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¿Navidad?

 

Publio Benuzzi.

Un pensador poético. Ciudad.

Un niño vio a su madre comprar un árbol, llenarlo de colgantes,/ y decir que la Navidad ha llegado./ Vio al padre darle dinero para una gran cena: pechuga/ de pavo con puré de manzanas,/ nueces, pan dulce, etcétera./ Vio al tío traer a la casa la ridiculez de Papá Noel con barbas/ y panza falsa dando regalos a todo el mundo./ Vio a su hermano mayor tocar música propia de esa fecha./ Vio a la ciudad adornada y al comercio exigiendo consumo por medio de la propaganda./ Vio a una cola enorme que daba vuelta a diez cuadras en/ un barrio marginado de esta ciudad,/ recibiendo un muñequito de plástico y dos globos./ Vio aumentar los desastres ese día a causa de las carreras, de las bebidas.../ Vio peleas, con trompadas y todo, a causa de unos bocinazos./ Vio innumerables tarjetas de “Felices Fiestas” y un torrente de eructos satisfechos.// El niño asistió a todo eso callado y sobre el fin de la noche, en una oración espontánea pidió disculpas al del aniversario.

Navidad es el comienzo

 

Alberto Fabian Estrubia.

DNI. 6.240.308.

Señores directores: La fiesta de Navidad es aceptada con agrado por nuestra sociedad, aunque no todos tienen muy en claro lo que realmente se recuerda. Se asemeja al Año Nuevo porque en ambas hay regalos y deseos de buenos augurios. Pero para muchos, Navidad es la fecha en que se celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret, o también el nacimiento del Niño Dios. La escena del pesebre con María, José, el niño naciendo, la estrella de Belén y los pastores, las ovejas, el burro y el buey, es algo que nos llena de ternura y es ésa, quizá, la mejor forma de aproximarnos a alguien y reencontrarnos con el niño que llevamos todos en nuestro interior.

El coro de ángeles que celebra en las alturas le pone un marco celestial que dice que el recién nacido es un niño muy especial. “¡Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres a los que Dios ama!”. Eso es lo que nos transmite el evangelista Lucas, no con intenciones de contarnos algo que haya sucedido de esa manera, sino que a partir del hecho histórico del nacimiento quiere mostrar o destacar quién es el recién llegado, recreando y enriqueciendo la escena. Ninguna forma llana de decirlo puede explicar adecuadamente el acontecimiento sucedido con Jesús. De ahí nace la libertad para testimoniarlo con imágenes, metáforas y símbolos.

El mensaje que se anuncia no es pequeño dado que es la presencia del Dios del Universo en el cuerpito de ese bebé. Es Jesús el que nace, es Dios el que se manifiesta. Con el correr de los días ese niño se hará hombre y en hechos más complejos, hará lo mismo, esto es, mostrar con palabras y acciones, lo que Dios pretende de su Reino. Es muy grato alegrarnos con su nacimiento pero no habría que perderlo de vista porque seguirá siendo vocero del Altísimo. Su doctrina irá creciendo en complejidad y terminará siendo una propuesta de vida, o sea, una forma de vivir de acuerdo al proyecto de Dios.

Este niño crecerá y llegará a ser el Profeta, el Cristo, el Ungido, el Hijo del Hombre, y finalmente el Crucificado. Este doloroso final será sólo consecuencia de la forma no negociable de decirlo a Dios. Celebrar la Navidad puede ser una puerta de entrada al insondable misterio de Dios que se humaniza en Jesús.

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