Cumbre por la crisis financiera

Temen que Alemania busque imponer un euro de primera y otro de segunda

El ministro de economía alemán dijo que mañana no se alcanzará un acuerdo definitivo. El miércoles volverán a reunirse.

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Dos activistas lucen máscaras con los rostros de la canciller alemana Ángela Merkel y el presidente francés Nicolás Sarkozy en frente de la Cancillería de Alemania en Berlín. Foto: EFE

De la Redacción de El Litoral

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Télam

La preparación de la Cumbre de la Unión Europea (UE), que tendrá lugar mañana en Bruselas, tensó al máximo las contradicciones nacionales en el Viejo Continente, revelando que la crisis financiera y económica está llegando a un peligroso punto de inflexión.

El eje de esas contradicciones se concentra hoy más que en cualquier otro momento en las diferencias entre Alemania y Francia, los pivotes de la UE y de la Eurozona, y esto es lo que explica la devaluación del encuentro de mañana.

La apreciación de la situación que hace Alemania, expresada a través de su canciller, Ángela Merkel, y del ministro de Finanzas, Wolfgan Schäuble, de que mañana no habrá una “solución definitiva”, dejó bien claro que no sólo no hay acuerdo entre franceses y alemanes sino que hay profundas y graves divergencias sobre cómo resolver la crisis.

Tres son los temas centrales sobre los que se concentra el debate: fondo de rescate europeo (FEEF), la deuda de Grecia y la potencialmente devastadora crisis bancaria que se ha convertido en el epicentro de los problemas europeos y, más allá, del sistema capitalista mundial.

Francia está a punto de perder su rating financiero, ya que sus bancos son los más golpeados por la inevitable suspensión de pagos de la deuda de Grecia. Por eso aspira a que el FEEF sea ampliado de los actuales 440.000 millones de euros a una cifra que va del billón a los dos billones de euros. Alemania se niega a esta salida, pretende una quita de la deuda griega del 50% o más y que los bancos afectados acudan a sus Estados para solicitar ayuda, dejando al FEEF como de última instancia.

Alemania, con sus aliados del norte europeo (Luxemburgo, Bélgica, Holanda y Finlandia) presiona a Italia y a España para que den otra vuelta de tuerca a sus procesos de desmantelamiento del “Estado de Bienestar” y a los banqueros de esos países, amenazados por el fantasma de convertirse en las nuevas Grecia, Portugal o Irlanda, a soportar sin ayudas externas la situación que se les viene.

Diferencias

No por casualidad, Cristóbal Montoro, responsable económico del Partido Popular de España y muy probablemente futuro ministro de Economía de ese país después de las elecciones generales del próximo 20 de noviembre, se hizo eco la semana pasada, en una reunión privada de grandes empresarios en Barcelona, de los insistentes rumores sobre lo que de veras está buscando Alemania.

A su juicio, detrás de los “detalles técnicos que están en debate”, Alemania quiere imponer una “Europa de dos velocidades”, con un euro pleno para los países arriba mencionados y un euro de segunda o un regreso a monedas nacionales de las naciones europeas del Mediterráneo y del Sur, incluida Francia.

No por casualidad, Emilio Botín, presidente del Grupo Santander, el mayor banco europeo por capitalización bursátil, rechazó el plan de recapitalización generalizada de los bancos de la Eurozona, sin hacer distinciones entre entidades.

Y es que Botín sospecha que una medida general que obligue a cumplir con requisitos de capitales mínimos y otros impuestos desde Alemania, puede poner en serios aprietos a muchos bancos, incluido el suyo.

En el mismo sentido han apuntado también las autoridades económicas italianas que critican las negociaciones a dos bandas entre Francia y Alemania, temerosas de que Bonn le haga hincar las rodillas al orgulloso pero devaluado inquilino del Palacio del Elíseo.

Llegados a este punto los protagonistas de esta dramática agonía de la Eurozona no ocultan, como Merkel, que “el fracaso del euro sería el fin de la Unión Europea”. O Sarkozy, quien ha amonestado a los alemanes, sin mencionarlos, al advertir que quien provoque la ruptura del euro estaría lanzando a Europa por el camino de los viejos conflictos y enfrentamientos.

Advertencias, sin dudas, utilizadas para atemorizar al adversario en medio de esta dura batalla. Pero también peligrosas verbalizaciones en un continente que soportó dos guerras mundiales en el siglo XX y que vivió medio siglo ininterrumpido de crisis sociales, económicas y políticas devastadoras.


Basta de créditos

La canciller alemana, Angela Merkel, hizo hoy un llamamiento a los socios europeos para que dejen de “vivir del crédito”.

“Hay que dejar de vivir por encima de las posibilidades de uno”, dijo la canciller durante un acto de las mujeres de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), formación que preside. Tras subrayar que esta máxima no es sólo aplicable a Alemania, sino a todas las democracias del mundo, Merkel afirmó que este país ha conseguido hasta ahora sortear la crisis “bastante bien”. Pese a todo, se mostró preocupada por el nuevo endeudamiento del Estado para hacer frente a sus presupuestos y subrayó que lo importante ahora es el crecimiento económico dentro del marco del llamado “freno a la deuda”, la normativa constitucional que prohíbe asumir nuevos créditos por encima de un límite estipulado. Asimismo, advirtió de el que Europa ya no es un mercado en crecimiento y de que Alemania sólo resulta interesante para el mundo porque fabrica “productos que otros no pueden hacer”.

Piden terminar el bloque a Cuba por razones económicas

Un grupo de líderes empresariales de Estados Unidos abogó por un mayor intercambio comercial con Cuba por entender que, en medio de la crisis actual, eso ayudaría a generar más empleos en este país a través de un aumento en las exportaciones.

Durante un foro organizado por la Sección de Intereses de Cuba, los empresarios aseguraron que el embargo que EE.UU. mantiene contra Cuba desde 1962 es una política fallida que sólo ha perjudicado a los pueblos en ambos lados del estrecho de la Florida. Cynthia Thomas, presidenta de la Alianza Texas-Cuba para el Comercio, citó como ejemplo de una mayor cooperación bilateral que las autoridades de Texas realizan pruebas de laboratorio con una vacuna “única” manufacturada en Cuba, después de recibir el visto bueno de la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (Ofac) del Departamento del Tesoro.

Mientras, Betsy Ward, presidenta de la Federación de Arroz de Estados Unidos, señaló que Cuba consume un millón de toneladas métricas de arroz y que una vez eliminadas las restricciones actuales, EE.UU. podría vender arroz a Cuba por 300 millones de dólares al año.

Lisa Simon, presidenta de la Asociación Nacional de Viajes, que representa a 700 operadores turísticos, dijo que la flexibilización de los viajes de cubano-estadounidenses a la isla, ordenada este año por el presidente Barack Obama, permitirá que tan solo en 2011 la isla reciba unos 400.000 visitantes.

El titular de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, Jorge Bolaños, aseguró que “cada vez hay más estadounidenses en contra del bloqueo” y que EE.UU. está “aislado totalmente” por la comunidad internacional. Sin las restricciones en vigor, más de un millón de estadounidenses podrían viajar libremente a Cuba y eso ayudaría a generar 15.000 empleos en Estados Unidos, argumentó Bolaños. Agregó que, según la Cámara de Comercio de EE.UU., el embargo ha ocasionado pérdidas por 3.500 millones de dólares anuales a este país, lo que equivale “a 125.000 millones de dólares en los últimos 50 años”.