Hubo un tiempo en que los hinchas de uno también veían al otro...

La historia de un sabalero que se maravilló viendo a Vitale

Julián Monzón

Su nombre es Enrique Carlos Suan, tiene un kiosco en calle Necochea y 74 años que lo habilitan a contar algunas pequeñas historias del clásico santafesino. Él se declara sabalero, pero no tiene empacho en hablar de Unión y recordar un partido en el que “Pichón” Vitale fue la gran figura. Es uno de los tantos simpatizantes de uno que iban a ver al otro. Muchos lo niegan, no quieren recordarlo y hay otros que no lo niegan y lo reconocen con mucho respeto y hasta admiración. Hubo tiempos en que uno estaba en Primera y el otro en la B; y también hubo tiempos en que compartían la máxima categoría, pero se veía tan buen fútbol y resultaba tan placentero ir a la cancha sin problemas de inseguridad o económicos, que los hinchas no ponían reparos en ir a a ver al otro... Por más que le “alambren” en contra.

—¿Eras de ir a la cancha?

—Sí, fui mucho, desde chiquito y hasta los 30 años. No me perdía un solo partido.

—Con tantos clásicos, algún recuerdo en especial debés tener...

—Sí, pero uno de los que más me gustó fue el de la chilena de Mercado.

—¿Por qué ese en especial?

—Porque perdíamos el invicto de nuestra cancha y, aparte de eso, es muy lindo hacer el gol del empate a los 46 minutos. Aparte fue un gol extraordinario. Yo recuerdo que fue uno de los goles que más grité en mi vida.

—¿Era de hacer apuestas o algo en especial con sus amigos?

—No, a mí no me interesaba ese tipo de cosas, a mí lo único que me interesaba era Colón y convivía con íntimos amigos de Unión, con decirte que muchas veces fui a cancha de Unión, a acompañarlos a ellos.

—¿Y cómo era eso de ir a ver al rival?

—Jamás tuve ningún problema, nunca gocé a mis amigos, más que una broma común, nada ofensivo. Siempre fui respetuoso de eso, porque pasar el límite me parece que no corresponde.

—Yendo a ver Unión, ¿alguna vez viviste algo que te haya llamado la atención?

—Algo que una vez me maravilló, pero me maravilló de verdad. Creo que fue contra Almagro y jugaba Vitale. Ese día fue San Vitale, porque fue maravilloso lo que hizo ese muchacho, al hacer 4 goles. Me gustaba Grecco, también, me gustaba mucho el fútbol, pero como nunca fui un fanático enfermo podía ver a Unión sin problemas, sin desearle que pierda ni nada de esas cosas que lamentablemente son muy comunes.

—¿Qué jugador, para vos, marcó algo distinto en Colón?

—El “Cabezón” Ramírez, “Cococho” Álvarez, para mí fue extraordinario el “Chengo” Canteli. Hubo una famosa delantera, que para mí fue la mejor que tuvo Colón, con Ráccaro, Osalla, Ricardi, Cardozo y Marángelo, y también jugó Martorelli algunos partidos.

—Que haya ex jugadores como Marini, Javier López, el mismo “Cococho” que vos nombraste, dirigiendo inferiores, ¿lo ves bien?

—Me parece bien, porque han dejado mucho en Colón y han sido ídolos en su momento, más “Cococho” que ninguno. Yo creo que un tipo que sabe de fútbol y que interpreta lo que es Colón, le hace bien al club. Unión también lo hizo con alguien del club como Kudelka y anteriormente con Pumpido y Alí. A eso lo veo bien.

—Teniendo un negocio, ¿se habla con los clientes previos a los clásicos?

—Algo sí, pero como yo decidí alejarme un poco del torbellino del fútbol, trato de no hablar demasiado. Últimamente veo que más que la pasión en los jugadores, hay intereses económicos. Ya no se da eso de que por la camiseta dejo todo. Eso del amor a la camiseta se ha perdido.

—¿Por eso dejaste de ir a la cancha?

—No por eso, pero fui haciéndome grande y las cosas cambiaron en la cancha. Se pasó a insultar mucho, la violencia sin sentido no la soporto.

—¿Alguna anécdota de un clásico?

—Recuerdo un clásico donde Unión la verdad que nos pegó un paseo bárbaro, Ciaccia y Cupiste hicieron lo que quisieron. Se suspendió en el primer tiempo, creo que Unión ganaba 3 a 0 y pudo ser una goleada tremenda. El partido se suspendió porque Colón tiró el alambrado. Eso decididamente me alejó de las canchas.

—Pero pese a no ir a la cancha, por tele lo ve ahora a Colón...

—Por supuesto, el sentimiento por Colón te dura toda la vida.

—¿La familia acompaña en el sentimiento sabalero?

—Tengo dos hijos, uno es colonista y el otro tatengue.

—¿Están lindos los partidos entonces?

—Yo les inculqué que se respeten. Que haya cargadas, bromas sí, pero cuando uno se pone mal porque perdió, que el otro no sea cargoso. Que sea respetuoso y por suerte eso pasa, así que hay una convivencia muy buena. Una cosa es ir a ver un espectáculo de fútbol, pero de ahí a ser idiota es otra cosa. Porque si uno tira una piedra, no sabe si en la otra tribuna hay un primo, un tío o un amigo.

—Lindo sería que el resto de la sociedad tuviera esa tolerancia, ¿no?

—Lamentablemente lo vemos por televisión muchas veces. Barras que se agarran por un fanatismo enfermizo. Si el mundo se encamina a eso, yo trato de salvar mi hogar. Acá en mi casa cada cual tira para su club, pero siempre en el marco del respeto al otro.

Es un santafesino cualquiera, futbolero, que palpita el clásico como todos pero no se deja llevar por el fanatismo. “El clásico que más recuerdo fue uno donde Unión nos pegó un baile bárbaro”, dice.

La historia de un sabalero que se maravilló viendo a Vitale

Carlitos en su negocio, el hábitat diario de este santafesino. Foto: Luis Cetraro

“Estamos con muchas ganas, esperando la hora del partido del domingo. La verdad es que somos unos privilegiados por vivir un partido así, como se vive en Santa Fe, por lo que vamos a tomarlo como tal y esperamos terminar festejando”.

Juan Pablo Avendaño / Defensor de Unión

“Sabemos que venimos de un mal resultado y quizás con mi inclusión el técnico querrá buscar una variante. Probó con otro esquema pero parece que se decidirá por el que jugamos durante muchos partidos, pero igual no está todo dicho”.

Jerónimo Barrales / Delantero de Unión