La gente dio su veredicto: ovación para Clemente y chiflidos a Demichelis

Messi fue el más aplaudido antes del partido, pero luego se fue en medio de la misma indiferencia con la cual jugó los últimos 10 ó 15 minutos.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Antes del partido, la gente fue clara en su veredicto: ovación para Messi y muchos aplausos para Mascherano e Higuaín, con una relativa dosis de silbidos para Burdisso y Clemente Rodríguez. Había algo bastante claro y era que había mayoría de hinchas de River en las tribunas. O por lo menos eran los más bulliciosos a esa hora de la tarde, cuando todavía el partido era futuro y no pasado.

A medida que pasaron los minutos, y sobre todo desde el gol de Bolivia, la tendencia se hizo bien definida. El que más empezó a sufrir es Martín Demichelis, quien fue el que intentó bajar la pelota, se equivocó y permitió que Martins lo dejara revolcado para luego superar el intento de Burdisso y dejar sin chances a Romero. A Demichelis lo empezaron a silbar en forma despiadada cada vez que tocó la pelota. Y el ex River lo sintió, al punto tal que se quedó retenido en el fondo, casi deseando no intervenir y apenas se hizo presente con firmeza para anticipar en una maniobra casi en la mitad de la cancha, que igualmente significó un estruendoso silbido para él.

En contrapartida, cada vez que la pelota fue al pie zurdo de Clemente Rodríguez, la situación fue totalmente opuesta. La gente lo aclamó y aplaudió a rabiar en cada una de sus intervenciones. Inclusive, en medio de la rechifla del final y los gritos hirientes, surgió nítido y claro el “Clemente, Clemente” con el cual se fue de la cancha la figura que tuvo Argentina en el pobre partido de ayer.

A todo esto, Lionel Messi, quien había sido el destinatario de la gran ovación antes del partido, como para que sienta una vez más y de cerca el respaldo y calor popular, terminó yéndose de la cancha con la misma indiferencia, de parte de la gente, que él mismo tuvo en la parte final del partido, cuando pareció ajeno a todo lo que estaba pasando y con más ganas de que llegue el final. Fue un padecimiento, el de Messi, en ese cuarto de hora final en el que tuvo muy poco contacto con la pelota.

El hincha reaccionó con dureza, al punto tal que el grito hiriente de “jugadores, la c... de su madre...” fue la despedida rotunda desde el sector ocupado por Hinchadas Unidas Argentinas, o sea el mismo grupo que produjo aquella reacción que se potenció por el acompañamiento del resto del estadio, la noche del empate sin goles ante Colombia en la cancha de Colón, por Copa América.

De por sí, el marco de público no pareció el de un partido oficial y por Eliminatorias, sino el de un amistoso de poca monta. Sin embargo, la gente reaccionó con mucha dureza. No se podía creer que un equipo que de los últimos 40 partidos de visitante jugados por Eliminatorias apenas pudo ganar uno y perdió 34, empatando los restantes, se pueda llevar semejante premio del Monumental, cuando en casi todas las otras oportunidades en que Bolivia llegó a la Argentina para disputar partidos eliminatorios, siempre recibió una derrota tan contundente como anunciada.

El hincha no entiende aquello de que en el fútbol ya no hay distancias tan notorias y decisivas como antes, que los de abajo crecieron y que los “batacazos” están a la orden del día. La gente quiere ver ganar siempre a su equipo, pero esto se potencia en esta clase de partidos y por eso tuvo una reacción dura contra los jugadores.

Luego quedará para el análisis la reacción de Sabella desde el banco, el hecho de haber dejado un cambio sin realizar, de no haber insistido con más gente arriba y no con tantos arrancando desde atrás, al menos para tener una alternativa más de definición en el área rival.

Es cierto que sumar gente arriba o amontonar delanteros no hace a un equipo más ofensivo. Mucho más cuando se termina cayendo en el preocupante terreno de la impotencia, de la escasez de ideas, de la falta de claridad conceptual y de desequilibrio individual para superar a un rival con mucha menor jerarquía en todos sus jugadores.

Por eso se enoja la gente y reacciona de esa forma, creando también esa especie de “monstruo” que indica que cada vez se le hace más difícil, a la Selección, jugar como local: no sólo porque el hincha no acompaña multitudinariamente en Buenos Aires, sino porque la paciencia se acortó.

Impensable.

Bolivia acaba de convertir su gol y la situación se volvía insostenible para la selección. Más allá del casi inmediato gol del empate, queda poco margen para seguir esperando el buen juego y los resultados. Foto: DyN

Hubo insultos en la despedida a los jugadores luego del empate y la decepción...

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No juega más en River

El presidente de Colón y secretario de Selecciones Nacionales, Germán Lerche, adelantó que la Argentina abandonará durante 2012 el estadio de River —que lució bastante despoblado en el choque ante Bolivia— para afrontar las eliminatorias mundialistas “en Mendoza, Córdoba, La Plata o Santa Fe”.

