Un repaso de los clásicos jugados en marzo...

Marcados por la violencia y la tragedia

Existen cuatro antecedentes de duelos entre tatengues y sabaleros que se realizaron en el tercer mes del año. Uno de ellos quedó grabado a fuego en el sentimiento unionista; otro, fue una de las máximas alegrías colonistas.

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Los incidentes en ese clásico de marzo de 1993 que motivaron su momentánea postergación. Luego siguió y pudo finalizar el partido. Foto: Archivo El Litoral

 

Julián Andrés Monzón

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En el amplio historial de partidos entre Unión y Colón, hay cuatro antecedentes de clásicos jugados en el mes de marzo. El primero de ellos fue la edición 29, jugado el 23 de marzo de 1969, encuentro signado por la violencia porque a los 6 minutos del complemento una bomba de estruendo cayó muy cerca del arquero tatengue, Juan Pablo Garzón. El partido se suspendió dos minutos más tarde, porque además hubo incidentes en las tribunas. En el momento de truncarse el juego, el resultado era 0 a 0. Luego, el Tribunal de Disciplina de la AFA se lo dio por ganado a Unión. Fue el segundo clásico en el historial de AFA que no concluyó, producto de los hechos de violencia.

En ese partido de la quinta fecha, Unión formó con: Garzón; Díaz, Morales, Sauco, Casal, Dusso, Lapalma, Mario Zanabria, Vitale, Scotta y Mendoza, dirigido tácticamente por José Abbas.

Colón, por su parte, alistó a: Drago; Jáuregui, Lezcano, S. García, Mellit, Carro, Colman, Ceballo, Balbuena, Borgogno y Castillo, entrenado por Armando Mareque.

El protagonista

En el repaso de La Pasión del Siglo, editado por El Litoral en el año 2000, el propio arquero recordó aquel partido. “En realidad recuerdo poco, antes del incidente que derivó en la suspensión del partido hubo otros para destacar. Por ejemplo, se había construido un tapial muy precario para separar las hinchadas de uno y otro en la tribuna redonda. En el medio del partido fue derribado. En el primer tiempo, atajé de espaldas a la barra de la bombas y en el segundo me recibieron del otro lado a bombazo limpio”, comenzó relatando el ex arquero unionista.

Sobre el hecho que motivó la suspensión se explayó: “Lo que alcanzo a retener en mi mente del momento clave, es que explotó una bomba muy cerca mío y nada más. Después, de lo demás no me acuerdo. Sólo que me desperté y estaba en la cama del hospital. Me encontraba muy aturdido y el dolor de cabeza me siguió por 24 horas más. Estaba en una habitación totalmente a oscuras. Después empecé a recuperarme y me tenía que controlar diariamente. Como vivía en Monte Vera en esa época, durante los días del tratamiento decidí mudarme a Santa Fe para estar más a mano de todo”, concluyó Garzón.

El Dr. Rubén Permann había dado el siguiente diagnóstico sobre el estado de salud del jugador. “Certifico en mi carácter de médico de la institución que el jugador Juan Pablo Garzón presenta un cuadro clínico de conmoción cerebral por contusión debido a ondas expansivas de elemento explosivo que estalló a una distancia aproximada de un metro del citado jugador... Además presenta un estado de trauma acústico intenso y síndrome vertiginoso”. La resolución de AFA fue clausurar el estadio de Colón por 4 fechas y darle por perdido el partido ante Unión.

Luto en la avenida

En la edición 60, por segunda vez en el historial de AFA, un clásico se jugó en el mes de marzo. Fue el sábado 27 del año 1993. En la cancha igualaron 1 a 1. Hernán René Solari marcó la apertura del tanteador para Unión en el Brigadier, a los 7 del primer tiempo. En el complemento, Maximiliano Roberto Cincunegui empató a los 25. Fue el año que el sabalero peleó palmo a palmo con Banfield el campeonato del Nacional B 1992/93. Ese empate le permitió al equipo de Jorge Ginarte mantener la punta junto al Taladro.

Colón alistó a: Perassi; González, Fariña, Juárez, Vázquez; Lugo, Capocetti, Marini, Cañete; Echaniz y Cincunegui. Unión, por su parte, formó con: Varisco; Álvarez, Brandt, Leguizamón, Magnín; Andrada, Llane, Catinot, Solari; Fernández y Ruffini, bajo la dirección técnica de Hilario Bravi.

