luego de 47 años de ejercer la medicina en la ciudad costera

Los sanjavierinos brindaron una emotiva despedida al doctor Víctor Attademo

Por iniciativa de unos amigos del profesional, se organizó una concentración frente a su domicilio para expresarle el reconocimiento en su faceta humana y profesional. Es la primera vez que ocurre un reconocimiento de estas características en esta localidad.

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En medio de escenas de mucha emoción se abrazó con cada una de las personas que le expresaron su agradecimiento.

Luis Verón

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“Sólo cumplí con mi deber”, dijo el Dr. Víctor Attademo, que el 31 de octubre puso fin a 47 años de atención médica en la ciudad de San Javier. Emotiva despedida frente a su domicilio por parte de pacientes, ex compañeros de trabajos, profesionales en actividad, familiares y amigos.

Todo comenzó cerca de las 20.30 cuando su esposa Beatriz, cómplice también de este homenaje, ingresó en su consultorio y le dijo que una paciente quería saludarlo, al salir se encontró con decenas de personas que lo aplaudieron y le cantaron “le damos las muchas gracias, le damos las muchas gracias, de todo corazón, de todo corazón”.

El profesional visiblemente sorprendido descendió lentamente las escaleras hasta llegar a la vereda, y en medio de escenas de mucha emoción se abrazó con cada una de las personas (mayores y niños) que le expresaron su agradecimiento por su labor profesional y también porque en su consultorio privado hacía las veces de psicólogo, en muchas ocasiones.

En este evento, se destacó la presencia de varias ex enfermeras, algunas de ellas, que lo recibieron en el año 1963, cuando comenzó a trabajar en el antiguo hospital de San Javier.

También muchos profesionales se acercaron a expresar su reconocimiento al Dr. Víctor Attademo. Uno de ellos sostuvo “se ha entregado completamente a su profesión, nos deja humanidad, amor y respeto”.

Cumplir un sueño

El profesional, sumamente emocionado y conmovido por el aprecio de todos, expresó “no me imaginé nunca esto, ni lo pensé, gracias por todo a ustedes, gracias a San Javier, que me permitió volver y llegar hasta ahora queriendo cumplir un sueño, que nació allá cuando se me presentó la idea de estudiar medicina, de volver a mi pueblo y ver si podía hacer algo por él, de corazón hice lo que pude y le agradezco este momento”.

En declaraciones a los medios locales sostuvo: “Creo que llegando a los 75 años de edad era tiempo de retirarme, hace dos meses que me venía preparando para este momento”. Y Agregó, “gracias a San Javier, durante estos 47 años trabajé a consultorio lleno”. Destacó el importante apoyo de su familia, en especial, de su esposa Beatriz y de sus cuatro hijos.

Los momentos más difíciles que le tocó atravesar como profesional de la medicina fue atender el fallecimiento de sus padres, dos de sus hermanos y algunos casos especiales en el hospital. Y los de alegría “los partos, el nacimiento de dos de mis hijas y de muchos sanjavierinos”.

Attademo continuará viviendo en San Javier y señaló que ha comenzado a preparar la llegada de sus hijos y nietos que se encuentran en el exterior, para Navidad. Además, tendrá más tiempo para leer, recorrer el campo, dialogar en las esquinas con los sanjavierinos y expresó que le gustaría hacer una recopilación de la historia de los médicos de San Javier.

Y, párrafo aparte, agregó que desde hace años, el diario El Litoral lo acompaña porque él lo lee todas las noches antes de dormir.

Testimonios

Valeria Oroméz, manifestó que Attademo es un orgullo para nuestro pueblo. “Siempre fue un excelente médico pero más allá de eso (de lo científico) uno tenía la sensación de entrar enfermo a su consultorio y salir sano, porque siempre tenía el tiempo, la templanza y la palabra justa para contenernos y sanar nuestros dolores y angustias. Gracias por tanto y ahora sí a disfrutar a pleno con su hermosa familia, bien merecido lo tiene”.

Por su parte, Diana Blanche aseguró que tiene merecido el homenaje, “pero quienes asistíamos a su consultorio lo vamos a extrañar muchísimo porque siempre desempeñó su profesión con responsabilidad y entrega total. Mucha suerte”.

En tanto, Víctor Virginio Giudice Fernández indicó que Florentina Fernández, su madre, le puso el nombre Víctor, en agradecimiento a uno de los dos médicos que la asistieron en el parto. “Con el tiempo conocí a ese hombre que me ayudó a venir al mundo, ese hombre también estuvo en horas de la siesta, en mi casa, para cerrar los ojos de mi padre cuando fallecía; es también el que ha sido hasta psicólogo de mi vieja en sus peores momentos de angustia, cómo no agradecerle todo lo que ha hecho en su vida por mí y mi familia. Así como alguna vez no estuvimos de acuerdo en algunas cosas, otras me acerque y pedí disculpas, hoy quisiera que Dios le de mil veces más de lo que usted ha dado, le deseo mucha suerte”.

Por último, Mercedes Pérez aseguró que es un claro ejemplo de médico por vocación. “Attademo, gracias por toda su sabiduría, cómo no salir mejor de su consultorio con sus palabras, consejos, risas e historias que compartió con cada uno de sus pacientes; me enorgullece saber que en San Javier siguen personas como usted, dejando huellas, con todo ese cariño que hoy recibió y con la humildad que lo caracterizó, hasta siempre, con todo mi respeto se lo merece”, concluyó Pérez.

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Víctor Attademo junto a su hija Laura -a la izquierda- y su esposa Beatriz -a la derecha- , durante el reconocimiento que le realizaron los vecinos. Fotos: Luis Verón

Creo que llegando a los 75 años de edad era tiempo de retirarme, hace dos meses que me venía preparando para este momento”.

Víctor Attademo

Médico de San Javier