“Tenemos cinco sedes aprobadas por Fifa, así que no habrá problemas en que la Selección juegue en el interior, aunque para decidir a cuáles de esas sedes iremos habrá que tomar muchas cosas en cuenta, como el rival o el calendarios con jornadas dobles. Uruguay, por ejemplo, convoca más público y exigirá un estadio más grande”, le dijo Lerche al programa “2 en el Área”, que se emite por el canal de TV Metro.

En otro tramo de la charla, Lerche admitió que fue “un error” haber contratado a Diego Maradona y a Sergio Batista como entrenadores. “Viendo los resultados, hoy no avalaría su contratación, pero en aquel momento nos pareció que tenían antecedentes para el cargo. Lo cierto es que fue una época en la que intereses personales estuvieron por sobre el interés de la Selección”, dijo.

Lerche, uno de los dirigentes más cercanos al titular de la AFA, Julio Grondona, atribuyó a “una campaña de algunos medios que tienen intereses” la idea de que el fútbol argentino necesita una renovación. Y consideró que “pudo haber errores en tantos años de conducción, pero a esa conducción hay que analizarla como corresponde y así se verá que hubo un antes y un después de Julio. La reelección es un premio, pero a la vez hubo incorporación de otros dirigentes y eso habla de renovación”, cerró.

De Sarmiento también se habló

Uno de los santafesinos presentes en el Monumental fue Patricio Fleming, flamante integrante del Tribunal de Disciplina de AFA.

Las cinco fechas de suspensión otorgadas a Muñoz, el jugador de Newell’s que fue protagonista de la desgraciada maniobra en la cual resultó seriamente lesionado Marcelo Sarmiento, el volante de Unión que sufrió fractura de tibia y peroné en su pierna izquierda, están enmarcadas como el piso de lo que establece el Reglamento de Transgresiones y Penas de la AFA.

Según pudo averiguar El Litoral, se tuvieron en cuenta las declaraciones efectuadas por el propio Sarmiento, respecto de que le creyó a Fabián Muñoz cuando le dijo, personalmente y en el mismo vestuario rojiblanco, que había sido sin intención.

Si bien muchos pensaron que la sanción pudo y debió ser mayor, también circuló el rumor de que en algún caso se pensó en otorgarle tres fechas. El propio Fleming confió a El Litoral que se opuso por entender que se estaba extralimitando lo que señala el propio reglamento frente a una acción de este tipo.

Otras fuentes consultadas por El Litoral señalaron que el tema Camoranesi (su patada intencional contra Toranzo) fue más difícil de resolver que lo del propio Muñoz, ya que se creyó en la falta de intencionalidad del jugador de Newell’s.

No obstante, la gravedad de la acción y la cantidad de meses que estará Sarmiento sin jugar, tornan, cuánto menos, de cuestionable la fría letra de la reglamentación.

¡Agarrala bien!

Sabella le alcanza el balón a un Demichelis que cometió un error imperdonable para un jugador de la Selección Argentina. La defensa sigue siendo el punto más débil del equipo nacional. Foto: EFE

/// análisis

Largos entre líneas

Miguel Robledo (*)

Como hincha de la Selección nacional y, a pesar de que las eliminatorias recién comienzan, estoy preocupado por el resultado de ayer pero por sobre todas las cosas por el funcionamiento que mostró el equipo.

Como entrenador de fútbol, es un aprendizaje muy bueno, ya que observé que tenemos muy buenos jugadores, además de tener al mejor del mundo como Messi. A mi entender, no tenemos funcionamiento colectivo (seguramente por el poco tiempo de trabajo que tiene Sabella con los jugadores del exterior) y creo humildemente que debemos reflexionar si en estos casos no es conveniente citar a más jugadores del medio local.

Para ser puntual, y por lo que observé ayer por TV, fuimos a mi entender largos entre líneas y centralizamos demasiado el juego. Más allá de estos datos precisos, confío en el cuerpo técnico, en nuestros jugadores y estoy convencido de que podemos hacer un mejor papel en estas siempre difíciles Eliminatorias Sudamericanas.

(*) DT de la UNL en la Liga Santafesina.

Dos temas de interés

Hubo dos temas que acapararon el interés en los pasillos del Monumental. Uno de ellos es el que tiene que ver con el estado de salud de Julio Humberto Grondona, el veterano presidente de la AFA.

El otro tema es el relativo a la posibilidad de que Juan Sebastián Verón se incorpore en el rol de manager. Luis Segura, presidente de Argentinos, salió a retrucar las declaraciones que hizo el titular de Colón, Germán Lerche, respecto de la futura designación de Verón en la Selección.

Más allá del valor de una o de otra postura, no hay que dejar de desconocer la gran cercanía que tiene Lerche hoy a los puestos de decisión en AFA. Muy vinculado a Grondona, el presidente de Colón está en un cargo -el de secretario de Selecciones-, a partir del cual dispone de facultades para aportar ideas y gestionar por el equipo nacional.