El llamado del ritmo

El llamado del ritmo

Llevan diez años viviendo en Santa Fe y 25 de sólida trayectoria ligada a la música. Las integrantes de Morena’s Son presentan su disco “Ven,ven” en el Marconetti, y prometen ritmo y baile “hasta que aguante el cuerpo”

TEXTOS. nancy balza. FOTOS. GUILLERMO DI SALVATORE.

El calor de Santa Fe no las sorprende, aunque la humedad supera todo lo conocido en Venezuela. Y eso que Ninoska y Arlyna, las integrantes de Morena’s Son, nacieron en Maracaibo, “una de las ciudades más calientes” de aquel país, y vivieron dos décadas en la Isla de Margarita antes de venir a estas tierras.

Bajo un sol de noviembre -apenas un anticipo de verano- que cae a plomo en el mismo lugar donde presentarán en un recital bailable su segundo disco grabado en la Argentina, “Ven, ven”, posan con excelente humor para las fotos. Solo que el próximo sábado será de noche cuando suban al escenario e inviten con palabras o simplemente con su música a recorrer un repertorio que fusiona tropical y latino. La cita será, desde las 22, en el Molino Marconetti, en el dique 1 del puerto.

Las hermanas cumplieron 25 años de carrera musical y llevan diez viviendo en Santa Fe; “felizmente”, acotan. “No veníamos a seguir con la música, veníamos a descansar un poco porque en Venezuela se trabajaba muchísimo, de lunes a lunes si te iba bien como teníamos la suerte de hacerlo nosotros. Yo quería tener un hijo -cuenta Arlyna-, ya estaba casada con un santafesino y Ninoska se vino conmigo. El destino es inevitable cuando es lo que postulas y nosotras realmente amamos la música. Así que fue inevitable, nos siguió hasta acá”.

“Con Santa Fe fue amor a primera vista, esta es mi nueva casa”, coincide Ninoska y recuerda que la primera vez vinieron como invitadas a la feria aborigen. “Y le dije a Arlyna: ‘si alguna vez me tengo que ir de Venezuela, me parece que voy a venir a Santa Fe”. Así lo hizo, y eso que tenía propuestas para irse a cantar a Madrid y a Miami

Ambas coinciden en que la gente ha sido “maravillosa” con ellas, tanto en las ciudades recorridas dentro de territorio santafesino como en el resto de las provincias adonde llevaron su propuesta. “No se si porque somos extranjeras o porque somos venezolanas y hay una gran afinidad, histórica además. Pero el amor que demuestra la gente es maravilloso”, vuelven a coincidir.

El afecto no cambió en esta década pero sí la actitud del público y la apertura cultural. “Al principio nos ha costado porque los santafesinos son bastante pudorosos, miran si alguien se levanta primero a bailar”, cuenta Ninoska. Pero reconoce que “cada vez hay más sitios donde se enseña a bailar salsa, o merengue o bachata. Entonces, la gente baila, disfruta y recorre toda la pista”.

También es cierto que en los últimos cuatro años entró música distinta a la ciudad y “ahora nos pasa que decimos ¡buenas noches! y ya se llena la pista”.

A PURO SHOW

Con su música recorrieron no solo la ciudad sino también buena parte de la geografía santafesina y varias provincias argentina, además de saltar el charco hasta Uruguay.

Su segundo disco ya fue presentado pero “en clima de teatro”, así que para el sábado 19 la propuesta es de recital bailable. “La intención es aprovechar este marco increíble del Marconetti que impone una cosa distinta”. El show va a estar dividido en dos partes: En la primera va a cantar como invitado Sergio Torres, habrá exhibición de baile latino con dos escuelas invitadas, y después “volvemos nosotras con merengueto (mezcla de merengue y cuarteto), cumbia y bachata hasta que el cuerpo aguante”.

Compartirán el escenario Diego Canastrelli en batería (“un rockero prestado a lo latino”), en la percusión el paranaense Andrés Maín “ que hace mucho folclore y está metiéndose en lo latino”; en el trombón, Flavio Gilli “que se está graduando en Licenciatura en Música”; en acordeón el maestro Juan Candioti (“lo más de lo más”); en el piano el entrerriano Nicolás Roldán; Darío Sabena en los timbales; Arlyna en el bajo y Ninoska en percusión menor, “ambas cantando a full y con una propuesta totalmente en vivo”.

