Aportes poloneses al desarrollo santafesino

Aportes poloneses al desarrollo santafesino
 

La Embajada de Polonia y la Biblioteca Domeyko de Buenos Aires lanzaron la tercera edición del almanaque institucional, que plasma la historia de los polacos en la Argentina. Este año, los protagonistas son los inmigrantes polacos y sus descendientes de nuestra provincia.

TEXTOS. MARIANA RIVERA. FOTO. MAURICIO GARÍN.

Integrantes de la Biblioteca Domeyko de Buenos Aires visitaron nuestra ciudad para presentar el fruto de un trabajo de investigación que realizaron a mediados del año pasado con inmigrantes polacos o sus descendientes de nuestra ciudad y Rosario: el Calendario 2012 Polacos en la provincia de Santa Fe.

Se trata de la tercera edición de esta iniciativa conjunta entre esa biblioteca y la Embajada de la República de Polonia en Buenos Aires, que ya plasmó historias de vida de polacos en las provincias de Misiones y Chubut, a través de testimonios, documentación y fotografías.

Marta Bryszewska y Mónica Ponc tienen a su cargo la dirección y la tesorería de la Biblioteca Domeyko y -para lograr su objetivo- contaron con la colaboración y coordinación de Dom Polsky (Sociedad Polaca de Santa Fe), que funciona en Aristóbulo del Valle 5444.

Según explicaron, la biblioteca pertenece a la Unión de los Polacos de la República Argentina, que es una federación que agrupa a todas las organizaciones polacas de Buenos Aires y de las provincias, al tiempo que aclararon que trabajan mucho con la Embajada, que es la representación del gobierno de Polonia en la Argentina.

“Es la manera que ellos tienen de acercarse a la comunidad polaca y a la sociedad argentina en todo el país, a diferencia de nosotros, que venimos trabajando de antes. Pero a partir de este trabajo que hicimos en Santa Fe, consideramos que los polacos de acá serán el nexo o referente con la Embajada, a través de Cristina Usedo Nitkiewicz, presidenta de Dom Polsky”, aseguraron.

En este punto, destacaron “la manera positiva de trabajar en equipo” que consiguieron con esta institución santafesina, advirtiendo que “todos tenemos el mismo origen que nos une, pero también nos une las ganas de difundir la cultura polaca, de mantener las costumbres y las tradiciones de las distintas regiones de ese país. Vemos que los polacos están orgullosos de que haya gente que quiera hacer estas cosas, estando tan lejos en la distancia y en el tiempo”.

TERCERA EDICIÓN

Consultadas respecto al calendario, informaron que es el tercero que hace la Biblioteca Domey-ko junto con la Embajada de la República de Polonia en Buenos Aires. La primera hace la parte intelectual y la segunda aporta los fondos para la impresión (1.000 ejemplares), que vienen directamente del Ministerio del Interior del gobierno de Polonia.

Esta iniciativa surgió hace dos años -recordaron- cuando habíamos ido a Misiones para entablar contacto con la colectividad en esa provincia, que es tan abundante. Fue tan bueno el material gráfico que se obtuvo que cuando lo mostramos en la Embajada ésta propuso hacer un almanaque.

El primero gustó mucho en la colectividad polaca de Argentina y también en Polonia, adonde también se envía. Al año siguiente se trabajó con la gente de Chubut, específicamente con Comodoro Rivadavia y Trelew, donde también hay comunidad polaca relacionada con la explotación del petróleo, en su momento. Y se decidió repetir esta experiencia con similares resultados.

En 2011, miembros de la Biblioteca Domeyko llegaron a nuestra ciudad para participar de la muestra “Polonia en nuestro corazón”, un acercamiento a la cultura de ese país europeo, realizada en el Centro Cultural La Ribera, organizada por la Municipalidad y el Puerto de Santa Fe, junto a la Embajada de Polonia, la Asociación Cultural Argentino-Polaca, la Biblioteca Domeyko, la Asociación Unión Polaca y la Sección Ex-combatientes Dom Polski. “Como todavía no habíamos hablado sobre la temática del tercer almanaque, decidimos que ya que empezábamos el año trabajando con Santa Fe se podía encarar esta posibilidad”.

PERSONAS Y ASOCIACIONES

La nueva visita se concretó a mediados de año cuando pudieron dialogar con personas de esa nacionalidad o sus descendientes, que habían sido contactados a través de Dom Polski.

“La gente nos esperaba con sus documentos y fotografías y nosotros veníamos con nuestro equipamiento (computadora, escaner y grabador). Así hicimos el relevamiento, en una reunión de familia, comida de por medio siempre, con cámara de fotos. Estas fuentes primarias nos contaron sus historias; siempre hay una parte institucional y otra personal porque todo está relacionado. Esta experiencia también se repitió en Rosario”, comentaron.

Y admitieron que “posteriormente vino nuestra difícil tarea de hacer una selección de los materiales porque lamentablemente tenemos sólo 12 meses y, a través de ellos, tenemos que contar una historia general. Vimos que había una gran presencia de la historia de las asociaciones de polacos en particular y pusimos el acento sobre la función social que éstas cumplieron. Han sido muy importantes en este caso, ya que al ser ciudades, mucha gente no era propietaria de tierras y era distinta la función que cumplían las asociaciones. Hubo mucho aporte de trabajo físico, ya sea en la creación de obras de infraestructura como en la industria”.

