A 20 años de la muerte de Freddie Mercury

Una especie de magia

Mañana se cumplirán 20 años de la muerte del cantante y líder de Queen, que revolucionó la música con sus míticas canciones, su estética lírica, su inconfundible voz y su presencia escénica.

Una especie de magia

Escultura erigida en Montreux, Suiza, frente al lago Lehmann, realizada por la escultora Irena Sedlecka. Cerca de allí Mercury trabajó casi hasta el final, desafiando a la muerte con sus últimas canciones. Foto: Archivo El Litoral

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Tal vez nunca sepamos por qué, pero el “New Musical Express” (la “tribuna de doctrina” del rock británico) nunca quiso a Queen. Quizás porque nunca pudieron encuadrarlos en alguna “movida”, o porque no entendían la insistencia en la estética de ópera y ballet en los tiempos en que los Sex Pistols marcaban el pulso de la revolución punk (llegaron a titular una entrevista a Freddie “¿Acaso este hombre es un estúpido?”).

Esa estética no se limitaba a una cuestión de vestuarios: Mercury era un gran conocedor de la lírica, y sus canciones y videos están llenos de referencias a clásicos de la ópera. Esa pasión se concretaría cuando grabó el disco “Barcelona” con su admirada Montserrat Caballé, para quien compuso canciones como “La Japonaise”, con inspiración en “Turandot” y “Madame Butterfly”.

De todos modos, el público acompañó cada vez más esa fusión ecléctica y heterodoxa: desde las dificultades para difundir “Bohemian Rhapsody” (“¿quién va a pasar por radio una canción de siete minutos?”, decían) a cuando lograron que una radio de música negra en Estados Unidos empezara a pasar “Another Ones Bites the Dust”, creyendo que era de un grupo negro de funk (basado en una idea de John Deacon, a la que Freddie se acopló por su gusto por artistas de soul como Aretha Franklin).

Arte total

Cuando el 24 de noviembre de 1991 se anunció la muerte de Freddie, todo el ambiente de la música se conmocionó, tanto como multitudes alrededor del mundo. Miles habían imitado sus “direeero” (generalmente antes de “Under Pressure”, el hit que crearon junto a David Bowie); muchos otros habían apaludido al ritmo de “Radio Ga Ga”. Otros tantos habían imitado sus movimientos junto al tocadiscos o la radio, en la intimidad de su habitación.

Es que Freddie Mercury (nacido como Farrokh Bulsara en Zanzíbar, en la actual Tanzania, el 5 de septiembre de 1946) era un performer nato. Su concepto del espectáculo era total: la música debía fusionarse con el teatro, con el cine, con la puesta visual. Además, era capaz de con-mover (de movilizar en conjunto) a audiencias multitudinarias, con un gesto, un comentario, una sonrisa.

En el estudio no era menos exigente. Años más tarde Brian May se reiría diciendo que “la cinta del máster quedaba transparente, de tantas sobregrabaciones”. Todo tenía que sonar gigantesco, magnificente: un coro de cientos de personas, realizado sólo con las voces de ellos cuatro, con Roger Taylor haciendo las partes más agudas.

Hasta el final

Cuando se supo víctima de la enfermedad más temida, que en esa década se había llevado a muchas glorias del mundo del espectáculo, luchó en silencio por ganarle tiempo a la muerte. Impedido de girar, y luego de la salida de “Barcelona”, se unió más a sus compañeros para crear The Miracle e Innuendo, dos poderosos discos donde se permitió criticar a la prensa sensacionalista que lo mostraba cada vez más demacrado (“Scandal”), reflexionar sobre la vida que pasó (“These are the Days of Uor Lives”) y mostrarse como el performer que se mantiene en pie, porque el show debe continuar: “mi maquillaje puede estar cayendo, pero mi sonrisa permanece” (“The Show Must Go On”).

No satisfecho con esto, se recluyó en el estudio que la banda había montado en Montreaux, Suiza, para grabar los tracks vocales de canciones que nunca escucharía terminadas: recién cuatro años después sus compañeros terminaron “Made In Heaven”, con su conmovedora versión de Too Much Love Will Kill You (Demasiado amor te matará), compuesta por May, que de todos modos termina mucho menos triste en el final (justamente, cuando dice “in the end”) que la que grabó el propio guitarrista.

La gran despedida

En abril de 1992, apenas repuestos de la pérdida, el resto de los miembros de Queen organizaron un concierto homenaje. El lugar elegido no podía ser otro que el estadio de Wembley, sede de sus mayores glorias: el concierto solidario Live Aid y el cierre del Magic Tour, su última y apoteósica gira.

El concierto reunió a figuras de la talla de Robert Plant, Roger Daltrey, Extreme, Elton John (compartiendo “Bohemian Rhapsody” con Axl Rose), Metallica (en una explosiva versión de “Stone Cold Crazy”), David Bowie y Annie Lennox (juntos en una gran versión de “Under Pressure”, con la cantante maquillada como la Priss de “Blade Runner”), Seal, Tony Iommi, Guns N’ Roses, Elizabeth Taylor, George Michael (interpretando “Somebody to Love”), Lisa Stansfield (inolvidable en “I Want to Break Free”, con la aspiradora del videoclip), Def Leppard y Liza Minnelli. Este concierto fue transmitido en directo a 76 países y se estima que fue visto por mil millones de personas.

Dos décadas después, el legado de Freddie Mercury sigue intacto. Provocador, showman, ícono gay, generador de fusiones, “gran simulador”, rockstar, referente de multitudes, divo, voz inmortal, creador de hits, obsesivo, amante de los excesos. Todo eso y más: el indeterminable material del que están hechas las leyendas.

Vuelta a la vida

A dos décadas del adiós, Brian May dio lugar a la aparición de las hasta ahora inimaginables esperanzas de volver a escuchar su inigualable voz. Según contó al Daily Star, Queen utilizará antiguas grabaciones realizadas por el cantante antes de morir para conformar un nuevo disco. Este material habría sido encontrado mientras los músicos “revisaban algunos cajones viejos”.

“Las canciones están ahí, es sólo cuestión de encontrar el tiempo para realizar la producción adecuada”, agregó May. Además, el guitarrista se encargó de deslizar que también habrá segunda parte de “We will rock you”, el musical de Ben Elton basado en canciones de Queen con el que colaboró.

Mientras tanto, los miembros sobrevivientes de la banda se preparan para participar de un especial de televisión en el que varios artistas se sumarán a la formación para interpretar sus grandes éxitos. Lady Gaga, incluida en ese listado, estaría siendo considerada para girar junto a ellos en reemplazo de Paul Rodgers, con quien May y Taylor tocaron entre en 2004 y 2009 y editaron el disco “The Cosmos Rocks”.