Allí estarán entre el público, como ya es habitual, desde chicos muy chicos hasta gente de 80 años. “Pero lo más lindo es el público femenino que no siente competencia con nosotras, y eso nos da mucho placer”, opinan.

LA TIERRA NATAL

Ninoska y Arlyna cuentan que, hasta hace un par de años, volvían a Venezuela con cierta frecuencia, “a veces haciendo giras y para visitar a nuestra madre; así matábamos dos pájaros de un tiro”. Pero Venezuela, “se puso difícil para ir a tocar porque comenzaron a cerrar algunos sitios, se empezó a reducir ese espacio y, además, después de 8 años nuestra madre resolvió venirse a vivir con nosotras. Y si bien nos queda allá mucha familia, decidimos quedarnos acá”.

“Venezuela se puso difícil en todos los ámbitos, porque nos duele ver a nuestros amigos, a nuestra familia y a nuestro país que es nuestra sangre sufrir como está sufriendo”, opina Arlyna. “Aparte, cada verano que íbamos nos costaba mucho trabajo empezar de nuevo acá. Entonces, coincidió todo el mismo año: decidimos dedicarnos a hacer crecer a Morena’s Son en la Argentina, esperar que la situación mejore en Venezuela, que mejore el ánimo y en cuanto podamos, el año que viene, volver”.

HERMANAS Y AMIGAS

“Somos hermanas pero también amigas y, aunque nos hayamos agarrado de los pelos (risas), trabajamos desde el respeto”, asegura Arlyna. Es que las dos tuvieron su carrera individual hasta que decidieron reunirse bajo un mismo nombre, y la admiración es mutua: “para mi Arlyna es la mejor bajista del mundo”, dice Ninoska, y su hermana asegura que “cuando Ninoska canta se me pone la piel de gallina”.

Ninoska trabajó varios años bajo la producción de Ricardo Montaner, en Caracas, y Arlyna tocó con muchos músicos, incluido Fabio Zini y Claudio Toro. “Y encontramos que podíamos generar un espacio individual estando juntas y eso es maravilloso”, opinan.

Ambas coinciden en que en el armado de la banda primó la calidad de las personas “y si va acompañado de talento, mejor. Porque disfrutamos de tocar con gente buena, pero buena en todo sentido porque somos músicas, además de cantantes o líderes del grupo. Y estar rodeadas de personas que ofrecen algo distinto, se valora. Además hay mucho respeto por los roles de cada una y hemos aprendido que no se puede mezclar la familia con el trabajo”.

El llamado del ritmo

ninoska y arlyna, en el marconetti, donde presentarán su segundo disco.

Una Verdadera Apertura

Diez años atrás, cuando iniciaron su carrera en Santa Fe, los espacios en los que se podía desarrollar un espectáculo no eran tantos en la ciudad. “Después -recuerda Aylina- empezó este movimiento cultural que estamos viendo desde hace cuatro años y que pasa por entrar a un lugar y ver qué está pasando. Ahora, en cada rinconcito hay música en vivo”.

“La ventaja de venir de un país de Centroamérica es que nos llega todo. Escuchamos todo, desde rock, música clásica, ingleses, canadienses, instrumentistas. Y podemos saber lo que está sonando aquí y allá”, asegura Ninoska.

La dos consideran que la riqueza musical venezolana es excepcional, naturalmente y también por información. “En Argentina tiras un balón de fútbol para arriba y de diez, nueve juegan al fútbol. En Venezuela, tiras un instrumento musical para arriba y de diez, nueve tocan. Lo que a nosotras nos ha sorprendido en los últimos años es la apertura musical argentina. Y aunque señalan que todavía falta que lleguen artistas de la talla de Olga Tañón o Gilberto Santa Rosa -por mencionar algunos- dicen que “lo que está entrando al país es maravilloso”.