Terminó el mejor año de su historia


Atlético deberá recuperar la regularidad perdida

Atlético deberá recuperar la regularidad perdida

El equipo de Primera. Atlético de Rafaela pisó fuerte en la primera mitad del torneo y después perdió calidad y cerró un año con cierta preocupación. Foto: Pablo Aguirre

La Crema rafaelina cerró un 2011 en el que disfrutó el delicioso sabor del ascenso a Primera con un andar arrollador. Luego, se convirtió en la revelación del Apertura; para finalmente mostrar serios interrogantes.

 

Juan Carlos Scalzo

Corresponsalía Rafaela

“La Crema” se despidió de 2011 con 26 puntos, que son muchos si se tiene en cuenta el muy mal torneo que jugó en la segunda mitad, perdiendo gran cantidad de partidos (9) y siendo el equipo que más goles recibió en el torneo (26), datos por demás de alarmantes que dejan como mensaje la necesidad de que todos cuerpo técnico, jugadores y dirigentes- redoblen esfuerzos si se quiere permanecer en la elite del fútbol argentino.

El entrenador tendrá que imaginar un equipo con muchas más variantes de la que ha tenido hasta aquí; los jugadores, fundamentalmente, aquellos considerados titulares en aquel equipo que se salía de memoria, deberán remontar el bajón anímico y futbolístico en el que cayeron, y, finalmente, la dirigencia esta vez, quizás como nunca antes, está obligada a dar un salto de calidad con refuerzos que aporten jerarquía para potenciar las virtudes demostradas por el equipo y no repetir errores en las contrataciones, como el caso de algunos elementos llegados al comienzo del torneo, reemplazos que, en la mayoría de los casos, no aportaron solución cuando tuvieron que saltar a la cancha.

Si bien es cierto que se consiguió una sumatoria de puntos aceptables y se superó el objetivo propuesto, la caída libre en el último tramo del torneo llenó de escepticismo el futuro y hasta el mismo técnico Trullet exteriorizó su inquietud cuando, en la conferencia de prensa posterior a la derrota con Godoy Cruz quizás el peor partido del equipo rafaelino en el año-, habló de la necesidad de una “reformulación de cosas”.

Aunque el entrenador no se explayó sobre sus dichos, está claro que dos cosas le quitan el sueño: la pérdida de mentalidad y confianza de la que supo hacer gala este plantel para sobreponerse a situaciones adversas y la desdibujada identidad de juego de su equipo, basado en la presión permanente al rival en su campo de juego, la solidez defensiva, la salida rápida que le daban sus volantes y el vértigo y desequilibrio de sus hombres de punta.

El diagnóstico no es muy difícil si se toman en cuenta las últimas presentaciones, porque en todas sus líneas, excepto bajo los tres palos, donde Sara se acomodó de manera notable a la categoría y tiene en el banco a Jorge Carranza, Atlético mostró profundas falencias.

En su andamiaje defensivo, la última línea, conformada por todos marcadores centrales, desnudó permanentes desacoples, trabajo al que tampoco los volantes de contención le aportaron significativamente. Le faltó generar fútbol en la mitad de la cancha porque toda la responsabilidad quedó siempre en los pies de Nicolás Castro y cuando el volante no estuvo en su mejor forma, se quedó sin su usina generadora de juego, algo a lo que también le sumó muy poco Iván Juárez. Dentro de este errático funcionamiento, los delanteros nunca fueron bien asistidos y tuvieron que debatirse en esfuerzos individuales, los que, casi siempre, fueron neutralizados por los rivales, fragilidad que se vio agravada, sobre el final del torneo, con la ausencia de Federico González cuando el físico lo obligó a parar.

Por ello el técnico y la dirigencia se enfrentaron a la difícil misión de identificar cuál es el problema central y cuál la solución, partiendo de la base de jugadores con la que cuentan, y lo que se le pueda agregar para solucionarlo, aunque está claro que, excepto bajo los tres palos, haría falta un refuerzo en cada una de las líneas, pero sólo está la posibilidad de dos incorporaciones.

Trullet fue contundente e hizo público, desde el principio, su interés por un defensor con experiencia y adelantó su intención de repatriar a Lucas Bovaglio, algo que le valió alguna tensión con los dirigentes, quienes volcaban su preferencia más hacia un volante y un delantero, aunque ambas partes coincidían en la necesidad de un traer un delantero más.

Fue por eso que, en función de las coincidencias, los encargados del fútbol de la Crema enfocaron, decididamente, sus esfuerzos para recuperar a César Carignano, quien al terminar el torneo del Ascenso prefirió abandonar a Atlético ante una jugosa oferta del fútbol chileno, provocando el disgusto del entrenador.

Resuelta la vuelta del goleador y la del defensor. Trullet pidió y la dirigencia cumplió.

Se sumó Carignano

El plantel de Atlético cumplió ayer con el tercer día de pretemporada, con una novedad importante: en el segundo turno, realizado por la tarde, se sumó el segundo refuerzo, César Carignano.

El delantero de Freyre contó con el permiso del cuerpo técnico para cumplimentar algunos trámites personales, pero ya se puso a disposición de Carlos Alberto Trullet.

De este modo, el único profesional que falta es Walter Gaitán, que seguramente llegará el día lunes. La plantilla hoy se moverá sólo por la mañana y luego tendrá descanso hasta el lunes, día en el que arrancará la semana más dura desde lo físico, con una jornada de triple turno.