Ganados y carnes

Los malabares de la industria

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Los números del feedlot hoy no cierran y sólo estarían reponiendo los matarifes y frigoríficos que, teóricamente, recuperan luego en la faena y distribución de carne lo perdido en los corrales. Foto:Archivo.

A los problemas que genera la escasez de hacienda, los frigoríficos le suman ahora la caída en el valor del cuero. Igual que en 2008, la crisis internacional afecta al mercado ganadero local.

 

Ignacio Iriarte

Mientras el crédito bruto de matanza habría caído en las últimas semanas 23 a 25 por ciento, los recuperos pagados por los frigoríficos a los usuarios se habrían reducido en una medida aún mayor. Tanto matarifes como frigoríficos habrían trasladado en parte esa pérdida de ingresos al precio de la media res que descargan en carnicería, e intentan pagar menos la hacienda, cosa que sólo se logra cuando las entradas exceden lo normal.

Estos precios sólo se sostienen por la escasez de hacienda; porque los consumidores, por un lado, le han puesto un techo a los valores al mostrador, y por el otro, porque el valor de los subproductos ha caído y esto le quita poder de compra tanto al consumo como a la exportación. Igual que en 2008, la crisis internacional se está metiendo en el mercado ganadero local, de la mano de la baja del valor del cuero y de los subproductos.

Según Senasa, las entradas al feedlot durante el trimestre julio-septiembre fueron de 701 mil cabezas, un 17 por ciento menos que en igual período del año pasado y 49 por ciento menos que en 2009, en plena seca y festival de subsidios.

Según estos datos, las entradas a los corrales de dicho trimestre habrían sido iguales a las del trimestre abril-junio de este año, en plena zafra, pese a que la percepción general, y la encuesta de la Cámara de Engordadores venían indicando que en los últimos meses habría caído fuerte la reposición y habría aumentado la ociosidad. A principios de noviembre, según la cámara, el índice de ocupación había sido del 54 por ciento contra 53 de igual mes del año pasado y 71 de 2009.

Los números del feedlot hoy no cierran y sólo estarían reponiendo los matarifes y frigoríficos que, teóricamente, recuperan luego en la faena y distribución de carne lo perdido en los corrales. Llama la atención que este año se destetaron en todo el país unos 500 mil terneros más que el año anterior, y el mercado prácticamente no lo sintió.

El “feedlotero” puede comprar sólo en plena zafra, cuando la oferta es abundante y se presenta una “ventana” de oportunidad de compra de dos o tres meses; durante el resto del año, con una oferta mucho más baja, en el mercado de invernada es superado por los criadores que compran terneras para madres o por los invernadores tradicionales que compran machos. Hoy está saliendo mucha hacienda suplementada (o encerrada) de campo, que da muy buena calidad de carne, con la ventaja de una menor pérdida por grasa en la despostada, en relación a la “ternera” de 300-330 kilos de feedlot , la cual sufre además la competencia desleal de la faena (por ahora reducida) de terneras que no llegan al peso mínimo de faena; estas, por su crianza, y por su peso y edad, también tienen menos grasa.

Ventajas competitivas

Si bien se espera para el año próximo un nuevo incremento en el número de terneros destetados, los feedloteros no se hacen demasiadas ilusiones de que eso lleve a una caída significativa de la fuerte diferencia negativa de compra-venta que predomina hoy en el mercado.

Hay cada vez más forraje en los campos y producir con grano, silaje y reservas propias es 15-20 por ciento más barato que producir a corral. Hoy hay miles de establecimientos ganaderos que producen sus propios terneros, su alimento y cantidad de forraje abundante y barato. A los actuales precios de la hacienda están ganando muy buena plata. Por otra parte, el feedlot comercial que debe comprar el ternero en una feria y el grano a un acopio no puede competir con ese productor.