Cumbre del G20

Cristina pidió volver al “capitalismo en serio”

Dijo que para cambiar las cosas “hay que tocar intereses”. Y que actualmente gobierna el mundo una especie de “anarcocapitalismo”. Reiteró la necesidad de regular los mercados financieros.

A.jpg

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, saluda al presidente francés, Nicolas Sarkozy, a su llegada esta mañana a la cumbre del G20. Foto: EFE

 

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

Télam/EFE

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner postuló hoy en Cannes que para el mundo cambie su situación actual “es necesario tocar intereses” y destacó la necesidad de volver al “capitalismo en serio”, en el que el eje central es el “consumo”.

La presidenta reprochó a “los líderes mundiales”, entre los que dijo no se incluye, no haber acabado con el “anarco-capitalismo”, marcado por la falta de regulación de los mercados financieros.

Y eso pese a los más de tres años que han pasado desde el estallido de la crisis, explicó.

“Estamos peor que hace tres años”, se quejó al recordar el estallido de la crisis con la quiebra de Lehman Brothers y al subrayar que “la preocupación debemos centrarla en el mercado financiero”, durante su intervención ante las organizaciones patronales de los países del G20, que se desarrolla en paralelo a la cumbre de esta entidad en la ciudad francesa de Cannes.

Por eso pidió “soluciones claras y concretas sobre la regulación del sistema financiero” a “quienes lideran el mundo”, y puso el acento, tras responder al ministro francés de Agricultura, Bruno Le Maire, que había intervenido sobre la cuestión de los altos precios de los cereales y su volatilidad.

Fernández de Kirchner replicó que la cuestión no es el mercado del grano “sino el sistema financiero” y enfocarlo sólo por la dimensión de la seguridad alimentaria “es una visión totalmente parcializada”.

Es más, añadió que si se siguiera esa lógica habría que regular igualmente las patentes de los medicamentos, que pueden plantear un obstáculo para el acceso a ellos, “y sin embargo no he escuchado ninguna palabra” para hacerlo.

Anarquía

La jefa del Estado constató que “estamos en una suerte de anarco-capitalismo financiero” en que los capitales un día están en el mercado del petróleo, otro en el de los alimentos o de otras materias primas.

A su juicio, eso muestra que “el verdadero problema es la falta de regulación de los mercados de capitales en el mundo”, y que “enfocar el tema en el mercado de alimentos o de materias primas, es una forma equivocada”.

Criticó que pese a los “miles de millones de dólares inyectados en el sistema financiero”, la cuestión no se ha resuelto, y se pronunció por volcar ese dinero “en la economía real” porque “si no hay consumo ¿cómo vamos a crecer?”.

“Lo que estoy proponiendo es volver al capitalismo serio” porque lo que estamos viviendo es “un anarco-capitalismo total” y “si seguimos así (...) se van a cuestionar los fundamentos de la democracia”, argumentó antes de recordar que “Europa tiene una historia de cómo surgen gobiernos totalitarios” a partir de crisis económicas.

La presidenta argentina dijo creer “que estamos todavía en tiempo de poder establecer soluciones”, y consideró que “es mejor enfrentar esos intereses poderosos pero minoritarios que enfrentar la furia de una sociedad”, como ocurrió en Argentina hace poco más de una década.

La intervención de Fernández fue la única que estuvo abierta a la prensa -por decisión de la presidencia argentina- de una sesión de trabajo que contó entre otros con la presencia del ya citado ministro francés de Agricultura, pero también de empresarios con fuertes intereses en Argentina.

“Si hemos probado durante muchos años curar a un enfermo y el enfermo no mejora, es tiempo de cambiar el tratamiento, las recetas”.

Cristina Fernández de Kirchner

Presidenta

Dudas sobre la recuperación económica

Los líderes del G20 iniciaron hoy en Cannes (Francia) la sexta cumbre de su historia, decididos a tomar medidas para reactivar el crecimiento mundial y a hacer frente a la crisis de la UE, sobre la que pende el fantasma de la recesión.

El G20 está formado por los países del G7 (EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia), además de Rusia, con el que forman el G8, más Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía, más la UE.

España participa como invitado permanente, pues ha asistido a todas las cumbres. En esta ocasión, se unen otros invitados especiales, como Guinea Ecuatorial y Etiopía.

Como en la primera cumbre de Washington, hace tres años, cuando el G20 se erigió en el principal foro de discusión económica mundial, el mundo se enfrenta a grandes retos, principalmente la ralentización económica en los países desarrollados, lo que agrava los desequilibrios con los emergentes, mucho más pujantes.

Hace unos días, organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) dieron a conocer las previsiones pesimistas que se ciernen sobre la economía mundial.

La Ocde advirtió especialmente sobre el estancamiento de la zona euro y no excluyó la posibilidad de una recesión en caso de un nuevo deterioro de las condiciones financieras.

A mediados de octubre, el FMI alertó, igualmente, que el “riesgo inmediato era que la economía mundial entrara en una espiral de deterioro debido a las incertidumbres y a la aversión al riesgo, así como al funcionamiento disfuncional de los mercados, la dinámica insostenible de la deuda, la caída en la demanda y el crecimiento del desempleo”.

Son factores a los que quiere hacer frente el G20, aunque la receta de lanzar planes de estímulo masivos que puso en marcha hace tres años ahora no sirve, debido al fuerte déficit que arrastran algunos países.

Se espera que de esta cumbre salga un compromiso de los países emergentes, que crecen con mucha fuerza, para ayudar a las economías más desarrolladas.

Para ello, se les va a pedir que dejen de tomar medidas para frenar la apreciación de sus monedas y que fomenten el consumo interno, en lugar de apoyar su crecimiento en las exportaciones.

Ello permitiría reducir además los desequilibrios comerciales que existen en el mundo, y que hacen que los países emergentes acumulen fuertes superávit por cuenta corriente, frente al déficit creciente de los desarrollados.

La crisis de confianza que vive Europa será otro de los temas que abordará el G20, aunque se desconoce en qué términos se referirá en el comunicado final que difundirá mañana.

Contra la regulación de commodities

El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, ratificó hoy en Cannes la posición argentina en contra de la regulación de los precios de los commodities.

“El problema de la pobreza en el mundo no es a causa de la volatilidad de los precios. Es un problema de la capacidad de abastecimiento y distribución de la riqueza, como lo ha planteado Argentina en todos los foros en los que participa”, dijo Domínguez esta mañana a la prensa durante un contacto mantenido en el marco del Business 20, el foro del sector empresario del G-20.

El funcionario, junto al canciller Héctor Timerman, la ministra de Industria, Débora Giorgi; y el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, forman parte de la comitiva que acompaña a la presidenta Cristina Fernández en la reunión del G-20.

El titular de Agricultura dijo que “Argentina va a producir el 60% más de alimentos en los próximos diez años, cuando la FAO -Organización de Agro y Alimentos de las Naciones Unidas- está planteando una mejora de ese tipo en un plazo mucho más largo”.

“Lo que hay que hacer es aumentar la productividad. Es absurdo disponer un mecanismo de regulación de precios”, sostuvo Domínguez en referencia al plan presentado por Francia para combatir la volatilidad de los precios de los commodities.