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Todo ha cambiado, nada ha cambiado

Del miércoles al viernes pasado se llevó a cabo el seminario “Debates por el derecho a la identidad de género”, en el que se discutieron, entre otros puntos, los avances y dilemas que plantea la inminente sanción de la ley de identidad de género en el Congreso.

Todo ha cambiado, nada ha cambiado

La semana pasada, las comisiones de Legislación General y Justicia aprobaron un dictamen para que la ley sea tratada en el recinto. La normativa busca reconocer la identidad de género en los documentos y garantizar el acceso a la atención sanitaria integral en el sistema público de salud. Foto: DyN

Natalia Pandolfo

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El disparador elegido fue una situación absurda. En la pantalla, un hombre joven trota en cueros, mientras escucha música. Lo detienen dos policías. Le piden los documentos, a lo que contesta con una sonrisa incrédula mientras sus manos tantean automáticamente los bolsillos del short. Le dicen que su aspecto “puede interpretarse como ofrecimiento de sexo en la vía pública”, y lo suben al patrullero.

El spot sirvió para poner en contexto al auditorio del seminario “Debates por el derecho a la identidad de género”, que durante tres días se desarrolló en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL.

El Dr. Jorge Barraguirre y el Lic. en Historia Mauro Cabral fueron los expositores de la segunda jornada, que fue moderada por Alejandra Ironici, referente de Miser (Movimiento Integración Sexual, Étnica y Religiosa), quien este año se convirtió en la primera persona en lograr el cambio de nombre en su DNI a través de la vía administrativa provincial (Ver: “Ansiosos por encasillar”).

Barraguirre, fiscal de Estado de la provincia y autor del dictamen Nº 129 (que sirvió de antecedente para conseguir este logro), habló de las estrategias llevadas a cabo para que Alejandra hoy pudiera ver su identidad reflejada en el papel. Y Cabral, cordobés, codirector de Global Action for Trans Equality, expuso los principales dilemas que plantea la ley de identidad de género que actualmente se debate en el Congreso.

To be or not to be

“¿Por qué no se nos ve? ¿Qué ven cuando nos ven? ¿Nos ven? ¿Puede alguien que no existe tener derecho a la salud, a la educación, a la vivienda, al amor?”, leyó Alejandra. “Hay una intención de convencernos de que todo ha cambiado, de que Buenos Aires es la meca, y esto no es así. Hay una explotación económica de la diferencia. Se tolera al travesti en la tele porque sube el rating; pero en definitiva asistimos a un reforzamiento de los estereotipos misóginos”, disparó, antes de presentar a “una de las personas que ha luchado mucho para que yo pudiera tener mi nombre en mi DNI”: Jorge Barraguirre.

El abogado habló de las estrategias prácticas y conceptuales que utilizó para escribir las 27 páginas que derivaron en el reconocimiento de la identidad de Alejandra.

“Pensamos que en el proceso de construcción de una opinión legal como ésta, todos los argumentos deben tender a reforzarse mutuamente, tanto en la parte descriptiva como en la normativa, de manera de elaborar una opinión inatacable”.

Enumeró, a modo ilustrativo, las citas que contiene el dictamen: la canción “Lola”, de la banda británica The Kings, que en 1970 cantaba: “Las chicas serán chicos y los chicos chicas”; Simone de Beauvoir y su análisis sobre la construcción social del género a mediados del siglo pasado, y el discurso de Aristófanes en “El banquete de Platón”, donde habla de la existencia de los tres sexos originarios: el masculino, descendiente del Sol; el femenino, descendiente de la Tierra y el andrógino, descendiente de la Luna.

Como Estado, se les presentaron tres opciones a la hora de actuar. La primera, aceptar la viabilidad de un amparo. La segunda, reconocer el expediente por vía administrativa, despegándose de la actuación judicial. La tercera, que fue la elegida “por razones hasta prudenciales”, emitir un acto administrativo que fuera homologado judicialmente. “Todavía estamos esperando que se cumpla este paso, lo cual es sintomático, siendo que el demandante y el Estado están de acuerdo”, comentó.

Más allá del principio del parecer

Mauro Cabral empezó su charla advirtiendo que prefería, “antes de gritar y festejar qué felices seremos todos a partir de la sanción de la nueva ley”, pintar un panorama de los dilemas que plantea. Lo hizo compartiendo información, planteando situaciones hipotéticas y provocando con algunas ironías.

