El punto en La Paternal, con uno menos, se cotiza

Unión, por ahora, quiere más de lo que puede

Las intenciones de Kudelka no se plasmaron de lleno en la cancha; la pretensión de ser protagonista y agresivo tuvo sólo un ratito de vida.

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Enganchó bien. Diego Jara jugó su primer partido oficial con la camiseta tatengue y mostró cosas interesantes en el ataque, con un buen trato del balón y una tendencia a sumarse al circuito de creación. Foto: Matías Nápoli

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

Se corre mucho y se pelea más en el fútbol argentino. Uno tiene la sensación de que la diferencia con el rival se intenta establecer en cualquier terreno menos en el más importante de todos, que es el respeto por la pelota. Dentro de ese panorama, la intención de Unión, esbozada en la filosofía de su entrenador, es loable. La búsqueda de ser un equipo que quiera adquirir protagonismo a través de la tenencia del balón, de tener el arco rival como objetivo prioritario y de pararse decididamente en el terreno adversario, son los aspectos básicos de un estilo de juego que no abunda en el fútbol argentino. Por eso, nadie puede discutir esas pretensiones, por más que no logren plasmarse como el técnico lo desea. De todos modos, e independientemente de la autocrítica que el propio entrenador hizo luego del partido, al declararse “conforme pero no satisfecho”, los 90 minutos que hizo Unión ante Argentinos no pueden desvalorizarse. Ni mucho menos el resultado, logrado en una cancha tradicionalmente incómoda para cualquiera.

Es cierto que sólo hubo pasajes de todo eso que busca Kudelka. Se dio, sobre todo, en la parte final del primer tiempo, cuando los volantes cumplieron con las dos premisas fundamentales de un mediocampo ofensivo como el que tiene Unión:

1) Adecuado volumen de juego.

2) Rápida recuperación de la pelota en el terreno rival.

No caben dudas de que Kudelka pretende el armado de sociedades. Una de ellas es la que intentaron Donnet y Rosales en el primer tiempo y la otra que se dio por derecha, casi en el mismo pasaje, con Montero y Jara. Funcionaron por un ratito, pero permitieron descubrir las sanas intenciones de ser un equipo agresivo, prepotente y ofensivo, más allá de que Unión creó muy poco de real peligro ante el arco de Nereo Fernández.

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No pudo hacer mucho. Jorge Velázquez le cedió su puesto entre los titulares a Matías Donnet pero después ingresó para aumentar la presencia en el mediocampo, tras la expulsión de Montero que complicó a Unión. Foto: Matías Nápoli

Nunca dio la sensación de que el partido se le iba de las manos a Unión, salvo un corto período de tiempo que se dio luego de la expulsión de Montero por una sencilla y lógica razón: Unión se replegó, sintió el impacto y no quiso abrir demasiado el partido por temor a desequilibrarse. Fue un pasaje muy breve, tamizado con varios remates al arco de Bologna que encontraron la seguridad vigente del arquero o el cuerpo salvador de alguno de sus compañeros. Sólo eso, razón ineludible para decir que no alcanzó para tildar de injusto el resultado final del partido.

Virtudes y defectos

Partiendo de la premisa de que las intenciones son elogiables e indiscutidas, surge por sí mismo la pregunta inevitable: ¿se consiguió en los hechos? Y la realidad -aquí hay que darle la razón a Kudelka- indica que Unión pudo concretarlo en muy pocos momentos. En consecuencia, se repitieron errores del torneo pasado, como por ejemplo la poca capacidad de llegada, aunque se jugó un partido relativamente tranquilo del medio hacia atrás.

Unión, por ahora, quiere más de lo que puede

Unión lo necesita a pleno. Con la presencia de Matías Donnet por la izquierda, el tatengue perdió un carrilero pero ganó un volante inteligente para asociar el balón entre Rosales y Jara arriba. Ayer, en su nuevo regreso a Unión, el esperancino alternó buenas y malas. Foto: Matías Nápoli

No caben dudas de que Jara le va a dar un toque diferente al ataque rojiblanco. No es del estilo atropellador y pasado de revoluciones que muestra Barrales, empeñoso y sacrificado aunque poco claro en su juego. El ex Patronato es diferente, aguanta mejor la pelota, tiene cierta habilidad y una pegada respetable desde afuera del área. No le quedó ninguna para definir, pero aun así le alcanzó para inquietar y convertirse en el jugador más peligroso de Unión en todo el partido.

Por ahora, las virtudes de este Unión se manifiestan en las intenciones y en el indudable espíritu ofensivo denunciado desde la misma formación del equipo. Por el contrario, esa mayor presencia de jugadores con gravitación del medio hacia arriba trae aparejada una lógica consecuencia en la recuperación del balón (hay menos jugadores aptos para ello) y cierto desequilibrio por el sector izquierdo ante la ausencia de un carrilero.

¿Se puede mejorar y llegar a lo que pretende Kudelka?, se supone que sí. Ocurre que este es un equipo muy acostumbrado al 4-4-1-1, que tenía un natural desdoblamiento de los dos volantes laterales para sumarse en ofensiva, pero siempre con el respaldo de dos volantes de contención. Y además, la propia dinámica en el ida y vuelta de esos carrileros hacía que el equipo tuviese pocos momentos de descompensación.

