Al margen de la crónica

El humor como arma de defensa

Dice el último chiste que la compañía “Gillette” y todas las que fabrican cuchillas de afeitar están a punto de quebrar en Marruecos, ya que ahora los hombres preferirán una buena barba para ser bien vistos por los islamistas en el poder.

Otro chiste vaticina que las compañías de teléfonos van a cambiar los mensajes grabados a sus clientes, y en lugar del clásico “El número al que llama está ocupado; sírvase dejar un mensaje”, ahora sonará algo así como “Salam Aleikum; la persona con quien quiere hablar está rezando; deje su mensaje y él le responderá si Dios quiere”.

Estos son algunos de los chistes que circulan estos días por Marruecos después de que se conociera la victoria del islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) en las elecciones del viernes y de que el rey Mohamed VI designara a su secretario general Abdelilah Benkirán como jefe de gobierno.

Hay quien dice que PJD son unas siglas ocultas que significan “ni falda ni escote” (Pas de Jupe ni Decolleté, en francés), en alusión a la clásica preocupación de los grupos islamistas por la “decencia“ en la ropa femenina.

Es evidente que los chistes proceden no de los votantes del PJD, sino de aquellos que prefieren tomarse con humor los temores que despierta la victoria de los islamistas en lo que respecta a las libertades civiles y los derechos individuales.

Los hay que aseguran que se acabaron las salas oscuras para ver cine: ¡en adelante, con la luz encendida y con separación de sexos!.

¿El calendario no es suficiente?: Entonces multiplicarán por dos el mes de ayuno de Ramadán y nombrarán por decreto varios viernes por semana, ya que el viernes es el día santo musulmán.

No todo son malas noticias en este festival de adivinanzas sarcásticas: las destilerías de Marruecos van a lanzar promociones espectaculares sobre las bebidas alcohólicas antes de que les hagan cerrar sus puertas, dicen algunos blogueros, mientras que los más machos se imaginan tiempos mejores porque ahora no habrá ninguna traba para tener cuatro mujeres por cabeza.