partir del ingreso de Leandro González. Hubo mayor agresividad e inteligencia para capitalizar los espacios que quedaron a espaldas de los defensores —sobre todo de Bárzola— para armar cuatro jugadas, al menos, de máximo peligro para un Nereo Fernández que se convirtió en el responsable absoluto de que el arco de Argentinos quedase en cero.

Debió ganarlo Colón y habría resultado meritorio y justo. Sólo faltó la contundencia que se reclaman en estos tiempos de “vacas flacas” a nivel general en lo que se refiere a generación de fútbol. Nadie juega bien ni sobresale sobre el resto. Algunos tienen, por cuestiones de técnica individual de algunos de sus jugadores, la posibilidad de tener ráfagas destacables. Pero los buenos equipos, los que tienen ese tan mentado y reclamado “volumen de juego” que tanto se le reclama a Colón, no es patrimonio de muchos. Al contrario.

El orden y el funcionamiento defensivo de ayer fue bueno. Y el segundo tiempo fue para rescatarlo, máxime por lo cercana que estuvo la victoria. Si a esa agresividad que intentó —y logró— Mario Sciacqua desde el banco con el ingreso de Leandro González se hubiese correspondido con contundencia, hoy se estaría hablando de otro resultado y de un Colón como único escolta de Boca.

Textual

Leandro González

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(Delantero de Colón)

“Nosotros somos los culpables de haber convertido en figura a Nereo Fernández. De las que tuve yo, la más clara fue la última. Venía lanzado en velocidad y Nereo leyó la jugada antes que yo. Cuando intenté eludirlo, él ya estaba abriéndose frente a esa posibilidad de gambeta y me la terminó manoteando. Me quería morir. Si lograba eludirlo, tenía todo el arco libre para definir y ganar el partido, cosa que merecimos”.

Su ingreso modificó el trámite del partido y fue artífice de las jugadas más peligrosas ante el arco de Argentinos. Pero falló en la definición.

/// SÍNTESIS

Argentinos Juniors 0

Colón 0

Cancha: Argentinos Juniors.

Árbitro: Patricio Loustau.

Argentinos Juniors: Nereo Fernández; Prósperi, Berardo, Torren y Bárzola; Basualdo, Brum, Hernández y Oberman; Rius y Morales. A.S.: Giovini. Estuvieron en el banco: Pistone, Batista e Iñiguez. DT: Néstor Gorosito.

Colón: Pozo; Barraza, Pellegrino, Raldes y Lima; Costa, Prediger, Bastía y Urribarri; Higuaín y Fuertes. A.S.: Marcos Díaz. Estuvieron en el banco: Fosgt, Mugni, Gómez y Lesman. DT: Mario Sciacqua.

Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Díaz Ponce (AJ) por Rius; a los 17 min Leandro González (C) por Lima; a los 23 min Ramírez (A) por Hernández y Pérez Tarifa (AJ) por Morales y a los 27 min Quilez (C) por Barraza.

Incidencias: en el primer tiempo, a los 12 min fueron expulsados Torren (AJ) e Higuaín (C) por agresión mutua.

Amonestados: en Colón, Costa.

Estuvo Checho.

En uno de los palcos de la cancha de Argentinos Juniors estuvo Sergio Batista, el ex jugador y entrenador del equipo de La Paternal y ex DT de la selección nacional. El “Checho” llegó una media hora antes del encuentro y el motivo de su presencia está claro: en el banco estaba Nicolás, su hijo, que es defensor, tiene 20 años y surgió de las inferiores de Argentinos.

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Así se presiona. Prediger por delante y Barraza por detrás de un rival, consiguen quedarse con la pelota. El ex Banfield jugó de última porque Candia se quedó por problemas familiares.

Foto: DyN

BAJO LA LUPA

POZO (5).- Muy poco trabajo. La única “rara” fue un remate en el segundo tiempo que sacó con mano cambiada, pero que no entraba.

BARRAZA (5).- No desentonó, aunque sigue estando en un nivel bajo de acuerdo a lo que potencialmente puede dar. Se acalambró y fue reemplazado.

PELLEGRINO (6).- Bien, atento siempre, expeditivo y ganando de arriba y de abajo. En el área de enfrente, un cabezazo fue desviado en forma espectacular por Nereo.

RALDES (7).- La figura de Colón. No perdió nunca, resolvió todo con absoluta eficacia y cubrió bien las espaldas de Lima.

LIMA (5).- En su “quintita”, sin exagerar en el despliegue ni arriesgar demasiado. Fue el primer partido en el que arrancó como titular.

COSTA (4).- Bien en cuanto a despliegue, pero falla en lo que se le pide: que juegue. Ni siquiera tuvo precisión en las pelotas quietas. Es necesario que levante.

PREDIGER (6).- Bien como siempre, trató de manejar la pelota y se lo notó más suelto en ese aspecto. Sabía que detrás suyo tenía a Bastía. Y se nota que con él, juega más liberado.

BASTÍA (5).- En una cancha chica se le simplifican las cosas. Igual, no desentonó y hasta se animó a apretar más allá del mediocampo.

URRIBARRI (6).- Cuando se “escriba la historia” de este torneo, habrá un párrafo especial para la regularidad de Urribarri. Nunca jugó mal. Y ayer, unos metros más arriba y haciéndolo de volante, durante una hora, también jugó un partido aceptable.

HIGUAÍN.- Pocos minutos en la cancha. “Jura” que no hizo nada. El árbitro podría haber amonestado a los dos y no echarlos.

FUERTES (6).- El Bichi jugó para el equipo. En el primer tiempo, asumiendo la soledad arriba y complicando. En el segundo, colocándole dos pase-gol a Leandro González.

LEANDRO GONZÁLEZ (5).- Es difícil calificar a alguien que cambió el rumbo del partido aunque no pudo modificar el resultado. Excelente decisión de Sciacqua de ponerlo y en lo que a él se refiere, todo bien hasta el momento de definir.

QUILEZ.- Ingresó por un Barraza extenuado y acalambrado. Apretó arriba para que no quede liberado el sector derecho del mediocampo.