Al margen de la crónica

Pamuk no encontró la ciudad de Borges

El Premio Nobel turco Orhan Pamuk caminó por Buenos Aires en busca de la ciudad que Jorge Luis Borges supo transitar y reflejar en su obra, según contó anoche en un diálogo en el Museo Malba de la capital argentina. Devoto del culto al autor de “El Aleph”, se reunió el fin de semana con su viuda María Kodama y contempló manuscritos y fotos en la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. Pamuk confesó a sus lectores argentinos que ansiaba enormemente recorrer la Buenos Aires de Borges, y que en ese punto su visita terminó siendo “nostálgica y decepcionante”. “Todos me decían: ¿qué? Pero eso fue hace 50 años atrás”, reconoció risueño.

“Tenía un conjunto de imágenes en mi mente, emociones que tenía listas para explorar”, señaló el primer turco en recibir el Nobel de Literatura en 2006. Pero se halló con una metrópoli de apariencia más bien europea, que le gustó, y en la que pudo observar igualmente aspectos más locales y también la presencia de la pobreza.

Pamuk (Estambul, 1952), que inicialmente soñó con ser pintor pero finalmente se volcó a las letras, manifestó: “Cuando comencé a escribir, empezaba el boom de la literatura latinoamericana”. “Recuerdo la semana en la que se publicó ‘Cien años de soledad’ en turco. El primer Borges lo leí en turco”, indicó el autor que se dirigió al público en inglés.

“Cuando llegué a Estados Unidos en 1985 con mi ex mujer como un autor turco de 32 años, todas las librerías estaban llenas de la literatura latinoamericana”, evocó Pamuk, quien terminará hoy su gira sudamericana en Buenos Aires, luego de visitar previamente Brasil, Chile y Uruguay.

Pamuk, considerado el más importante de los escritores turcos contemporáneos, se presentó anoche en la tercera visita de un Nobel a Buenos Aires en 2011, después de las efectuadas por el peruano Mario Vargas Llosa y el sudafricano John Maxwell Coetzee.

El novelista reconoció como sus cuatro grandes maestros a León Tolstoi, Fedor Dostoievsky, Marcel Proust y Thomas Mann. También citó a Italo Calvino, Borges y Vladimir Nabokov, así como a William Faulkner y Gabriel García Márquez.

Pamuk llegó a Buenos Aires con su último libro bajo el brazo, “El novelista ingenuo y el sentimental” (Mondadori), que reúne seis conferencias que escribió para el seminario Charles Eliot Norton en la Universidad de Harvard. Allí sostiene que ser novelista siempre le ha parecido “un oficio muy gozoso”, que conjuga “el arte de ser ingenuo y reflexivo al mismo tiempo”.