Objetivo, recuperación después del verano

El verano significó una prueba muy dura para la piel y el cabello. Pasado el tiempo de vacaciones, la hidratación se convierte en una palabra clave para recuperar la humedad y elasticidad perdidas.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. EL LITORAL.

Objetivo, recuperación después del verano
 

Demasiadas horas de sol y al aire libre dejan huella en forma de sequedad intensa. El primer paso para adquirir tersura y flexibilidad en la piel, y presentar un cabello sano y brillante, consiste en intensificar los métodos de hidratación.

Es que la hidratación, necesidad básica de la piel, es la primera que sufre el acoso del sol, e igualmente le ocurre al cabello. Junto a los perjuicios producidos por los rayos solares, aparecen los del aire acondicionado, que también resulta fatal para ambos.

EL LÍQUIDO ELEMENTO

El agua interviene en el metabolismo y en el correcto funcionamiento de los cincuenta mil millones de células de nuestro organismo. De hecho, se pueden pasar días sin ingerir alimentos, pero 48 horas de deshidratación son suficientes para poner en peligro las funciones vitales del cuerpo humano.

El 70% del agua se halla en las capas profundas de la epidermis y de la dermis, y el 13% en la capa córnea. Estos porcentajes son los que garantizan una hidratación ideal.

Mantener constante este equilibrio no resulta fácil si se tienen en cuenta los numerosos agentes que lo desestabilizan, sobre todo durante el verano: sol, viento, cambios bruscos de temperatura y variaciones del nivel higrométrico (si la humedad ambiente pasa de un 90% a un 60%, la hidratación cutánea disminuye en un 30%).

Para recuperar la hidratación perdida es preciso actuar simultáneamente sobre los factores que la determinan:

- La calidad de la capa córnea: los porcentajes ideales son 13% de agua, 70% de proteínas y 15% de lípidos. De este modo está equilibrada y correctamente estructurada, desempeñando a la perfección su papel de barrera y limitando la pérdida de agua.

- El control del agua en movimiento, que pasa de las dermis a la epidermis y se evapora en la superficie cutánea (transpiración insensible).

- El agua retenida, presente en la epidermis y que es fijada por los lípidos y el factor natural de hidratación (NMF).

Puesto que la hidratación es un paso decisivo para mantener la piel en perfecto estado, las firmas de cosmética se esfuerzan en presentar cada día formulaciones más sofisticadas para incluirlas en estos productos en apariencia sencillos pero increíblemente complejos, que demuestran una gran efectividad para que la piel recupere el agua que necesita y se muestre suave, tersa, flexible y luminosa.

EL CABELLO DESPUÉS DEL SOL

A dosis razonables, el sol llega a ser un cómplice excelente para todo tipo de cabellos. Pero durante las vacaciones los abusos están a la orden del día. Por eso no importa que el cabello sea de color oscuro o claro, castaño o moreno, rubio o pelirrojo: el sol destruye todas las fibras capilares.

Por otra parte, el viento, la arena, la sal del mar y el cloro de las piscinas ayudan a resecar el pelo; alteran la capa hidrolipídica de la superficie del cabello. A fuerza de exponerse al sol, ésta desaparece y deja el cabello al descubierto, sin protección. Las escamas se levantan y entonces los rayos UV intervienen para romperlas, alterando aún más la queratina del cabello. En definitiva, queda debilitado, quebradizo y con las puntas abiertas.

En el caso de que esté teñido o con permanente, aunque sea levemente, la agresión es más potente.

Para evitar este daño, algunas firmas especializadas en cuidados capilares crearon líneas de productos que incluyen ingredientes que protegen especialmente el cabello de los efectos del sol e incluso del calor del secador. En esta etapa de recuperación de los efectos del verano, conviene tomarse unos minutos para elegir el producto adecuado y aplicarlo de manera correcta. Los resultados no se harán esperar.

ESOS KILOS DE MÁS

Todos los años ocurre lo mismo: se procura un cuerpo ideal en poco tiempo para lucir la malla o bikini y, ya en vacaciones, se ganan varios kilos a fuerza de descuidar la dieta. Los siguientes son algunos trucos para recuperar la silueta de los excesos del verano, aunque sin perder de vista que la actividad física adecuada a cada edad y condición, es la mejor aliada.

- No pasar por alto ninguna comida. Si no, se llegará con el doble de hambre a la siguiente o se habrá tenido que comer entre horas.

- Completar las cinco comidas diarias: desayuno, tentempié a media mañana, almuerzo, merienda y cena.

- Beber como mínimo 2 litros de agua al día y aprovechar la época del año para ingerir jugos de frutas sin añadirles azúcar.

- Recurrir a verduras y ensaladas, acompañando las altas temperaturas que se extienden durante el comienzo del otoño.

- Pescados y carnes magras a la plancha o asadas son una buena opción si se quiere perder algo de peso.

- Elegir entre quesos y lácteos descremados, para picar entre horas, y leche también descremada para el desayuno.

- Fruta, fruta y fruta. Entre horas y de postre, aportan vitaminas, fibra y pocas calorías.

- Durante los 15 días o el mes en que se ponga en marcha este plan de recuperación, conviene evitar los dulces, facturas y productos de repostería, chocolates, helados y alcohol.