En síntesis, Unión podía ser desbordado por el rival en todos los aspectos menos en el táctico, porque esa misma prolijidad y coordinación de movimientos, llevaba al equipo a ofrecer pocas fisuras. Hoy, con este esquema, si la pelota no se recupera con rapidez y se la mantiene en el terreno rival, se pueden sufrir algunas alteraciones que podrían complicar la estructura defensiva.

Esto no ocurrió anoche porque Argentinos tampoco mostró demasiado, salvo mayor ambición en el segundo tiempo y a partir de la expulsión de Montero. Pero en una cancha más amplia y ante un equipo con mejor juego, la cosa se le podría complicar si es que no se consigue ese tan mentado y buscado volumen de juego que figura, por ahora, en el terreno de las intenciones más que de las concreciones.

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Poco desnivel. Paulo Rosales es el dueño de la pelota en la ofensiva rojiblanca pero ayer no tuvo un desempeño demasiado destacado. Lo mejor se vio en el primer tiempo, cuando tuvo buenos encuentros con Matías Donnet. Foto: Matías Nápoli

/// SÍNTESIS

Argentinos Jrs. 0

Unión 0

Cancha: Argentinos Juniors.

Árbitro: Patricio Loustau.

Argentinos Juniors: Nereo Fernández; Prósperi, Torren, Sabia y Escudero; Basualdo, Iñiguez, Hernández y Oberman; Morales y Bordagaray. A.S.: Ojeda. Estuvieron en el banco: Barzola, Berardo y Maximiliano Rodríguez.

D.T.: Néstor Gorosito.

Unión: Bologna; Erramuspe, Avendaño, Correa y Cárdenas; Montero, Míguez, Donnet y Rosales; Barrales y Jara. A.S.: Limia. Estuvieron en el banco: Alexis Fernández, Soto Torres y Pereyra.

D.T.: Darío Kudelka.

Cambios: en el segundo tiempo, a los 15 min Peñalba (AJ) por Oberman; a los 20 min Velázquez (U) por Barrales; a los 27 min Cano (AJ) por Bordagaray y Ramírez (AJ) por Hernández; a los 34 min Pérez (U) por Rosales y Magnín (U) por Jara.

Incidencia: en el segundo tiempo, a los 16 min expulsado Montero (U) por roja directa.

Amonestados: en Unión, Avendaño y Cárdenas.

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Las pelea a todas. Como es habitual en él, Jerónimo Barrales se destacó por su entrega, pero a veces parece que se pasa de revoluciones y termina chocando mucho con los rivales. Tuvo poca incidencia en el juego. Foto: Matías Nápoli

BAJO LA LUPA

BOLOGNA (6).- No tuvo mucho trabajo, pero hubo tres atajadas vitales, sobre todo un par de remates en el segundo tiempo, de Iñiguez y Peñalba.

ERRAMUSPE (6).- Clausuró el lateral aunque no tuvo mucha claridad a la hora de salir jugando.

AVENDAÑO (6).- Correcto en todo, saliendo a tiempo siempre y ganando de arriba.

CORREA (6).- Adquirió y hace gala de una notable regularidad. No hay que pedirle lujos porque no está para eso, pero en lo que se refiere a la marca en sí, es capaz de no perder nunca. Y fue el caso de anoche.

CÁRDENAS (5).- Empezó mal y mejoró en el segundo tiempo. Sin dudas que la ausencia de un volante neto por izquierda es algo que lo complica. Deberá acostumbrarse.

MONTERO (5).- Más activo en el primer tiempo que en el segundo, hasta que fue muy fuerte abajo en una pelota dividida y se ganó la roja directa de Loustau.

MÍGUEZ (5).- Trató de hacer la simple y de no meterse tan atrás. Cumplió sin descollar.

DONNET (5).- Tuvo un muy buen pasaje en el primer tiempo, entre los 25 minutos y el final. Allí trató de juntarse mucho con Rosales, volcándose por el sector izquierdo y bien metido en el campo rival. Luego tuvo lagunas.

ROSALES (5).- No encontró los espacios suficientes para prevalecer. Fue otro de los que jugó mejor en el primer tiempo que en el segundo.

BARRALES (4).- Mucho sacrificio y voluntad, pero no consiguió inquietar una sola vez. Se movió por el medio, dejando que por las puntas lo hiciera Jara.

JARA (6).- En el primer tiempo, fue el mejor jugador de Unión. Jugando por derecha, buscó siempre la diagonal para que le quede el mejor perfil para pegarle de zurda. Fue el más peligroso de los jugadores de Unión.

VELÁZQUEZ (5).- Se quedó contenido, ya que ingresó en el momento en que la pelota pasó a estar en poder de Argentinos.

ALEJANDRO PÉREZ.- Dio una mano necesaria en un mediocampo que se estaba quedando sin aire en la parte final.

MAGNÍN.- Luchó todas, pero sin espacios ni acompañamiento.