/// EL INVITADO

Anuncios confusos

Dante Romano Centro de Gestión Agropecuaria Fundación Libertad

Luego de anunciarse el cambio en el esquema de comercialización, lamentablemente no se publica ninguna norma como para hablar sobre seguro y los comentarios de quienes asistieron -y lo que se puede leer en los periódicos de mayor llegada con el gobierno- arrojan poca claridad.

Lo que se ve es el espíritu de que una vez que esté claro que el consumo interno de trigo y maíz está asegurado, el remanente que queda para exportación quedaría liberado “en forma automática y sin límites”.

Se habla de que el sistema de ROE y el mecanismo de reparto de los mismos no correrían más.

Para tener certeza de esto se harían relevamientos entre los productores que se cruzarían con datos oficiales.

En el caso del trigo se harían dos relevamientos, uno entre el 15 y el 31 de enero, y otro en febrero, donde los productores deberán declarar su producción. En función de eso se habilitará la exportación.

El problema es que esto apunta al mercado disponible, la gran pregunta es qué pasa si alguien quiere ir vendiendo antes de esa fecha y es un secreto a voces que es prácticamente imposible que Argentina se quede sin trigo por lo que debería haber mercado siempre.

En la nota de Página 12 que informó sobre el anuncio se lee: “Bajo el anterior esquema de comercialización, regido por los cupos de exportación que eran distribuidos por las grandes multinacionales y avalados por Comercio Interior, los exportadores solían realizar contratos a futuro a corto plazo (entre 15 y 30 días) sin contar con la mercadería. De esta manera podían controlar los precios del trigo y terminaban pagando entre 40 y 50 dólares menos que la cotización internacional. Ahora, los contratos cortos no podrán ser inferiores a 90 días. Si se quiere comercializar a un menor plazo, las operaciones deberán pasar por las bolsas de comercio y los mercados a término”.

No es muy claro lo que esto quiere decir, habrá que esperar que salga la norma para entenderlo mejor.

Lo que es importante de todo esto es que si la decisión de fondo pasa por reservar la mercadería para consumo interno, sin el sistema de ROE distribuido de antemano y por porcentajes a exportadores, se restaurará al menos la competencia entre los exportadores, y habrá mejores garantías de que el precio de mercado internacional llegue al productor.

Seguirá faltando la competencia entre consumo interno y exportación, pero esto sería ya mucho pedir como liberación del mercado.

Sin embargo, se aclara en los distintos artículos que se favorecerán a los pequeños y medianos productores, y se deja entrever que esto se hará por medio de las cooperativas, pero no se explica como, y esto también despierta dudas.

Ligando esto con el fin de los subsidios a molinos, polleros y feed lots que se anunció esta semana debemos preguntarnos como hará el gobierno para lograr controlar el precio interno de la carne. Esperemos que no terminemos con una mala noticia a la vuelta de la esquina.