TRABAJADORES NATOS

Según explica el calendario, los primeros inmigrantes polacos comenzaron a llegar a nuestra provincia a fines del siglo XIX. A partir de 1923, esta corriente migratoria fue creciendo y mantuvo su caudal hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Llegaron hasta ese momento muchos campesinos, pequeños comerciantes, técnicos y obreros que, por razones laborales, se fueron estableciendo en las inmediaciones de las ciudades de Santa Fe y Rosario.

Hábiles para los oficios y acostumbrados al trabajo pesado, no tardaron en conseguir empleo. Muchos fueron contratados por las compañías del ferrocarril para trabajar en los talleres o en las cuadrillas que se ocupaban de la reparación y tendido de vías. Otros trabajaron en la construcción de caminos y puentes, en los puertos, los molinos harineros y, en general, en los establecimientos industriales de la zona.

MARCO INSTITUCIONAL

Los días de descanso organizaban reuniones en casas particulares durante las cuales recordaban su tierra natal, mientras compartían costumbres y comidas típicas. También conversaban sobre las dificultades económicas y las penurias que debían afrontar, sobre todo en las primeras décadas del siglo XX, cuando aún no existían leyes sociales ni laborales que protegieran a los trabajadores del engaño y la explotación. Surgió entonces la idea de darle a estas reuniones un marco institucional, lo que devino en la creación de las distintas asociaciones polonesas.

La primera se constituyó en 1919, en Rosario. En 1926 se creó la segunda, en Santa Fe, y, en 1930, en los suburbios de Rosario, la de Pueblo Nuevo, en Saladillo. Cumplieron una importante función social, ofreciendo a los inmigrantes el apoyo moral y económico que necesitaban. Con el correr de los años supieron transmitir a las nuevas generaciones la riqueza de sus valores culturales a través de la música, los bailes folklóricos y el sabor y aroma de los platos tradicionales. Hoy, junto con otras colectividades, mantienen viva la memoria de aquellos que, lejos de su patria, contribuyeron con su trabajo al crecimiento de la Argentina.

+ información

Dom Polsky

www.dompolski.com.ar.

Biblioteca Domeyko

www.bibliotecadomeyko.com.ar

[email protected].

En idioma natal

La Biblioteca Polaca Ignacio Domeyko es una institución perteneciente a la Unión de los Polacos en la República Argentina. Creada con el fin de difundir la cultura polaca en el ámbito local y de ofrecer a los inmigrantes polacos la posibilidad de acceder a todos tipo de libros editados en su idioma natal, ofrece sus servicios desde hace más de 50 años.

La idea de su creación surgió en 1960, cuando se pretendió constituir en un monumento de homenaje a los 1.000 años del nacimiento de Polonia, que contiene -entre otras- las más valiosas publicaciones periódicas, entre las que se destacan los diarios y revistas publicados por la colectividad polaca en la Argentina, desde 1913 hasta la fecha, además de un importante archivo fotográfico y un conjunto de cartas, documentos y recortes de prensa que forman una colección de altísimo valor patrimonial. Ilustra los más de 100 años de historia de la colectividad polaca en Argentina.

Es una de las bibliotecas más importantes del mundo y la más grande de Latinoamérica, que se sostiene gracias a las tareas comunitarias desarrolladas por quienes trabajan en ella, al aporte de cuotas sociales, donaciones particulares y fondos provenientes de fundaciones e instituciones de Polonia.

• Algunas historias

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FEBRERO. Integrantes de la Asociación Dom Polsky de Santa Fe durante la celebración de una fiesta patria en 1931. Siguiendo una tradición que perdura hasta nuestros días, cada 3 de mayo se organizaban reuniones en las que se conmemoraba el aniversario de la Constitución. Durante estas reuniones, los concurrentes, vestidos con ropas de domingo, solían sacarse fotos grupales que luego -orgullosos- enviaban a sus parientes en Polonia.


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JUNIO. José Zaleski junto a otros trabajadores en el puente metálico de Potreros. La ciudad de Santa Fe se encuentra asentada sobre terrenos bajos y está rodeada de numerosos riachos, lagunas y bañados. Con el fin de impulsar el crecimiento, tanto de la ciudad como de la región, fue necesario construir caminos y puentes que permitieran mejorar la comunicación vial y el acceso al puerto. Muchos obreros polacos fueron contratados para la realización de estas obras.


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MAYO. Enrique Andruszczyszyn, distribuidor de Cerveza Santa Fe. Gaspar Andruszczyszyn había llegado de Polonia siendo apenas un muchacho. Al poco tiempo consiguió un puesto en la Cervecería Santa Fe, donde trabajó hasta jubilarse. Su hijo Enrique entró en la cervecería a los 18 años y, con apenas 22 años, ya trabajaba como repartidor en una de las zonas céntricas de la ciudad. El pueblo polaco tiene una larga tradición cervecera, por lo que no es extraño, que desde su fundación en 1912, la Cervecería Santa Fe haya sido una importante fuente de trabajo para los inmigrantes polacos y sus descendientes.


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SEPTIEMBRE. Tendido de líneas de alta tensión en la provincia de Santa Fe. Entre 1950 y 1961, el Ing. Segismundo Kicinski se desempeñaba como jefe de la Sección Líneas y Redes de la empresa estatal Electrodinie. Bajo su dirección se proyectaron y construyeron las primeras líneas de alta tensión del país, las cuales interconectaron Buenos Aires con Rosario y Santa Fe. Muchos ingenieros y técnicos polacos, en su mayoría llegados a la Argentina después de la Segunda Guerra Mundial, intervinieron en el desarrollo de estos proyectos y obras.


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Cristina Usedo junto a directivas de la biblioteca domeyko.