Reforma

Una polémica que vuelve a renovarse

De la Redacción de El Litoral

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La reforma de la Constitución nacional volvió a rodar en el ámbito oficialista, esta vez impulsada por Amado Boudou. El vicepresidente de la Nación dijo que “no se puede esperar tres años” para una eventual constituyente. No obstante, le atribuyen al funcionario una posición más moderada respecto de la reforma de la Carta Magna que la que plantearon otros sectores en el almuerzo en Mar del Plata del que participaron dirigentes, legisladores nacionales y provinciales, intendentes y miembros de La Cámpora.

Según informaron algunos participantes del encuentro, la idea de reformar la Constitución habría sido propuesta por el vicepresidente de la Legislatura bonaerense y dirigente de la cúpula de La Cámpora, José Ottavis. Sin embargo, Ottavis habría planteado que van “por todo” y que dentro de la reforma se debería incluir la re-reelección de la presidenta.

En cambio, Boudou manifestó la idea pero en general, sin aludir a un eventual tercer mandato de Cristina Fernández.

Trascendida la noticia, el secretario general de Coalición Cívica-ARI, Adrián Pérez, rechazó la posibilidad de discutir la reforma y dijo que “no hay que pensar en cambiarla, sino en cumplirla”. El ex diputado recordó que la reforma realizada en 1994 “establece mecanismos superadores en materia institucional que atenúan el presidencialismo y proponen un horizonte determinado, que el kirchnerismo se encargó de destruir con reglamentaciones que fueron concentrando poder en el Ejecutivo”.

Por su parte, la diputada Patricia Bullrich aseguró que una posible reforma significa que el oficialismo “tiene como principal objetivo construir un poder hegemónico”. “La verdadera intención del kirchnerismo es realizar una reforma constitucional para lograr la re-reelección, apropiándose en forma indefinida del poder, sin importarle que con esto se terminará con la alternancia”, expresó.

También el ex gobernador Hermes Binner discrepó con la posible reforma. “Creo que no es éticamente saludable que, en ejercicio de su función, un gobierno pida modificar la Constitución en función de su beneficio personal”, sostuvo. “Si no se cumple la actual Constitución, ¿qué certeza nos da que se cumpla una reforma?”, se preguntó. A su criterio, la idea de una reforma es directamente “improcedente”.