Se detuvo en el concepto de “género” como uno de los que produce mayor conflictividad. “No es lo mismo decir ley de género que ley de identidad de género. Géneros hay dos: masculino y femenino. La identidad de género es el género de todos aquellos que no tienen género. El género es sólo de hombres o mujeres: es una línea de pertenencia”, sostuvo.

“La ley no tiene como requisito, para acceder a sus beneficios, el diagnóstico psiquiátrico ni la práctica quirúrgica. Es decir, no va a haber requisitos patologizantes; y en este sentido es una ley revolucionaria (todo lo revolucionaria que puede ser una ley). Entonces, creo que la gran resistencia va a venir, no tanto de parte de la Iglesia, sino de los que controlan el acceso a las tecnologías de modificación corporal. Esto va a poner en tensión el paternalismo conservador de la medicina y de la psiquiatría”, opinó.

Finalmente, sostuvo: “Cuando uno está frente a un juez, en general la historia personal debe parecerse a una novela de Migré, para que entonces, después de tanto sufrimiento, se le conceda el beneficio del reconocimiento de la identidad. Tiene que haber tenido una vida triste: en lo posible, muy triste. Lo cierto es que es verdad que nos han echado de nuestras casas, que tuvimos que trabajar en la calle, que nos molieron a palos. Pero en general, los fallos no se pronuncian sobre esas condiciones estructurales.

Entonces, vale preguntarse: ¿qué va a pasar con esas condiciones el día después de la sanción de la ley? Celebro este paso, pero creo que hay una violencia, una discriminación, que no pueden ser resueltas sólo porque uno ahora pueda presentar el DNI”.

Todo ha cambiado, nada ha cambiado
Todo ha cambiado, nada ha cambiado

El seminario duró tres días y abordó, desde distintos aspectos, la cuestión de la identidad de género que trata la nueva ley. Fotos: FLAVIO RAINA

/// Alejandra Ironici

 

Fue la primera persona en Santa Fe que pudo modificar sus datos del DNI sin recurrir a las vías judiciales comunes. El Dr. Jorge Barraguirre fue el autor del dictamen que posibilitó este logro. Y el cordobés Mauro Cabral es codirector de Global Action for Trans Equality.

Organizadores

El encuentro fue organizado por el Inadi Santa Fe, el programa Género, Sociedad y Universidad de la UNL, el programa de Derechos Humanos y el Proyecto de Extensión de Interés Social “Diversidad Sexual y Derechos Humanos: Estrategias de inclusión ciudadana”, todos de la Secretaría de Extensión de la UNL.

Identidades

Jorge Barraguirre es fiscal de Estado de la provincia, asesor de la Comunidad Homosexual Argentina y autor del primer dictamen favorable al cambio de nombre en el DNI por su identidad de género.

Mauro Isaac Cabral es doctorado en Filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba y becario de la Secretaría de Ciencia y Técnica. Codirector de Global Action for Trans Equality, miembro del equipo de redacción de los Principios de Yogyakarta sobre la Aplicación de la Legislación Internacional de Derechos Humanos a la Orientación Sexual y la Identidad de Género.

 

Ansiosos por encasillar

En junio de este año, el gobernador Hermes Binner firmó el decreto por el cual Alejandra Selenia Victoria Ironici (34 años, oriunda de Tostado, inscripta como Víctor Alejandro Ironici) logró la rectificación de su partida de nacimiento y el cambio de nombre en su DNI.

“El modelo binario de regulación de la sexualidad lleva a que las personas transexuales se vean en la necesidad de encuadrar su posición sexual en una u otra de las categorías (...) El rechazo a la transexualidad (y en general a las identidades de género no-normativas, como también el travestismo o la intersexualidad) por parte de los enfoques tradicionalistas dominantes se sustenta en buena medida en un rechazo de este proceso de des-naturalización de la identidad, sustentado en lo que podríamos llamar una ‘ansiedad por el encasillamiento’, esto es, una necesidad de fijar las posiciones sociales y sexuales dentro del binarismo dismórfico mujer/varón”, afirma el decreto en uno de sus párrafos.