Mañana pedirán su excarcelación

Los García Belsunce están presos en el mismo calabozo

Guillermo Bártoli, Horacio García Belsunce, John Hurtig, Juan Ramón Gauvry Gordon y Sergio Binello han pasado las últimas horas en obligada compañía, una vez dispuesta la detención, luego de leído el veredicto del viernes.

Télam

Los cinco condenados el viernes por el encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce, pasarán el fin de semana detenidos en un mismo calabozo de la DDI de San Isidro y el lunes sus abogados pedirán su excarcelación, a través de la presentación de habeas corpus. Se trata del cuñado de la víctima, Guillermo Bártoli (49), de su hermano Horacio García Belsunce (h) (62), su hermanastro John Hurtig (46), el médico Juan Ramón Gauvry Gordon (43) y el vecino Sergio Binello (58).

El viernes, el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro condenó a Bártoli a cinco años de cárcel, a García Belsunce a cuatro años, a Hurtig a tres años y seis meses, a Binello a tres años, y a Gauvry Gordon a tres años, como autores de “encubrimiento agravado” del homicidio de María Marta.

Tras la lectura del fallo, todos fueron trasladados a la DDI de San Isidro, donde se los ubicó juntos, en un calabozo grande, separado del resto de los detenidos, relataron a Télam allegados a la familia y fuentes policiales.

Breve visita

El viernes por la noche, los familiares pudieron visitar a los condenados por un breve lapso y llevarles ropa, comida y remedios, pero el sábado no fue día de visita, por lo que deberán esperar a hoy o el lunes para volver.

Mientras los cinco cumplen su primer día de detención, sus abogados tienen listo un habeas corpus que presentarán a primera hora del lunes ante la Cámara de Apelaciones de San Isidro para que se les conceda la libertad.

“Voy a plantear la ilegalidad de la detención por quebrantamiento de tratados internacionales que forman parte de la Constitución Nacional”, dijo a Télam Adrián Murcho, abogado de Horacio García Belsunce. Murcho hizo hincapié en que esas normas prevén “que no se puede detener a alguien hasta que el fallo esté firme en todas las instancias”, es decir, hasta que sea revisado por la Corte Suprema de Justicia y citó como ejemplos recientes los fallos dictados al cura Julio Grassi, los hermanos Schlenker y en el caso Cromañón.

Grassi fue condenado a 15 años de prisión por un tribunal de Morón, pero permanece en libertad pese a que el fallo ya fue confirmado por el Tribunal de Casación Penal bonaerense. Los hermanos Schlenker recibieron prisión perpetua por parte de un tribunal porteño, pero están libres a la espera de la revisión de la sentencia.

En el caso de Cromañón, por ejemplo, Omar Chabán fue condenado a ocho años de prisión y también evitó por ahora la cárcel.

“Siempre estuvo”

Murcho remarcó que su cliente, al igual que los otros condenados, “nunca eludió la acción de la Justicia en estos nueve años, siempre estuvo a derecho y fue a todas las audiencias del juicio. Tampoco hay peligro de fuga. Horacio García Belsunce es una persona pública”, agregó. Respecto de los plazos que tiene la Cámara para expedirse, el abogado explicó que no se pueden calcular exactamente “ya que antes de resolver, los jueces pueden pedir ver el expediente, el fallo del tribunal o por ejemplo llamar a una audiencia con los imputados”.

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Horacio García Belsunce y, un poco más atrás, Guillermo Bártoli mientras aguardaban conocer la sentencia. Hoy siguen juntos pero dentro de un calabozo. Foto: DyN

ADN poco relevante

Los jueces que dictaron condenas por el encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce, descartaron la hipótesis de la familia de que el o los asesinos de la socióloga son quienes dejaron rastros de ADN en la casa y nunca fueron identificados.

En la propiedad del country Carmel de Pilar, se hallaron dos perfiles masculinos (en un cuadro, en una pared y en una viga del baño), uno mezclado con sangre de la víctima, y otro femenino (en una alfombra) que cuando fueron cotejados, no correspondían a ninguno de los sentenciados ayer.

Ese dato siempre fue remarcado por la familia -incluso en un video divulgado poco antes de la sentencia- ya que a su entender, esos rastros pertenecen a las personas con las que María Marta se peleó antes de ser asesinada de cinco balazos en la cabeza el 27 de octubre de 2002, en un presunto robo.

Pero en el fallo el juez Alberto Ortolani dijo que “sostener que el autor del hecho es quien dejara la muestra de sangre es sencillamente perder el equilibrio que debe gobernar toda interpretación que se hace de un hecho objetivo de la realidad”.

Al respecto, recordó que la declaración en el juicio oral de la jefa de laboratorio de ADN de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, María Mercedes Lojo, no se puede “ignorar caprichosamente y por completo, sin fundamento alguno”. En base a lo que dijo la genetista, Ortolani sostuvo que “las muestras -accidental o intencionalmente- fueron contaminadas al ser sometidas al contacto con reactivos químicos aportados por los peritos de parte, perdiendo a partir de allí su indubitable valor intrínseco a la hora de la realización de futuros y confiables cotejos”.

Los jueces defienden a Molina Pico

Los jueces que condenaron ayer a tres familiares, un médico y un vecino por el encubrimiento del crimen de María Marta García Belsunce defendieron al fiscal del caso, Diego Molina Pico, y acusaron a la familia de crear “una realidad virtual”.

Molina Pico fue cuestionado a lo largo de todo el debate oral por las defensas de los imputados, quienes lo acusaron de no haber investigado las pistas que la familia aportaba y sólo estaba ensañado con ellos.

“Han sostenido las laboriosas defensas que ha existido por parte del fiscal de la causa, Molina Pico, un actuar ‘negligente’ de su parte, y que a partir de allí, todo lo que sobrevino después no fue más que un intento del mismo encaminado a salvaguardar su propia responsabilidad profesional”, afirmó el juez Alberto Ortolani, voto al que adhirieron sus dos colegas.

El fallo señala que si bien no deben analizar la “buena o mala” actuación del fiscal, “la ausencia de una actividad investigativa y persecutoria acorde con el tenor del injusto cometido y fundamentalmente contemporánea a su comisión, se trató de un obstáculo para su inmediato esclarecimiento”.

Pero, aclara, “también lo es que ello y en gran medida encuentra su explicación precisamente en las conductas encubridoras de los aquí acriminados”. Al respecto, remarcó que los imputados “no sólo ocultaron la verdad, sino que fueron más allá. Se encargaron con tesón y constancia de enmascararla, creando ante la vista de todos, incluso la del propio fiscal, una realidad paralela -y por lo tanto virtual- en la que María Marta no sería más que víctima de su propia torpeza”.

El juez hizo esa mención debido a que cuando María Marta fue encontrada muerta el 27 de octubre de 2002 en su casa del country Carmel, los familiares dijeron que se había resbalado en la bañera y que probablemente eso había ocurrido porque era “muy torpe”.