Tentación de verano

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Para refrescar los días más calurosos del año, propuestas heladas y riquísimas para preparar en casa.

FUENTE. recetas.depaginas.com

HELADO DE QUESO

Preparar un almíbar con 180 gramos de azúcar y 60 centímetros cúbicos de agua. Incorporar, sin dejar de batir, a 70 gramos de yemas batidas. Agregar medio kilo de queso crema y terminar con 600 gramos de crema semibatida. Disponer la preparación en un recipiente y colocar en el freezer o congelador

Por otra parte, hacer tulipas mezclando 100 gramos de azúcar, 100 gramos de harina, 100 gramos de manteca y 100 gramos de clara de huevo. Extender sobre una placa untada con manteca y cocinar a horno suave (160º). Acompañar este helado de queso con coulis elaborado con 200 gramos de pulpa de frambuesa (o de otro fruto rojo) y 100 gramos de azúcar.

HELADO DE DULCE DE LECHE

Poner a fuego lento 250 centímetros cúbicos de leche, 50 gramos de azúcar y 400 gramos de dulce de leche, revolver continuamente hasta que suelte el hervor. Retirar y dejar enfriar. Por otra parte, batir 400 gramos de crema de leche hasta que esté un poco espesa. Agregar a la otra preparación poco a poco mientras se va mezclando. Perfumar con esencia de vainilla y congelar.

Sugerencia: A este helado de dulce de leche se le pueden incorporar trozos de chocolate, nueces picadas, almendras enteras, etc.

HELADO BÁSICO DE CREMA

Colocar en una cacerola cinco yemas, 200 gramos de azúcar y una cucharada de fécula de maíz. Batir hasta obtener una preparación esponjosa, agregar 300 centímetros cúbicos de leche hervida y tibia con la chaucha de vainilla. Mezclar bien, llevar a fuego lento y revolver constantemente hasta que comience a espesar. Retirar antes de que hierva y dejar enfriar.

Batir 300 gramos de crema de leche espesa, mezclarla suavemente a tres claras batidas a punto de nieve e incorporar a la crema de vainilla. Unir todo con sumo cuidado y colocar en el congelador hasta que tome punto de helado.

HELADO BÁSICO DE FRUTAS

Hervir medio litro de agua junto con 250 gramos de azúcar durante cinco minutos. Agregar una cucharada de jugo de limón y una cucharada de maicena disuelta en agua fría. Cocinar unos minutos más, retirar y dejar enfríar. Agregar 300 gramos de pulpa de frutas (durazno, ananá, damasco, etc.) y 400 gramos de crema de leche batida espesa. Mezclar bien, verter en un recipiente apto y llevar al congelador, hasta que tome punto de helado.

HELADO DE YOGUR

En un recipiente pequeño que pueda ir al fuego mezclar una cucharada de jugo de limón con agua. Disolver allí un sobre de gelatina sin sabor. Dejar reposar durante cinco minutos. Cocinar a fuego lento revolviendo continuamente hasta que la gelatina se haya disuelto completamente. Licuar ligeramente una taza de fruta fresca picada (puede ser frutilla, durazno, etc.) y una taza de yogur. La idea no es licuarlo todo, sino que queden trocitos de fruta. Gradualmente, mientras bate, añadir la gelatina. Aparte, revolver media taza de crema de leche con tres cucharadas de azúcar. Añadir a la preparación anterior. Revolver bien y verter en recipiente adecuado. Llevar al congelador. Veinte minutos antes de servir, retirarlo del congelador. Permitir que se ablande ligeramente. Partir en trozos, colocar en el vaso de la licuadora y batir hasta que esté cremoso, aún espeso y bien frío. Servir inmediatamente en copas individuales y decorar con trozos de durazno o frutillas.

SORBETE DE SANDÍA

Abrir una sandía mediana (de tres kilos aproximadamente) a una cuarta parte de su altura para servir después allí el sorbete en la sandía. Vaciar la pulpa con una cuchara y quitar todas las pepitas. Poner en la batidora la pulpa de la sandía, dos yogures naturales y 150 gramos de azúcar. Batir muy poco (sólo para mezclar, sin que se llegue a hacer agua). Poner la mezcla en un recipiente no muy alto, mejor si es plástico y rectangular. Llevar al congelador unas cuatro horas, mezclando de vez en cuando con un tenedor. Cuando esté medio cristalizado, batir dos claras muy firmes con un pellizquito de sal y mezclar ambas preparaciones muy bien. Volver a meter en el congelador hasta que esté firme. Rellenar la sandía con el helado y servir adornado con unos barquillos o unas hojas de menta fresca.

HELADO DE TÉ Y CREMA

Preparar una cucharadita de té con dos tazas de agua y dejarlo entibiar. Por otra parte, en una cacerolita batir cuatro yemas con 200 gramos de azúcar hasta que se vean esponjosas. Agregar el té tibio, mezclar bien, llevar a fuego suave y revolver en forma constante hasta que espese ligeramente, retirar antes de que hierva e inmediatamente añadir un sobre de gelatina disuelto en agua fría. Mezclar bien y antes de que la preparación se enfríe totalmente, agregar 300 gramos de crema de leche batida espesa mezclada con dos claras batidas a punto de nieve. Unir bien, rociar con jugo de limón y volcar en un recipiente. Llevar al congelador hasta que tome punto de helado. Este helado se sirve en copas, rodeado de ensalada de frutas.

SEMIFREDO DE MARSALA

Mezclar nueve yemas, 200 gramos de azúcar y 80 centímetros cúbicos de vino a baño María. Batir hasta que la preparación espese y crezca en volumen. Dejar enfriar. Agregar, luego, 375 gramos de crema de leche y la ralladura de una naranja. Verter en un molde y llevar al freezer.

Para la salsa, colocar en una cacerola agua, azúcar y ralladura de naranja. Dejar hervir durante cinco minutos, agregar medio litro de jugo de naranja y 40 centímetros cúbicos de licor de naranja. Dejar dos o tres minutos a fuego bajo. Retirar, dejar enfriar y agregar 100 gramos de crema. Servir el semifredo con la salsa de naranja y colocar hojitas de menta para decorar.