En el partido hubo graves incidentes, que incluso provocaron la suspensión momentánea del encuentro, producto de los gases lacrimógenos. Francisco Lamolina, sin embargo, logró que el duelo terminara en los minutos reglamentarios. Guerra de piedras, de todo elemento que sirviera para intentar hacer daño e incluso de bombas de estruendo, motivaron la intervención policial. El juego se reanudó y el saldo fue de 36 hinchas hospitalizados y 32 agentes policiales que corrieron el mismo camino en la guardia del Hospital Cullen.

Pero en horas de la madrugada del día siguiente llegó la noticia más inesperada. En un accidente automovilístico falleció el “Indiecito” Solari. Fue en el viaje a su casa en Ingeniero Chanourdie, localidad cercana a Avellaneda, en nuestra provincia. Junto al jugador, viajaban dos amigos suyos (Rolando Fernández y Matías Ibarra), quienes también fallecieron. Héctor Álvarez, también jugador de Unión, se había bajado en su casa en Reconquista y por eso salvó su vida. Desde entonces la antigua tribuna conocida como “La redonda” lleva su nombre, como homenaje al recordado jugador.

Remontada

La tercera vez que el juego entre tatengues y sabaleros se disputó en el tercer mes del año, fue la edición 68. Jugado el día 29 y válido por la octava fecha del Clausura 1998. Fue en cancha de Unión y marcaba la particularidad de que Colón se encontraba paralelamente jugando la Copa Libertadores.

Unión alistó a: Aceval; Donnet, Semino, Kesman y Altamirano; Barros Schelotto, Garate, Norberto Fernández y Cabrol; Rojas y Marzo, bajo la conducción técnica de Nelson Pedro Chabay.

Colón, con el “profe” Daniel Córdoba como entrenador, presentó como titulares a: Díaz; Ibarra, Medero, Morant y Unali; Aquino, Castagno Suárez, Agoglia y Saralegui; Fuertes y Sandoval.

Todos los goles llegaron en el segundo tiempo. A los 5 el “Beto” Fernández marcó el primero para Unión y estiró cifras Darío Cabrol a los 19. Pero Colón reaccionó y Marcelo Saralegui marcó el descuento a los 30, para posteriormente empatar Gustavo Sandoval a los 35.

El clásico nuevamente estuvo envuelto en hechos de violencia. En este caso con incidentes entre hinchadas, previo al comienzo del partido. En reiteradas oportunidades, bombas de estruendo cayeron en el sector visitante provenientes de la parcialidad local. Los hinchas sabaleros, enardecidos, rompieron el alambrado e incluso algunos se metieron al campo de juego a desafiar a sus rivales. Ángel Sánchez, árbitro del partido, requirió las garantías del entonces jefe del operativo, comisario Ferrero. Seguramente en estos días, hechos como los sucedidos aquel 29 de marzo hubiesen motivado la suspensión del partido. Sin embargo, el encuentro se jugó y culminó con empate 2 a 2.

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El Indiecito Solari, autor del gol en el clásico de marzo de 1993. Esa foto muestra el festejo de ese tanto. Esa misma noche encontró la muerte en un accidente muy cerca de su casa en Ingeniero Chanourdie.Foto:Archivo El Litoral

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Juan Pablo Garzón detiene la pelota en el estadio del barrio Centenario, mientras el Mencho Balbuena frena su carrera y Luis Sauco observa a su compañero. Fue en 1969.

Foto: Archivo El Litoral

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Otro de los clásicos diputados en el mes de marzo. Fue en 1998, cuando Colón jugaba la Libertadores. Foto: Archivo El Litoral

la foto /// 12 de marzo de 2000

Goleada histórica de Colón

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En el Clausura de 2000, Colón realizó una gran campaña (compartió el segundo puesto con Independiente, ambos con 36 unidades) y en la quinta fecha jugó un partido perfecto ante Unión, al que venció en el Brigadier López por 4 a 0, la mayor diferencia en un clásico en toda la historia. La figura fue el uruguayo Javier Delgado, autor de dos goles, mientras que a los restantes los hicieron Esteban Fuertes (ambos aparecen en la foto) y Claudio Enría.

Foto: Archivo El Litoral