El pulmón de la casa

Si se planifican bien, los jardines pequeños resultan muy íntimos y acogedores. Eso si, son un desafío mayor porque todo se ve al mismo tiempo y los errores no se pueden disimular. Con un poco de ingenio es posible lograr un bello espacio para disfrutar todo el año.

FUENTE. INFOJARDIN.COM. FOTOS. EL LITORAL.

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Un primer paso, cuando se trata de diseñar un jardín en poco espacio, es pensar con calma cómo se van a distribuir los distintos sectores, qué elementos se van a incluir y qué especies vegetales se van a plantar. En todos los casos, conviene apostar por la calidad.

Todo debe ir a escala: es decir, en un espacio pequeño, plantas y objetos pequeños. Por ejemplo, no tiene sentido poner árboles o arbustos grandes porque agobian, se enmarañan unos con otros y crean excesiva sombra.

Si hay poco espacio es conveniente suprimir los caminos y senderos. Si no, crear sólo los esenciales. A veces, se ven pasos innecesarios en todas las direcciones.

Para que un jardín corto parezca más largo, debe ser más ancho al principio de la casa y al final más estrecho; de esta manera se acentuará la perspectiva. Y para que un espacio estrecho parezca más ancho hay que incorporar líneas horizontales fuertes.

Otra opción es construir diferentes niveles, con un efecto de terrazas. Esto engaña al ojo y da la sensación de un espacio grande.

Si es posible, se puede “mezclar” el jardín con el paisaje adyacente para dar un efecto de continuidad.

Otras sugerencias: evitar los arbustos rectilíneos y densos que impiden desplegar la vista y ahogan, y crear una sorpresa en cada rincón para hacer creer al observador que hay más rincones de los realmente existentes.

LAS PLANTAS

En un jardín pequeño, cada planta debe merecer su lugar. La mayoría de las especies que se elijan deben ser atractivas en, al menos, dos de las cuatro estaciones del año.

El follaje es muy importante: no hay que fijarse únicamente en las flores que llaman mucho la atención pero duran poco. Además, conviene procurar que las plantas tengan tamaños y formas diferentes para crear cierto ritmo.

En cualquier caso, no hay que recargar el jardín: es preferible usar pocas variedades de plantas que sean, además, pequeñas para que guarden relación con el espacio. No tienen sentido grandes arbustos o árboles que requieren de una poda constante para controlarlos.

Los árboles deben ser de porte pequeño; preferentemente de hoja caduca para que entre el sol en invierno.

- Evitar las plantas de crecimiento rápido.

- Las plantas aromáticas llenarán de fragancia al jardín pequeño.

- Elegir especies de dos o tres colores básicos, preferentemente suaves. Un color demasiado fuerte en el fondo acorta el espacio.

- Colocar las plantas de colores más brillantes y fuertes cerca del espectador: rojos, naranjas y amarillos.

- Colocar las plantas de tonos azules y violetas en la zona más alejada del jardín. Éstos crean efecto de profundidad, como si se desvanecieran.

- Si se colocan las plantas con hojas de mayor tamaño a la entrada y las de hojas más chicas alejadas, se percibirá como de más profundidad.

- Crear ritmo; romper las simetrías monótonas, y alternar plantas altas y bajas, formas redondeadas con angulosas.

- Plantar en el perímetro; aprovechar las paredes y vallas para ubicar trepadoras. Así se evita que el paisaje tenga límites definidos, pero teniendo cuidado de no elegir especies que se ensanchan mucho porque se “comen” el jardín.

- Macetas y jardineras serán habituales en todo jardín pequeño. Aprovechar cualquier soporte para plantar: colgar macetas en las paredes para ganar espacio, o sobre estantes.

- Aprovechar las ventanas para crear mini-jardines.

PUNTOS FOCALES

En todo jardín es bueno conseguir puntos focales de atracción visual. Puede ser una planta especialmente bella, un grupo, una escultura o algún otro elemento que destaque.

Es importante romper la monotonía con detalles estratégicamente situados. Algunos elementos focales pueden ser: una fuente, una escultura, un pequeño estanque o vasijas. Eso sí, en un jardín pequeño habrá que ubicar un único ornamento, sin recargar, y hacer de él una inversión, algo especial.

Un punto de agua puede ser una excelente opción: por ejemplo un estanque o una pequeña fuente. El sonido del agua refresca y estimula.

También se puede instalar un espejo en la pared, para dar más sensación de amplitud, y mantener las plantas con una buena poda para controlar las proporciones.

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